Las cosas como son
Satiricosas
Por Manú Dornbierer
1. ERROR DE CALDERON ACEPTAR LA GUERRA
El país “democrático”, que tenemos, NO se conmociona mayormente ni menos aún se rebela por la muerte indiscriminada de más de 23 mil personas producida por la apertura de la caja de Pandora que destapó Calderón y que devino uno de los peores capítulos de la Guerra de las Drogas, decretada en 1989 por Estados Unidos contra los países “productores y de tránsito de estupefacientes”, capítulo que le fue comandado por George W. Bush en 2007. La prensa estadunidense sí se la reprocha. Siendo el problema de las drogas universal, omnipresente en todos los países, sólo dos en América cayeron en la trampa de enfrentarlo militarmente, Colombia y México. Ambos recibieron y acataron las órdenes imperiales, pero cuando menos Colombia tenía el pretexto de las FARC, un largo enfrentamiento con una guerrilla formal y abierta. México en cambio, o mejor dicho el presidente espurio, la aceptó para legitimarse, arropándose en el Ejército so pretexto de combatir al narco. ¿No previó los negocios que venían detrás de la oferta inicial de ayuda de Bush de 400 mdp? ¿No sabía por ejemplo que el tráfico de armas es uno de los mayores negocios de Estados Unidos, que tanto denuncia Michael Moore? “Libertades americanas” le llaman los republicanos a su amor a las armas, a poseerlas, a venderlas y a usarlas. Por eso se enojaron cuando Calderón les pidió esta semana que detuvieran el tráfico de armas hacia los criminales mexicanos, narcos o no. Ir al Congreso de USA a exponer y reprochar esta realidad puede parecer “valiente”, pero en momentos en que dicho Congreso será renovado en las próximas elecciones y pueden los odiosos, sordos y ciegos republicanos ganar la mayoría, fue algo de una puerilidad peligrosa para México (y sobre todo para los indocumentados allá). Felipe obtuvo aplausos demócratas, algo que lejos de allanar el camino a una apertura a la migración, la complica. Sólo aplausos ganó. No es de creerse que los neoliberales gringos quieran disminuir cualquier business que les funciona. Si lo que se ha gastado en la narco guerra se hubiera utilizado para crear empleos en México, Calderón hubiera podido pedir inversiones extranjeras que completaran su esfuerzo, pero no hubo tal. Otro gallo cantaría.
Y si este país no se conmociona por las constantes matanzas de ciudadanos mexicanos en México, tampoco parece importarle a la mayoría que esté por cumplirse el 5 de junio el aniversario de la muerte indignante de medio centenar de niños ¡cremados vivos! en la guardería ABC del Seguro Social, en Hermosillo, Sonora, subrogada a una serie de politiquillos, entre los que se encontraron parientes de Margarita Zavala, por un contrato del entonces director del Seguro Scocial, Molinar Horcasitas, al que no se le ha fincado responsabilidad alguna sino que hasta lo subieron de categoría. Es hoy el secretario de Comunicaciones.
Ese atroz evento de la ABC, que parece no importarle al gobierno, ya que no hay acusados, ni consignados, ni indemnizaciones hacia las adoloridas familias, tampoco importa. Igual sucede con el asesinato inmisericorde de niños y jóvenes estudiantes a los que les truncan la vida antes de llegar a los 18 años, más de 100 sólo en este 2010. ¡Ah!, pero desaparece Diego y tiemblan todos.
2. UN FALSO QUIJOTILLO
Ahora que terminaron los viajes felipescos, a diferencia de lo que sucede con los casos antes citados, el país se apasiona porque se esclarezca el caso Diego. Y sin duda hacen lo posible el secretario de la SEGOB, Fernando Gómez Mont, y el procurador Arturo Chávez Chávez, Chacha, así como el exprocurador de Zedillo, Lozano Gracia, todos empleados del despacho de ese litigante conocedor de los defectos y resquicios de las leyes, aprovechables para su pasmosa habilidad de abogángster. Hay que evitar que lo santifiquen, porque ya bastantes falsos héroes tenemos en México.
Diego Fernández de Cevallos se hizo brutalmente rico defendiendo a privados presuntamente víctimas de los gobiernos y extirpando miles de millones de pesos al Estado Mexicano, gracias a influencias y relaciones políticas y aunque estuviera en esos momentos dentro del gobierno. En 1993, Ruiz Massieu, gobernador de Guerrero y cuñado de Salinas de Gortari, en oscura operación le cedió sesenta mil metros cuadrados de terrenos en Acapulco (Punta Diamante). En 2000, obtuvo la devolución de mil 800 millones de pesos a la empresa Jugos del Valle, por concepto de IVA y IEPS. En 2006, logró que el Tribunal Supremo de Justicia de Chihuahua condenara a Banamex el pago de mil 462 millones. Hay quien afirma que por el tiempo que se ha tomado el juicio, plus actualizaciones de intereses a las que se condenó al banco y demás factores, el monto sube a 87 mil millones de pesos. En 2009, obtuvo el amparo en contra de la SCT en Tamaulipas, para el puerto de Altamira y para ejidatarios que ya habían sido pagados. Pidió una indemnización de más de mil 500 millones de pesos para los dichos ejidatarios. Jamás le hicieron auditoría alguna.
Seguramente quedará pronto resuelto el caso, pero siempre y cuando no moleste la información a su otro jefe, Felipe. De ser esto así, nos quedaremos como siempre en la luna.
El hecho de que haya desaparecido Fernández y hasta muerto, no borra de la memoria de los mexicanos que ha cobrado fuerza en los últimos años y estamos hartos de que nos santifiquen a políticos y a curas sinvergüenzas, la trayectoria del falso quijotillo que es Diego Fernández de Cevallos -de Salinas, se debería llamar- ya que se hizo tempranamente parte de la famiglia. Se buscó un buen padrino para su generación de abogados, Raúl Salinas Lozano, y desde entonces fue brother del pelón y su utilísimo cómplice. Nada más ni nada menos hizo que el PAN legitimara a Carlos Salinas en 1989 después de que en 1988 le había robado las elecciones a Cuauhtémoc Cárdenas. Aunque para ello tuvo que destruir a Acción Nacional, obligando a irse a la gente decente del partido que se negó a semejante canallada. Traicionó al propio Clouthier, que habiendo en un principio aceptado la victoria de Cárdenas, optó por decirse ganador de la elección y crear, como hoy El Peje, un gobierno paralelo. El 1º de octubre de 1989 moriría en un accidente carretero…
La falsedad de Diego no tuvo límites en esos momentos, pero ayudando a Carlos Salinas pudo abrirle al PAN puntos de poder hasta llegar a la presidencia. Esa apertura no se basó en la democracia, sino en el más cínico toma y daca. El PAN se vendió a Salinas. Y entre Diego y Carlos Salinas fundaron el PRIAN. Dos veces publiqué en diversos libros la historia precisa de esa compra- venta inicua, y lo pienso hacer una tercera vez en las próximas semanas a ver si la gente por fin capta ese capítulo importante de la historia reciente de México. El libro “El PRIAN” se elaboró en caliente con testimonios de personajes de primera línea del PAN original: Eugenio Ortiz Gallegos, Bernardo Bátiz, Jesús González Schmal, entre otros, y en la izquierda por Luis Sánchez Aguilar y su grupo interdisciplinario de investigadores.
Quien se interese en los pormenores de la historia, podrá encontrar “El PRIAN” en librerías y en Internet. Hay que dar cauce a la verdad. Y a otra cosa, mariposa.
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