En defensa de Radio UAQ
Mar 09
¿Qué está pasando en la Universidad Autónoma de Querétaro? ¿Por qué, mientras Tribuna de Querétaro (ver el # 486) informa de la agresión a Julio Figueroa, a quien le fueron flagrantemente violados sus derechos humanos durante el informe de Francisco Garrido Patrón en el Teatro de la República, en contrapartida, para los espacios informativos de Radio UAQ, el suceso no es noticia?
Imagino que las presiones del gobierno estatal para amordazar la radio universitaria son muy fuertes, pues sabido es que la oficina de Comunicación Social, a cargo de Mario de Gasperín Gasperín, como no ocurría desde el gobierno priísta de Mariano de las Casas, tiene a la prensa queretana maiceada, controlada, acotada y sometida, con sus honrosas excepciones, por supuesto.
No hace falta decir que Radio UAQ es un espacio público que históricamente ha dado voz a todos los sectores sociales de nuestra entidad. En eso se ha diferenciado de la llamada radio comercial y, por lo mismo, se extraña el silencio de nuestra emisora en el caso de la agresión a Julio Figueroa por los guaruras del poder ejecutivo del estado.
Todos, quienes escuchamos y/o colaboramos en Radio UAQ, imaginamos las presiones que pesan sobre Liz González para dejar fuera las notas que incomodan a los funcionarios de un gobierno que, dicho sea de paso, se caracteriza por su opacidad en la información pública. Qué difícil ha de ser para la coordinadora de la radio universitaria estar al frente de la estación pues, quienes la conocemos, sabemos que, aunque ella no lo dice, ha asumido como propia la famosa frase de Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
Por supuesto que Liz no está sola, tiene un sólido equipo de trabajo en el que destacan las reporteras Mary, Yadira y Nadxielli, así como los productores y conductores de los diferentes programas; sin embargo, el mayor soporte proviene de la sociedad civil organizada y desorganizada porque, en un hecho sin precedentes, 132 personas hemos firmado una carta dirigida a Raúl Iturralde Olvera, primer rector panista de la UAQ, en donde le planteamos nuestro extrañamiento por el oscuro tratamiento informativo en Radio UAQ.
Y es que quién lo dijera, la nota de la agresión a Julio Figueroa en el Teatro de la República, a manos de los guardias pretorianos de Paco el oPaco, por protestar y exigir justicia en el asesinato de Marco Antonio Hernández Galván, caso conocido como el de la BMW negra, sólo fue censurado en Radio UAQ, cuando en todas las llamadas estaciones comerciales dieron cuenta del lamentable hecho. Vaya, hasta Diario de Querétaro publicó, aunque de manera sesgada y grotesca, la nota.
A mi parecer, los queretanos deberíamos hacerle un reconocimiento público a Julio Figueroa, quien nos recuerda que la impunidad no tiene fecha de caducidad.
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