La posmodernidad
Las fronteras se han disuelto en un mundo donde no hay identidad propia. La hibridación cultural se ha dado como un proceso de la globalización que, a cada instante, crece un poco más. Es bien sabido que en los lugares más pobres de África lo que toman, propiamente como sustento vital de líquido, no es agua sino, más bien una Coca Cola. Los procesos culturales no están libres de ello, se puede ver la mezcla de idiomas (y hasta de géneros literarios) en un solo libro. Hay spanglish, frenglish, yidish (mezcla de hebreo y alemán) y muchísimas mezclas más en los idiomas actuales. Con esta etapa el humano vive en un ensimismamiento descomunal y va perdiendo poco a poco aquello que lo distingue de otro ser, de otro país, de otra cultura. La UNESCO ha dicho en este año que cerca de 2,500 lenguas están en peligro de desaparición ante la mezcla o la intervención de idiomas ajenos a los propios de una región.
En las calles vemos automovilistas matar animales sin preocupación, nuestros niños crecen viendo animales apachurrados pidiendo amor por las vísceras salidas, nuestros niños conocen el mundo, no por medio de las pláticas de sus padres, hermanos o abuelos, crecen con la ayuda de su segunda madre: la televisión y su segundo padre: el internet.
Las relaciones personales ya no son eso, no somos ya personas, somos máquinas que siguen un patrón ya construido. Vivimos para trabajar, no trabajamos para vivir, hay esposas, esposos, niños y niñas que esperan horas para ver por cinco minutos al padre o madre en cuestión. La neurosis es cosa de todos los días. El sonido del momento es el claxon en la calle, las personas gritando, peleando. En México se vive la realidad de esta y muchas otras formas violentas. Si somos más exactos hay puntos como Cd. Juárez, Tamaulipas o Sinaloa en donde el pan de cada día son disparos, cabezas cortadas, narcos y militares. El mundo de la ficción ya es realidad.
Hace más de 40 años existieron los revolucionarios Ernesto el “Ché” Guevara, la pintora Frida Kalo, el primer caso fue un médico y guerrillero que encabezó la revolución cubana, fue capturado, acribillado y después amputaron sus manos y cabeza. La pintora mexicana sufrió de Poliomielitis a temprana edad, tuvo un accidente automovilístico que repercutió para siempre en su vida. Aquejada por dolores constantes de la espalda y haberse fracturado la pelvis, nunca pudo tener hijos y la mayoría de las veces estuvo fuertemente drogada por los dolores de espalda. En su época fueron grandes íconos de la grandeza humana, hoy lo son de la grandeza de la mercadotecnia, cuando niños y jóvenes compran playeras y tenis Converse sin saber realmente la historia.
Años atrás nuestros antecesores se imaginaban el siglo XXI de una manera gloriosa y justa, por eso caminaban con la cabeza erguida y llenos de esperanza. Hoy caminamos en una dirección desconocida, con la única certeza de que estamos destruyendo el mundo, ejemplo de ello es el calentamiento global, la extinción de flora y fauna y enfermedades incurables, todos nos vemos a la cara y nos preguntamos “¿hacia dónde vamos?” y el silencio es nuestra única respuesta.
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