EDITORIAL
Del sartén a las brasas.
El rechazo que por parte de los palestinos cristianos está enfrentando Benedictus XVI ante la visita que hará a Israel en los próximos días, es una clara evidencia de que el Estado Vaticano y toda su incongruente parafernalia van, afortunadamente, de caída.
No obstante, falta al parecer mucho para que la humanidad se deshaga de toda la iconografía idólatra que tanto ha dañado a los hombres y hasta al propio Planeta, la Madre Tierra, con la que estamos cometiendo una especie de parricidio del que tarde o temprano nos arrepentiremos.
Porque lamentablemente quienes han dejado de creer en el dios judío, hoy vencedor del virus de la Influenza Porcina, según dicho del propio Sumo Pontífice, enfocan sus esperanzas en algún otro ente inexistente de los que hoy se encuentran literalmente por cientos.
Sin soslayar que el dios judío habrá vencido al virus mutante (¡vaya mérito!) pero no ha podido hacer nada para que cada año seis millones de niños no mueran de hambre en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario