Elba Esther Gordillo y las 59 Hummers
No habían pasado 24 horas del cierre de la peor semana financiera de la historia, cuando Elba Esther Gordillo regaló 59 Hummers a un igual número de “líderes?” del magisterio, y anunció movilizaciones para que le den otros 8 mil millones de pesos… aparte del presupuesto que le destinará Felipe Calderón en 2009 por la “Alianza por la Calidad de la Educación”, ese supuesto programa público que nadie discutió, que suena más a pago por los favores recibidos en la elección de 2006, y cuyos recursos serán pagados por todos nosotros.
Qué país. Millones de mexicanos están en el desempleo y millones más lo perderán en los próximos meses. Vienen inflación, depreciación del peso, parálisis bancaria, quiebra de familias y de empresas… y la señora regalando Hummers. Qué vergüenza. Como si no fueran ya suficientes nuestros 40 millones de miserables, la inseguridad, la desigualdad, las matanzas por el narco, la represión (Morelos, Chiapas, Puebla, Oaxaca…), la ausencia de administración de justicia, los monopolios, la falta de proyecto social, la desconfianza en las autoridades, el aumento de arrestos (y condenas) de opositores políticos o la terrible militarización del país.
¿Cómo definir el “Fenómeno Gordillo”? ¿Cómo ponerle nombre a la vulgaridad de esta aliada de los presidentes del PAN? Corrupción, impunidad, desvergüenza, crímen organizado y/o tráfico de influencias suenan –incluso juntas– muy débiles. ¿Cómo llamar por su nombre a este monstruo impune, confidente de Calderón y de Fox, símbolo de todo lo que los ciudadanos honestos odiamos?
Ay, Dios mío. Lo dicho: los políticos son un quiste, ¡qué va!: una herida putrefacta. Y es su pús la que hace a este país oler tan mal.
Da tristeza. ¿De qué estamos hechos los mexicanos que permitimos, pasivos, tanta grosería? Les pregunto y me pregunto: ¿De qué estamos hechos, mexicanos? ¿Qué Nación hemos construído?
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