Recomendación 17/09 ¡un reclamo!
por Balbina Flores
La Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la recomendación 17/09 sobre casos de agresiones a periodistas y la impunidad. Nada más oportuno, con ello podemos decir que el ombusman, José Luis Soberánes, que está por concluir su gestión en ese organismo, deja sobre la mesa uno de los pendientes para su predecesor; un balance nada agradable para la libertad de prensa y expresión en México.
El documento de 32 páginas enlista de forma detallada no sólo los nombres de los periodistas asesinados (52) y desaparecidos, sino que da nombre a aquellos actos de dilación por parte de las autoridades federales y locales que han obstaculizado la procuración e impartición de justicia, dicho en palabras de misma CNDH: han “actuado con dolo y negligencia”, y eso se llama impunidad.
Agravios en cifras:
De 2000-2009 la CNDH documentó 502 expedientes, un promedio de 54 por año. La cifra más alta se registró en 2008, 84 expedientes y de enero a julio de 2009, 46, una situación que advierte la alza en torno a las agresiones. De los expedientes, iniciado en 51 casos, la Comisión emitió recomendaciones y aunque no precisa cuantas fueron cumplidas en su totalidad, podemos pensar que la mayoría no fueron cumplidas. Finalmente las recomendaciones enfrentan los mismos obstáculos que las investigaciones de los agravios a periodistas, la dilación y la negligencia.
La preguntas sería qué hacer frente a ello, a quién le corresponde hacerla cumplir. Deberá la próxima legislatura tomar cartas en este punto como en muchos otros en materia de derechos humanos.
En este contexto, son bienvenidos los siete puntos de la recomendación de la CNDH, dirigida a los gobernadores, al jefe de gobierno del Distrito Federal, al Procurador General de la República y el Procurador de Justicia Militar, en lo que señala como puntos centrales: Terminar con la impunidad, lograr la protección del ejercicio periodístico y actuación eficaz de las autoridades, sancionar el dolo y negligencia de las autoridades que hayan incurrido en irregularidades, garantizar la seguridad de los periodistas, la reparación del daño a las víctimas y revisar las competencia de las diversas autoridades y mecanismos de rendición de cuentas.
Quien quiera tomar la estafeta en la CNDH en los próximos años, deberá ir más allá de las recomendaciones e impulsar de manera decidida su cumplimiento, sin ello no será posible acabar con la impunidad.
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