¡¡Exijamos lo Imposible!!
Un nuevo episodio del caso Maciel
Juan José Morales
Escrutinio
Quizá para cuando estos comentarios se publiquen, ya la congregación de los Legionarios de Cristo tenga nueva cabeza, pues el Papa Benedicto XVI está a punto de designar un comisario encargado de su refundación. Esto es, de reestructurarla por completo. El nombre que ha venido sonando en los últimos días es el del arzobispo Velasio de Paolis, un personaje próximo al Secretario de Estado de El vaticano, Tarcisio Bertone. Los rumores de que será el designado se fortalecen porque De Paolis sostuvo un encuentro privado con el Papa inmediatamente después de que éste recibiera al actual dirigente de la Legión, Álvaro Corcuera, a quien presumiblemente le notificó su despido.
Por otro lado De Paolis, presidente de la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede, es el jefe máximo de la Iglesia Católica en cuestiones financieras. Ello lo hace el más indicado para tomar las riendas de los Legionarios de Cristo, una congregación que por la cuantía de sus negocios, el enorme volumen de recursos económicos que maneja y la cantidad de valiosas propiedades inmobiliarias y de otro tipo que posee en muchos países, se ha ganado merecidamente el mote de Millonarios de Cristo.
Para El Vaticano, resulta fundamental establecer un adecuado control sobre esa gran riqueza, estimada en más de 300 mil millones de pesos, que Marcial Maciel y su grupo lograron acumular y manejaron durante mucho tiempo con una gran autonomía —prácticamente sin el menor control por parte del Vaticano— gracias a su habilidad para congraciarse con los jerarcas católicos o francamente sobornándolos para que les dejaran manos libres. Una de las primeras tareas a las que deberá enfrentarse el comisario, será determinar a nombre de quién se encuentra esa inmensa cantidad de edificios, cuentas bancarias, empresas de diverso género, vehículos, terrenos, escuelas primarias, universidades, seminarios y otros muchos bienes que formalmente pertenecen a la Legión pero de los cuales se desconoce exactamente su situación legal. Ese delicado trabajo requiere de alguien que sea experto en finanzas como lo es De Paolis y además —y sobre todo— de la plena confianza del Papa. Y la indagación, desde luego, exige sacar de la dirección de la Legión a quienes actualmente la encabezan, pues fueron formados bajo la égida de Maciel, le profesaron absoluta fidelidad y fueron sus encubridores y cómplices.
Sólo así se explica, por ejemplo, que —según recientes revelaciones— la hija española de Maciel viva en la opulencia en Madrid y disponga, junto con su madre, de propiedades valuadas en más de 150 millones de pesos. Todo ello mientras a los legionarios “de a pie”, los seminaristas, canónigos y sacerdotes del común —no los dirigentes de la Legión—, se les obliga a seguir al pie de la letra los votos de pobreza y castidad.
El otro problema que deberá resolver el nuevo dirigente de la congregación es el de las demandas de los hijos que dejó regados por ahí Maciel, un hombre al que —dicho sea de paso— el Papa Juan Pablo II puso como ejemplo para la juventud y estuvo a punto de elevar a los altares. En total, a Maciel se le conocen cuatro vástagos engendrados con diferentes mujeres —la ya mencionada hija y tres varones—, pero al parecer hay otros dos que en cualquier momento pueden aparecer y reclamar parte del enorme caudal amasado por su progenitor. Ya, por lo pronto, uno de los hijos conocidos, registrado con el nombre de Raúl González Lara —recuérdese que Maciel usaba nombres falsos y pasaportes apócrifos y se hacía pasar por agente de la CIA o alto funcionario de la compañía petrolera Shell para ocultar su verdadera identidad— ha reclamado ante un tribunal de Estados Unidos una indemnización por los abusos sexuales de que fue objeto cuando niño durante nueve años por parte de Maciel. La demanda es contra los Legionarios de Cristo y El Vaticano porque —dice el abogado que lo representa— estaban enterados de la doble vida de Maciel. Y se presentó ante un tribunal de Connecticut porque —como parte de sus manejos financieros— la congregación opera desde ese estado norteamericano como una empresa llamada Legion of Christ Inc.
En fin, el caso Maciel sigue dando de qué hablar.
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