EDITORIAL
Absolutamente inaceptable.
“La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado”. Montesquieu.
Si bien es cierto que el ejecutar a los delincuentes puede obtener la simpatía de la mayoría de los ciudadanos, que hartos de la violencia aceptan cualquier cosa, lo que sea, con tal de que les proporcione una seguridad hoy inexistente.
También da a entender que se vive en un Estado por demás fallido; por no decir que de barbarie. Que incapaz de cumplir con la seguridad, que es el primer compromiso que con sus ciudadanos tiene cualquier Estado (la educación y la salud son los otros dos) recurre a asesinos a sueldo para que impongan el orden que oficialmente quienes gobiernan no han logrado imponer.
Ya pasamos los tiempos de Luís XIV “L’Estat c’est moi” (El Estado soy yo). Y don Mauricio Fernández Garza debe de ajustarse a las Leyes, emulando sus propias palabras, por las buenas, o por las malas.
Y más vale que sea por las buenas y lo meta en cintura el Gobierno estatal, o el Gobierno federal; cuando menos antes de que los barones de las drogas se les adelanten y lo pongan más que horizontal.
Pues ese tipo de declaraciones de que se va a tomar atribuciones que no le corresponden, a más de imprudentes, son extremadamente peligrosas, en todos los sentidos, pues conllevan el riesgo de que los ciudadanos, con el ejemplo de las Autoridades, también actúen de la misma manera y se hagan Justicia por propia mano, tomándose también, atribuciones que no les corresponden.
Restando solo enfatizar, que al que van a poner en paz, es precisamente a don Mauricio, a quien le va a faltar dinero, y eso que tiene de sobra, para contratar más matones a sueldo para que lo defiendan. Al tiempo.
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