lunes, 17 de mayo de 2010

La falta de "el mata Papas" tiene muchas pistas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Dinero

Los negocios de Diego

Enrique Galván Ochoa

Estaba ya muy enfermo el papa Juan Pablo II y muchos ojos seguían desde México lo que sucedía en Roma. Con su reconocida teatralidad, Diego Fernández de Cevallos se puso de pie a mitad de la sesión del Senado, anunció el deceso de Juan Pablo y pidió a los asistentes que guardaran un minuto de silencio. Todo normal, excepto que no había fallecido. No se salvó de un sabroso pitorreo. Irónicamente, el Jefe Diego fue declarado muerto el sábado, tras su sospechosa desaparición; incluso su cadáver supuestamente había sido encontrado en tierras guanajuatenses. La PGR hubo de salir al paso de las versiones sin fundamento. Seguramente hay muchas pistas, en primer lugar la política. Sin embargo, hay otras que no debieran desedeñarse a priori. Se le atribuye una inmensa fortuna. En diciembre de 2004, la señora Claudia Gutiérrez Navarretecito a la revista Contenido“recibió la peor noticia de su vida: tras 25 años de un matrimonio que creía muy feliz, supo que su marido, el senador Diego Fernández de Cevallos, se había sumergido en un acelerado romance con una veinteañera ex reina de belleza”. El Jefe Diego, de 63 años de edad, estaba enamorado de Liliana León Maldonado, de 27. Meses después, las revistas de socialités filtrarían la información de una boda y en 2006 se comentó que Liliana iba a darle un hijo. Será un problema resolver la herencia sin que haya conflictos. Ninguna de las dos damas había aparecido hasta ayer por la tarde en los medios de comunicación.


El juicio del siglo


Otras pistas tampoco desdeñables están conectadas a sus negocios. Hizo ricos a algunosa él, desde luego–, pero tambien perjudicó a muchos. Hace apenas unas semanas la Suprema Corte de Justicia resolvió el caso de los ahorros bancarios de personas que abrieron cuentas hace muchos años, pactaron tasas de interés de alrededor de 100% anual y cuando reclamaron su dinero los bancos se resistieron a devolverlo con sus rendimientos correspondientes. Fernández de Cevallos tomó la causa de uno de los clientes en contra de Banamex. Eso sonó raro. Había sido un resuelto defensor de los bancos, tuvo una participación decisiva en la operación del Fobaproa, junto con Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Fauzi Hamdan y Carlos Medina Plascencia. ¿Cómo es que ahora demandaba a Banamex y por una suma que no cabe en una calculadora común: alrededor de 250 mil millones de pesos? La Corte falló en favor del banco con una argumentación que se antojó truculenta. La reacción del litigante fue sorprendente: quedó satisfecho. Qué raro, ¿verdad? ¿Qué abogado en el ancho mundo queda conforme después de perder un asunto de 250 mil millones de pesos? Esa decisión de la Corte dio las bases para que resolviera en contra de los demás clientes que reclamaban sus ahorros. Fue el juicio del siglo.

Ahumada y el compló

El ex diputado y ex senador se ha movido siempre muy junto a la línea que debería separar los intereses públicos de los privados. Atendía dos canchas a la vez: el Congreso y su despacho privado. Según el libro Derecho de réplica, de uno de sus más famosos clientes, el empresario argentino Carlos Ahumada, su influencia fue decisiva en el nombramiento de la ministra Margarita Luna Ramos. Y el tema nos lleva al famoso compló. Ahumada confiesa que se alió con los enemigos de López Obradorentre ellos Salinas de Gortari y el propio Diego– para frustrar su proyecto presidencial. Grabó los videos del señor de las ligas, René Bejarano. Iban a pagarle a Ahumada 400 millones de pesos por sus servicios pero, dice en su libro, no cumplieron y lo único que recibió fueron 35 millones que le entregaron Manuel Andrade, gobernador de Tabasco; Arturo Montiel, gobernador del estado de México; Enrique Peña Nieto, diputado del PRI; Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi. Conclusión: el caso de su desaparición debe ser resuelto sin dejar dudas, porque no ayuda en nada al país, cada día más hundido en el caos.

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http://www.jornada.unam.mx/2010/05/17/index.php?section=opinion&article=010o1eco

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