Año de héroes que reivindican a la humanidad
18 Diciembre 2008
María Teresa Jardí
María Teresa Jardí
Valiente es el estudiante que en un acto de rabia se levanta y llama espurio al usurpador, aunque se sepa protegido por el padre investigador de la UNAM y sabiendo también que parte al extranjero al día siguiente a continuar con sus estudios. Héroe es el estudiante pobre y anónimo que se levanta y a sabiendas de que se queda en México, sin medir las consecuencias, tira al aíre preguntas que al usurpador, custodiado por el Estado Mayor Presidencial, convertido en México en un peligroso ejército paralelo al Nacional, molestan. Héroe es el que le tira los zapatos a Bush que muchos millones en el mundo quisieran, pero no se atreven, a tirarle. Si la cobardía no fuera la regla ni los Bush serían ni los usurpadores llegarían.
La gracia de Fidel y de Chávez es la valentía. Héroes son, porque, sin medir las consecuencias, se enfrentan al imperio asesino. Héroe es el Che y su mayor virtud fue su valentía. Y por eso por más chascarrillos que haga la derecha diciendo que se le ha convertido en camiseta, como si la Virgen no se hubiera convertido en lo mismo, el Che no va a dejar nunca de representar el regreso de los muchos millones de espartacos que el mundo necesita. Los corruptos llegan hasta donde los cobardes los dejan. Porque lo peor de todo, es que “hazañas” como la de acabar con Bagdad, cuna de la civilización, destruyendo también sus museos para robar mejor las obras de arte que pertenecen al pueblo iraquí, tienen su origen en la corrupción inaudita a la que los pueblos hemos dejado llegar a los políticos, empresarios, funcionarios, militares y policías.
Aquí, cita el Estado Mayor Presidencial, al ciudadano, también héroe cómo están aquí las cosas en materia de procuración e importación de injusticia, que se atrevió a solicitar una investigación oficial sobre la conducta asumida por miembros de ese peligroso ejército paralelo contra el estudiante, moreno y pobre, Marco Virgilio Jiménez Santiago, que en el Palacio Nacional preguntó al usurpador en octubre pasado, el mismo día que el rubio le grito espurio: “¿Libertad?, ¿cuál libertad?, ¡aquí no hay libertad!”. No es lo mismo ser blanco y tener el pelo claro, al enfrentar a un usurpador, que ser moreno y además pobre, ya se sabe.
Y en Irak, traidores a modo del imperio asesino, que invade ese país para robarle sus bienes, golpean a Muntazer Zaidi, acusa el hermano --quien alerta también sobre el hecho de que lo mantienen incomunicado-- de haberle roto un brazo y varias costillas por haberse atrevido a despedir a Bush a zapatazos.
Zapatazos que ya para siempre van a caracterizar el fin de la caída de quien ya está ubicado por la historia al lado de Hitler y de otros racistas dictadores igual de ladrones y asesinos.
Un año terrible el que se acaba y pinta para ser aún peor el que ya está a la vuelta de la esquina. Pero también un año de héroes anónimos y no tan anónimos que reivindican a la humanidad.
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