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Francisco Rodríguez
Los va a matar de risa
8 Diciembre 2008
Para Nina. Feliz cumpleaños
Para el gobernador Humberto Moreira, en Coahuila la pena de muerte ya no está a discusión. Lo que ahora se debate, dice él mismo, es cómo aplicar la pena de muerte a los secuestradores que hayan cobrado la vida de sus rehenes.
Palabras más o menos repite en cuanta entrevista periodística aparece: "La discusión es si (a los secuestradores) los vamos a fusilar, a degollar o ahorcar…".
Nada de eso, señor gobernador, puedo asegurarle que los va a matar de risa.
De carcajada, en efecto, es el mandatario estatal que padecen los coahuilenses. Sus "puntadas", su protagonismo, hacen que palidezcan aquellas que, hace aproximadamente 30 años, interpretara otro gobernador de la entidad, Óscar Flores Tapia, a quien algunos apodaban "La Vaca", por su lema administrativo: "Caminando y haciendo".
Huevos rancheros enlatados para exportar a Estados Unidos, y la puebla del desierto coahuilense con camellos, son meras bromas inocentes al lado de las "jaladas" de Moreira.
Practicante del nepotismo, pues dos de sus hermanos son dirigentes del PRI y, alternadamente, de las secciones del sindicato magisterial, amén de que uno de sus tíos es contratista "fantasma" de las obras de su administración, don Humberto busca con fruición las primeras planas. Igual que cuando denunció a Fox quien le habría ordenado iniciar la persecución a Napoleón Gómez Urrutia –lo que, por cierto, ahora lleva hasta sus últimas consecuencias Fernando Gómez Mont--, como cuando acometió divorcio express para enseguida contraer nupcias con una joven de concurso de belleza.
Con su oposición a la más reciente reforma electoral --y por ende con la de la Legislatura estatal cuyos integrantes actúan cual sus monigotes--, llamó también la atención en el plano nacional.
Vuelve a hacerlo ahora con esta iniciativa para restablecer la pena de muerte, obviamente ya aprobada por "su" Congreso, aún a sabiendas de que tiene cero posibilidades de ser aprobada cual reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Un destacado penalista, el morelense David Jiménez González, quien hoy se desempeña como Magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, participó no ha mucho en un Foro Ciudadano sobre la Reimplantación de la Pena de Muerte, en el que fungió como presidente del jurado
De tal experiencia, recién extrajo conclusiones: de nada sirve que se impongan sanciones y penas más severas en nuestros ordenamientos constitucionales y legales, si los aparatos de seguridad y las instituciones de procuración e impartición de justicia no responden, no funcionan ni operan adecuadamente.
Instó, por tal a mejor instrumentar acciones y mecanismos de inteligencia y coordinación institucional, que permitan tener eficacia en detener y castigar a los delincuentes.
Pero hacer eso no le redituaría mediáticamente a Moreira, quien prefiere el ridículo, y nos mata de risa.
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