¡¡Exijamos lo Imposible!!
Gran Angular
Raúl Rodríguez Cortés
26 de octubre de 2009
Mañana se cumplirán tres años del asesinato del camarógrafo independiente Brad Will durante el conflicto social que tuvo lugar en Oaxaca durante 2006 y 2007. El también activista estadounidense fue abatido el viernes 27 de octubre de 2006 en un tiroteo entre policías locales y manifestantes de la APPO. Su muerte dio lugar a una fuerte presión internacional que fue la que finalmente decidió a Vicente Fox a lanzar a la Policía Federal contra la protesta popular.
Las primeras evidencias mostraban que Will había muerto a manos de policías oaxaqueños hasta que la PGR elaboró la hipótesis de que el activista estadounidense fue asesinado por uno de los manifestantes de la APPO. La versión, puesta en duda primero y desmentida después por las indagatorias de la CNDH, no se sostenía por sí misma hasta que apareció otro camarógrafo, este mexicano, que se convirtió en testigo protegido de la PGR después de declarar que vio cómo Will fue abatido, a unos centímetros de distancia, por un activista de la APPO.
Ese testigo se llama Carol Iván Illescas Reséndiz, quien dejó de trabajar para una televisora privada y fue contratado por el gobierno de Ulises Ruiz. Su declaración se convirtió en pieza fundamental para que el MP federal acusara del homicidio al militante de la APPO Juan Manuel Martínez Moreno, quien es procesado y lleva casi un año en prisión.
Resulta, sin embargo, que el pasado 29 de septiembre, durante una audiencia sobre el caso que se prolongó por 13 horas, el testigo Illescas Reséndiz dijo no conocer al inculpado Martínez Moreno y que no lo ubicó en los videos que le pusieron a la vista, unos grabados por él mismo y otros por el camarógrafo asesinado. Explicó que en el momento que se escucha el disparo que termina con la vida de Will se encontraba de espaldas a la cámara del estadounidense y no tenía la visibilidad para darse cuenta de quién disparó. Por ello declaró tajantemente y en sentido contrario a lo sostenido por la PGR: “No vi quién le disparó a Brad”.
Durante la referida audiencia, de acuerdo con las grabaciones analizadas y con la declaración de Illescas, se certificó también que ninguna de las personas cercanas a Will aparece con armas, lo que derrumba el examen de campo realizado por la PGR, desvanece pruebas centrales contra el detenido Martínez Moreno y pone en duda el fundamento de la hipótesis de que el activista de EU cayó a manos de la gente con que simpatizaba.
Parece, pues, que un inocente paga por un crimen que no cometió y que el verdadero asesino está impune. Algo que ya es dolorosamente común en nuestro país.
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