¡¡Exijamos lo Imposible!!
La amenaza de Marín
Juan José Solis Delgado
23 de Junio, 2010
Con el título de este artículo, no me refiero al gober precioso Mario Marín, que ya de amenazas y perversiones nos tiene hasta la coronilla; me refiero al chiflado director de MILENIO Carlos Marín.
El día lunes la periodista Carmen Aristegui, congruente con su periodismo de escándalo que le ha caracterizado desde su regreso a la radio en la frecuencia 102.5 F.M. de MVS, propiedad de la familia Vargas, transmitió una serie de conversaciones (extraídas de forma ilegal) del gobernador del Estado de Oaxaca Ulises Ruiz, con dos de sus "achichincles" entre ellos el jefe de campaña del candidato priista al gobierno del Estado, Raúl Castellanos; y con la máxima autoridad de la institución electoral de la entidad.
Estos audios involucraban a MILENIO y RADIOFORMULA como comparsas de un acuerdo (en lo obscurito) para no darle espacio al candidato Gabino Cué.
Por supuesto, los integrantes de la mesa de análisis político del programa radiofónico de Aristegui, opinaron sobre el tema. El doctor Lorenzo Meyer, fiel a su inteligencia emitió diversos argumentos que al parecer molestaron al maniático Carlos Marín.
Este miércoles, en su columna "El asalto a la razón", el otrora flamante reportero de la revista PROCESO, escribió con las vísceras, una amenaza velada en contra del doctor Meyer. Dice Marín: "Espero [Lorenzo Meyer] tengas la honradez y amabilidad de disculparte ahora, y no la cachaza de aguardar hasta que un juez te obligue a hacerlo."
Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención es que un "periodista" como Marín supuesto defensor de la libertad de expresión, quiera acallar la voz de un intelectual, sólo porque no acepta que él y su medio puedan ser criticados. Amenazar al doctor Meyer con llevarlo a un juicio por haberlo calumniado, parece más un exceso de idiotez y una nula sensatez que dicen prohijar en aquel periódico.
Pero se debe observar con atención. Marín litiga calumnias, pero en el fondo no desmiente el señalamiento al acuerdo intrigante de su empresa periodística. Resulta que le exige disculpas a Meyer, y es su delfín Gómez Leyva quien tacha de echar mierda y difundirla.
Definitivamente Carlos Marín está perdido, el poder, la soberbia y la arrogancia lo han rebasado. Es una pena que aquel reportero de primer nivel, que investigaba y escribía con inteligencia, hoy no tenga el menor talento para reconocer su corrupción.
En diversos ámbitos, entre ellos el periodismo, se dice que todos tienen un precio, algunos nunca son alcanzados, en otros fácilmente se puede ver cuando ya les llegaron.
En el camino:
Por alguna razón, la amenaza de Marín me hizo recordar que la tradición oral mexicana es vasta, por ello recupero la siguiente expresión:
"Hay dos cosas que no se puede ocultar: el dinero y lo pendejo"
twitter:@juanjosesolis
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