Traspiés de gato
04 Diciembre 2008
Jorge Lara Rivera
04 Diciembre 2008
Jorge Lara Rivera
“Este era un gato con nariz de trapo, su cara de trapo y la cola al revés. ¿Te lo cuento otra vez?...”
Para el que busca los tres pies del gato –que tiene cuatro– va esta cascada de preguntas.
¿Cómo estuvo eso de que al piloto que antes del despegue llamó a su esposa, todo emocionado, porque iba a llevar de regreso al Secretario de Gobernación, pidiéndole que fuera por él para recogerlo en el aeropuerto de la Ciudad de México, no se le incluyó en las primeras informaciones; hasta el punto de que ella, muy angustiada, tuvo que telefonear a Pepe Cárdenas para hacer público que su esposo había desaparecido, pues no estaba en la lista de los accidentados ni le contestaba el teléfono?
¿Le cambiaron el piloto al Secretario, como pasa con los choferes en las películas de mafiosos? ¿Nadie hacía supervisión de esos vuelos?¿No le toca saber eso al CISEN además de espiar a los ciudadanos? Después de todo era su jefe el que iba allí.
Precisamente en eso estriba el problema de contratar a improvisados, como Guillermo Valdés Castellanos, sólo para pagar favores de campaña como el de ‘cargar’ las encuestas para apuntalar en la percepción social una candidatura desangelada para el hoy jefe del Ejecutivo federal.
¿En qué paró por fin el asunto de las licitaciones y los contratos con la línea de los Learjet que hizo curarse en salud a Luisito Téllez desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y todo ese embrollo armado con las licencias patito de los pilotos?
¿Quién está a cargo de investigar por su gravedad los hechos que el ‘Testigo Protegido’ expresó, sucedieron en la SIEDO, respecto a que le indicaron ‘lo que tenía que decir’ y que ‘firmó declaraciones previamente preparadas’? ¿No son afirmaciones lo bastante serias, toda vez que fueron la base para ordenar el arresto y obsequiar el arraigo de Javier Herrera Valles? ¿Se está revisando ya, por lo menos, la solidez de la materia de las imputaciones contra éste formuladas? ¿Alguien se ha tomado la molestia de averiguar lo que en su carta denunciaban los policías federales contra Genaro García Luna, lo de aquella cita con jefes del cártel o las imputaciones que le hizo el hoy en desgracia Herrera Valles?
¿Resultaría cierto lo del sueldazo (casi 187 mil pesos mensuales) de su hermana?
¿Ha hecho algo alguien en Los Pinos, además de la vista gorda, o Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República, con la información que Víctor Hugo Martínez Rocha diera sobre relaciones peligrosas del probo García Luna y el subsecretario Facundo Rosas con la delincuencia, evidenciadas por los yates ‘Splendor’ y ‘Dreams’, anclados en Acapulco y que hacen maliciar enriquecimiento inexplicable? Digan al menos que eran sólo infundios.
¿Será por distracciones como éstas que la PGR no se dio cuenta de que contrató el servicio de vigilancia de sus hangares en Jalisco y al menos otro estado hasta el pasado 15 de mayo con la empresa del multihomicida de los decapitados en La Marquesa?
¿Cómo va la investigación acerca de los contratos privilegiados de la familia Mouriño con PEMEX? Dijeron que no le iban a dar carpetazo… De veras, sí ¡Lo dijeron!
¿Habrá alguien que aclare si es cierta la teoría del ‘Efecto Dominó’ o por lo menos refiera a los ciudadanos qué es lo que ese hipócrita traficante de influencias Diego Fernández de Cevallos, personero de Carlos Salinas, quería y lo que buscaba el ex procurador del zedillato, Antonio Lozano Gracia, con sus urgentes telefonemas durante las horas en que Mario Arturo Velarde Martínez, ex secretario particular de Genaro García Luna, estuvo detenido declarando, cuando la semana de los arrestos; y quien luego, inesperadamente, salió muy orondo.
Puro misterio y masteleros. Esto ya parece cuento de nunca acabar, que si el trapo, que si el gato, un derecho y el revés ¿Te lo cuento otra vez?
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