¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL
De lo malo hay que sacar siquiera algo positivo.
Lo sucedido en el Centro de Adicciones de Iztapalapa, en donde supuestamente estaban retenidos en calidad de esclavos un centenar de personas de toda las edades, a los que se les hacía trabajar todo el día, sin sueldo, sin tener un lugar donde dormir (dormían en el suelo) y por escasa comida.
No solo debe de ser investigado a fondo hasta encontrar y castigar a los responsables de semejante barbarie, impensable para un México del Siglo XXI y del Tercer Milenio, en el que se supone que este tipo de cosas ya no pueden existir.
Sino que deberá servir para poner mucha atención en los demás “centros de rehabilitación” que se han puesto tan de moda en todo el territorio; pero que en el fondo son verdaderas prisiones simuladas.
En donde la humillación, el mal trato y hasta los golpes (tortura) es la forma en que se “rehabilita” a los pacientes; a los que encima de todo, les cobran cualquier cantidad de dinero (de acuerdo al sapo es la pedrada)
Lamentablemente lo de Iztapalapa es solo la punta que se asoma del iceberg. La realidad es que esto de los centros de rehabilitación es un negocio redondo y un problema sabido desde hace mucho, en el que las Autoridades no han querido hacer nada.
EDITORIAL
De lo malo hay que sacar siquiera algo positivo.
Lo sucedido en el Centro de Adicciones de Iztapalapa, en donde supuestamente estaban retenidos en calidad de esclavos un centenar de personas de toda las edades, a los que se les hacía trabajar todo el día, sin sueldo, sin tener un lugar donde dormir (dormían en el suelo) y por escasa comida.
No solo debe de ser investigado a fondo hasta encontrar y castigar a los responsables de semejante barbarie, impensable para un México del Siglo XXI y del Tercer Milenio, en el que se supone que este tipo de cosas ya no pueden existir.
Sino que deberá servir para poner mucha atención en los demás “centros de rehabilitación” que se han puesto tan de moda en todo el territorio; pero que en el fondo son verdaderas prisiones simuladas.
En donde la humillación, el mal trato y hasta los golpes (tortura) es la forma en que se “rehabilita” a los pacientes; a los que encima de todo, les cobran cualquier cantidad de dinero (de acuerdo al sapo es la pedrada)
Lamentablemente lo de Iztapalapa es solo la punta que se asoma del iceberg. La realidad es que esto de los centros de rehabilitación es un negocio redondo y un problema sabido desde hace mucho, en el que las Autoridades no han querido hacer nada.
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