Cuando escribí temprano la reflexión publicada hoy en el Noticiero Nacional de Televisión y en CubaDebate, no había leído todavía un despacho publicado en México por Mark Stevenson y David Koop, transmitido por AP, la principal agencia cablegráfica de Estados Unidos.
Desde luego que no había intención alguna de darme la razón, cuando más de una vez reiteró que yo había acusado a México de ocultar la epidemia hasta después de la visita de Obama a México.
Continué imperturbable leyendo el despacho del que disponía, gracias a boletines que recogen noticias de la prensa internacional, que no están incluidas en las 326 páginas publicadas ayer por las agencias radicadas en Cuba.
Es un artículo de la AP de especial interés en este momento, ¿qué dice textualmente?
La visita de Obama el 16 de abril se produjo una semana antes de que los funcionarios de salud anunciaran que la influenza porcina se estaba diseminando, lo que condujo al eventual cierre masivo que prácticamente paralizó a muchas partes del país.
“Un estudio publicado este lunes en la revista Science calculaba que ya el 23 de abril, día en que anunció la epidemia, posiblemente México tuviera ya 23,000 casos de influenza porcina. El estudio considera que la influenza porcina causa la muerte de entre 0,4% y 1,4% de sus víctimas, pero el autor principal Neil Ferguson, del Imperial College de Londres, afirmó que los datos son aún incompletos.
“‘Resulta harto difícil, en esta fase, cuantificar el impacto en la salud humana’, apuntó.
“El análisis publicado por Science sugiere la existencia de muchos más casos que los confirmados en los laboratorios, entre 6 mil y 32 mil en México desde el 23 de abril. La influenza se ha expandido desde entonces por todo el mundo y según el estudio parece ser mucho más contagiosa que la influenza común que se presenta cada temporada.
“Los investigadores también compararon el ADN de los virus en 23 casos confirmados e hicieron un estimado de que el 12 de enero deben haberse producido los primeros casos, presumiblemente transmitidos de persona a persona, si bien consideran que pudo haber comenzado en cualquier momento entre el 3 de noviembre y el 2 de marzo.
“Los investigadores indicaron que al parecer la influenza H1N1 del 2009 será tan severa como la de 1957, pero menos que la versión mortal de 1918.
“En México, la reapertura de los jardines de la infancia y escuelas primarias y secundarias cerradas desde el 24 de abril fue el más reciente paso en los esfuerzos por retornar a cierta normalidad. Los negocios, servicios gubernamentales, preuniversitarios y universidades reabrieron sus puertas la pasada semana.
“Sin embargo, seis de los 31 estados mexicanos pospusieron la reapertura de las escuelas por otra semana por el aumento de los casos de influenza a nivel local y un séptimo estado lo pospuso un día más, hasta el martes. El Departamento de Educación anunció que añadiría siete días al calendario escolar para recuperar el tiempo perdido.
“Pero mientras los funcionarios elogiaban a los sistemas de educación y salud por su respuesta a la crisis, se percibe que el ya sobrecargado sistema de salud de México empieza a dar señales de estar bajo grandes presiones.
“Docenas de trabajadores de la salud subordinados al gobierno, incluido médicos y enfermeras, realizaron marchas y bloquearon calles en la ciudad costera de Jalapa para exigir aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo.
“‘El gobierno nos pidió ayuda para combatir la epidemia de influenza, ahora nosotros le pedimos al gobierno que nos haga justicia’, dijo la enfermera Mariana Cortés, una de las organizadoras de la protesta.”
¡Los esfuerzos que hice para demostrar que desde fines de marzo ya se estaban produciendo síntomas, cinco semanas antes del anuncio oficial de la epidemia!
La revista Science expresa su opinión de que posiblemente entre enero y marzo de 2009 surgió la enfermedad en México.
No soy yo el que escribió ese despacho ni el artículo de Science. Como lo que afirma equivale a más de 10 veces el número de enfermos que yo dije, y está evaluado por una de las revistas científicas más prestigiosas en el mundo, me pregunto si el Presidente y los líderes de su partido visitaron ya al embajador de Estados Unidos en México y lo amenazaron con romper las relaciones diplomáticas con ese país.
No hace mucho observé con preocupación que el honorable señor Presidente de México se disgustó cuando en una reflexión critiqué a su ilustre predecesor. ¡Qué tonto fui al mencionar aquella virgen vestal de la oligarquía mexicana! Se sintió en la necesidad de protestar en un comentario público.
Algunos se preguntan a título de qué hablo yo. Lo he dicho bien claro: con el de El Compañero Fidel, Me siento orgulloso de ser militante del Partido Comunista de Cuba. Cuando escribí lo que tanto agrió al presidente Calderón, titulé el mismo como lo que pasaba por mi mente. Es lo que ocurrió mientras leía su declaración contra Cuba. No violé las normas de la ética. Dije con toda sinceridad y sin insulto lo que pensaba. He sido entrenado por 10 Presidentes de Estados Unidos. A uno de ellos lo respeto mucho: a Carter. Alguno de los demás dio unas veces lo mejor y otras lo peor de sí. Varios de ellos, únicamente lo peor porque no tenían otra cosa que ofrecer. Al número 11 lo observo cuidadosamente. A todos agradezco lo mucho que aprendí a lidiar con los poderosos.
No tengo nada más que ofrecer hoy.
Mayo 14 de 2009
7 y 14 p.m.
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