miércoles, 11 de mayo de 2011

Hay que echarlos fuera pero ¡YA!

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Tarjeta roja para enfrentar la emergencia nacional
María Teresa Jardí

Cuando los migrantes, por pinches cinco mil pesos, son vendidos a “Los Zetas” por agentes de Migración, la tarjeta que tiene que sacar la sociedad a la cabeza responsable del fin del Estado, es la roja, exigiendo que se vaya ¡YA! el usurpador y no solamente su operador favorito García Luna, para los que, incluso, es poco que se vayan, como se escuchó también en la marcha, llamando a matarlos, de ese tamaño es el malestar ciudadano, cuando Sicilia exigió al usurpador la remoción del “policía”. Y, aquí, me sumó a lo manifestado por Sicilia: matarlos no, porque no somos asesinos como lo son ellos, hay que juzgarlos.

Nunca se celebró en mi familia el Día de la Madre en el entendido que madre se es, o no es, todos los días de la vida. Pero , cuando escribo esto, que habré extrañado, ayer, como me ha sucedido cada año desde su obligada, por criminales gubernamentales, partida, su llamada felicitándome el Día de la Madre. Extraño ya, cuando esto escribo, la llamada de Abraham Polo Uscanga, brutal e impunemente asesinado, cuando el infame entreguista, traidor a la patria mexicana Ernesto Zedillo manejaba el país. Ejecutado luego de haber denunciado públicamente lo que la derecha se preparaba a hacer con nuestro país a base de ir cambiando las leyes. Asesinado por haber entendido y denunciado lo que venía para México, propiciado por Ernesto Zedillo, con la llegada de los panistas que hoy acaban con los mexicanos y migrantes pobres centroamericanos, asesinándolos, para quedar bien con un imperio que los desprecia, casi tanto como los despreciamos los mexicanos. Desprecio que fue manifestado de manera diáfana en el mitin final de la caravana encabezada por Sicilia, que culminará el 10 de junio en Ciudad Juárez con la firma de un pacto social del que ya se han excluido los que desde siempre se sabía que se iban a excluir.

Una primera respuesta a la concentración que en tantos lugares se diera que, aunque pequeña en cuanto al número de integrantes hartos toca, igual coloca a México en el mundo con un foco encendido de alerta. Lo que ya llevó al gobierno capitalino, es decir, a Ebrard, a firmar un convenio con la administración federal “que contempla la realización de operativos conjuntos con el fin de garantizar la seguridad de la población del Distrito Federal”.

Se acabó la seguridad en el Distrito Federal, apoyado lo anterior por la respuesta del usurpador en el sentido de que García Luna se queda, glorificado, escucho decir a Carmen Aristegui, porque a su vez lo dice Reforma, por la telebasura que su propio mocudrama le produce a García Luna, poniendo sus siglas a la policía que como decente quiere presentar, mintiendo el monopolio deseducador enemigo de los mexicanos, y buscando, es claro, que García Luna siga llevando a cabo la limpia el próximo sexenio por si en lo que le queda de éste no puede deshacerse de todos los que sobramos.

No es suficiente con sacar tarjeta amarilla contra el usurpador Calderón. Contra él, también, se tiene que sacar, necesariamente y ¡YA!, la tarjeta roja, si se quiere enfrentar todavía de manera pacífica la emergencia nacional.

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