¡¡Exijamos lo Imposible!!
El padrote Maciel, el quinto jinete del Apocalipshit
2010-05-04
Mujeriego, pederasta y ponedor, opiómano por convicción, lo único que le faltaba a Marcial Maciel Degollado para ganarse aún más el respeto de los hombres, el cariño de las mujeres y la admiración de los niños era que se supiera lo que ya se sabe: que más que padre, era padrote. Un proxeneta de altísimos vuelos que, como afirma el reportaje de Maru Jiménez en MILENIO, había construido un ejército de pupilas ceñidas a férreos estatutos prácticamente colindantes con la esclavitud, para allegarle recursos millonarios a los Legionarios de Cristo y a sí mismo. Donde quiera que estén, los villanos favoritos de México han quedado desbancados: de Carlos Salinas a El Chapo Guzmán, de Kamel Nacif al góber precioso, pasando por Succar Kuri y la maestra Gordillo, no se diga El Mayo Zambada que queda en calidad de botarga para tomarse fotos en la Disneylandia del crimen organizado, no son nada ni nadie comparados con el padrote Maciel, al que sólo le faltó haber sido administrador de las guardería subrogadas del IMSS. O fan del América, como dice don Tacho de Tachotitlán.
Tan así que cuando Calderón les estaba explicando a los inversionistas alemanes la manera tan heroica y patriótica con la que México había enfrentado a los cinco jinetes del Apocalipsis, pensé que se iba a referir a este hombre tan espiritual que no tenía monaguillo aborrecido. Sobre todo porque entre otras muchas cosas, según se puede colegir del propio informe del Vaticano, había tejido una compleja pero eficiente red de connivencias y conciliábulos que le generaron poder y dinero a la orden que atinadamente dirigía. El auténtico crimen organizado. Ya querrían el cártel del Golfo, Los Zetas o La Familia tener tan sólido aparato para exprimirle la cartera a una extasiada feligresía para, según dicen los maestros de la reingeniería financiera, diluir las ganancias en cuentas off shore para escabullirse del SAT del Vaticano que es más duro que la ley antiinmigrante de Arizona. Por cierto, cuando Jelipillo llamó a no ir a turistear ni de shopping a las tierras de la gobernator Brewer, supongo que se refería a nuestros espaldas mojadas que, más por deporte que por necesidad, cruzan la frontera en pos de emoción fuerte.
Lo bueno de todo esto es que en los momentos de crisis sale lo mejor de los grandes personajes. Tal es el caso del cardenal Norbeto Rivera, quien, en su calidad de gran humanista, ya dijo que están magnificando el caso de los padres pederastas. Quizá tenga razón y miles de niños víctimas de abuso sexual por los sacerdotes que ante su Dios juraron protegerlos, deben estar equivocados.
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