EDITORIAL
Por fin.
Volviendo al extensamente tocado tema de la ceguera de nuestros políticos quienes al parecer no se dan cuenta de lo que hacen y dicen.
Si el hecho que el Secretario de Salubridad y Asistencia hubiera declarado que no habría sanciones para quien incumpliera las disposiciones contra la “pandemia” de influenza, ya daba una idea de que sí saben lo que están haciendo.
Toda vez que no obligar a los ciudadanos a cumplir con las disposiciones que evitarían el contagio colectivo sería insensato; toda vez que la salud de un pueblo debiese estar por sobre todas las cosas, incluso encima de la seguridad y la educación.
Influenza que, por lo visto, ni llegó, ni se ha ido, sino que más bien siempre ha convivido con nosotros, pues el numero de decesos por la “grippe o trancazo”, como médicamente se le conocía en tiempos pasados, no ha comparativamente aumentado.
Es decir, que los muertos por la influenza “humana”, no son más que los que ocasiona una influenza cualquiera.
El que José Ángel Córdova Villalobos, el mismo que ha recibido reconocimientos por el manejo de la “pandemia”, por fin haya reconocido que el alcoholismo es más dañino que la influenza (y eso que no ha volteado a ver las estadísticas sobre las 165 muertes que diariamente ocasiona el tabaco)
Da a entender que los políticos sí saben lo que hacen y que el Doctor sí sabe que la famosa vacuna, china o francesa, de donde venga, no es efectiva.
Y que en consecuencia, la compra de las famosas vacunas es una farsa; como también lo es lo del 2 % que antes lo iban a aplicar a los pobres y ahora dicen que lo van a aplicar a las vacunas.
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