Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
Julio Ricardo Blanchet Cruz
• Recuentos...
jrbc@diariolibertad.org.mx
Lo más impactante de la semana (y eso que la semana ha sido bastante impactante) ha sido, sin duda, el pronunciamiento internacional de Felipe Calderón en El Salvador, pronosticando ¡el fin del neoliberalismo!...
Al que por si la anterior declaración no fuera ya suficientemente desconcertante, lo llamó ¡perverso!.
Sí amables lectores, el señor Felipe del $agrado Corazón de Je$ú$ Calderón Hinojo$a, para que no haya dudas de quien lo dijo, no solo le ha declarado la guerra al crimen organizado (con los nefastos resultados por todos conocidos)...
Sino que también le ha declarado la guerra a los delincuentes de cuello blanco, es decir...
A los que, previo acuerdo mutuo (valga la expresión) llevaron a cabo el fraude que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (o sea, oficialmente) acaba de reconocer que existió (¡!)...
O sea, amables lectores, que don Felipe ¡se está peleando con todos!...
Más claro: Es espurio y se pelea con quienes lo pusieron. Lo que en buen castellano se llama traición y ha sido el pan nuestro de cada día en nuestra política mexicana (que no se puede llamar muy limpia que digamos)...
Lo que quiere decir que ya le patina de a feo el coco y ya se creyó lo de las cinco estrellas; o en su defecto, sabe muy bien lo que dice y lo de las cinco estrellas es cierto y verdadero...
Pronto se descubrirá la incógnita y veremos si el Ejército cumple el mandato Constitucional de defender a la Patria (no especifica en contra de nadie en especial) o se dedica a defender a quienes tratan de desaparecerla...
Pero por el momento las matanzas siguen a la oren del día; y la droga continúa en las calles. Lo que habla del rotundo fracaso de la guerra. Y apenas se detiene a un barón (chico o grande) y atrás de él ya hay una fila completa para ocupar su puesto...
El dinero es muy atractivo para todos, lo que demuestra el ojo por ojo y diente por diente que se acaban de aventar entre los capos uniformados y los sin uniforme...
Tú me pegas con uno mediano, yo hago lo mismo y te pego en la SIEDO, me sigues pegando, yo te pego en la PFP. Y mejor ni seguirle porque si atrás de un capo hay otro, llegará un momento en que nadie quiera ser funcionario...
Ya sucedió en Colombia y nosotros seguimos por el mismo camino. No tardan en designar jueces sin nombre, que es lo que sigue a los policías encapuchados, lo que es inentendible, toda vez que antes solo se embozaban los pillos...
Si a eso le agregamos la situación económica y las declaraciones del tristemente célebre “catarrito” que este fin de semana dijo que “La economía mexicana continúa su crecimiento” (¡!)...
Y aunque ciertamente don Agustín no dijo hacia dónde va el “crecimiento”, el sentido común dicta que debe de ser un crecimiento positivo...
Lo que hace aparecer al gordito que administra los dineros del Pueblo, como un cínico; pues sabido es que las perspectivas no son de crecimiento. ¡Vaya!, ni siquiera de equilibrio entre la explosión demográfica y el poder adquisitivo...
Cada vez hay más miseria y en cierta forma, por no decir que de muchas maneras, nuestro México se está pareciendo cada vez más a la nación con la que nos confundieron quienes nos conquistaron: La India...
Donde la división de clases, y por ende la a todas luces injusta distribución de la riqueza, es “religiosamente” ancestral. Unos lo tienen todo mientras otros literalmente se mueren de hambre...
Haciendo recordar las palabras del muy Ilustre Confucio, quien dijo que “En una nación bien gobernada la pobreza debiera dar vergüenza; y en una nación mal gobernada, debiera dar vergüenza la riqueza”...
Para terminar...
Mientras la igle$ia judía de Roma continúa metiéndose (mientras se lo permitan) en lo que no le incumbe y declara voz en cuello que exige acciones “contundentes” contra los funcionarios a los que llamó “traidores”...
La voz póluli se pregunta por qué los cura$ no actúan de la misma manera con los curas pederastas y les aplican castigos iguales de contundentes a los que piden para los demás...
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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