domingo, 19 de diciembre de 2010

Salinas y su mamotreto de libro

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Tercera justificación, ningún mea culpa
Álvaro Delgado

En menos de 10 años, el expresidente Carlos Salinas de Gortari ha publicado más de 3 mil páginas de recuerdos, alegatos, advertencias, propuestas para mejorar la democraciaque no aplicó desde el podery muchas acusaciones. En la promoción de su más reciente libro, Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, adelantó sus juicios contra un grupo heterogéneo de intelectuales. Dos de ellos, Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer, opinan en entrevista sobre el nuevo intento de Salinas para volver a la política activa.

A tres lustros de haber concluido su sexenio, y ante la posibilidad de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) reconquiste el poder presidencial en 2012, Carlos Salinas de Gortari irrumpe (una vez más) en el escenario nacional con un nuevo libro en el que advierte que “México está en peligro” y cuya salvación él se propone en su doble condición: como combatiente de los “intelectuales orgánicos” que solapan las causas de la crisis y como activista de la participación cívica.

Pero detrás de Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, un volumen de 975 páginasel tercero que publica en una década–, se encuentra la “obsesión” de Salinas por justificar su mal gobierno, lucrar políticamente con la crisis del régimen político y, “narcisista” como es, rescribir su protagonismo en la historia de México.

Sólo que su influencia política en México, incluido el PRI, es muy relativa, aseguran Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo, investigadores de El Colegio de México, dos de los intelectuales a los que Salinas descalifica en su libro junto a Enrique Krauze y Jorge Castañeda, así como a los periodistas Carmen Aristegui, Denise Dresser y Miguel Ángel Granados Chapa.

“Salinas tiene influencia entre núcleos de interés”, reconoce Aguayo, pero la realidad es que no goza ni siquiera de la lealtad de personajes como el gobernador Enrique Peña Nieto, la dirigente priista Beatriz Paredes y su inminente sucesor, Humberto Moreira, ni de la profesora Elba Esther Gordillo o del magnate Carlos Slim.

“Con ellos puede grillar, pero no puede tener el protagonismo de la historia que él busca”, subraya Aguayo, quien resume el drama de Salinas: “Es un broker del poder, un corredor que ve pasar por sus manos miles de millones de dólares y, al final del día, se queda sin nada de ese poder”.

Y como activista de la participación ciudadana –“nadie hará por el pueblo lo que el pueblo no haga por sí mismo”, postula–, Salinas está fuera de tiempo, aclara: “Es un profeta iluminado con una nueva doctrina que no ha practicado nunca”.

Meyer, por su parte, cree también que se ha sobredimensionado la influencia de Salinas y prueba de ello es que a su sucesor, Ernesto Zedillo, le fue muy fácil deshacerse de él una vez investido del poder institucional. Si Peña Nieto es presidente, dice, puede hacer lo mismo, como lo hizo antes Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles.

“En ese sentido, a Peña Nieto le convendría ser un Cárdenas. Se vería no solamente guapo, sino valiente”, aventura Meyer, quien juzga que la presencia de Salinas y su protagonismo sólo se explican por la degradación de la vida política mexicana:

“Salinas y el salinismo son un indicador de qué tan mal estamos en México, de cómo fracasó el gran proyecto democrático que se vislumbró al cambiar el siglo y que ahora está hecho trizas.”

Y sobre los agravios del salinismo, como el colapso de la economía mexicana al dejar el poder en diciembre de 1994, advierte: “Si a esta sociedad, vía el manejo de la televisión, del dinero y de las relaciones clientelares, se le olvida, en realidad es porque habrá olvidado el sentido de la dignidad”.

Se duele el historiador: “Yo confiaba más en mis conciudadanos y estaba seguro de que Salinas era cosa del pasado, que con esa enorme carga negativa de su biografía política no podría representar nada para el futuro. Pero se abre la posibilidad de que el futuro de México sea una variante de su pasado. Es una desgracia”.

Aguayo: “No se resigna”

Luego de publicar en 2000 México, un paso difícil a la modernidadde mil 392 páginas y en 2008 La década perdida, 1995-2006. Neoliberalismo y populismo en Méxicode 959 páginas–, Salinas lanzó Democracia republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, que define como “el último de una trilogía que representa, entre otras cosas, un intenso ejercicio de rendición de cuentas”.

El título que pensó inicialmente era Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, pero debió cambiarlo porque la editorial Random House Mondadori le advirtió que se prestaría al escarnio de ser identificado como el expresidente “ni-ni”, como se llama a los jóvenes que ni estudian ni trabajan.

El libro plantea desde el prólogo: “México está en peligro. La soberanía de la nación, la libertad y la justicia se ven seriamente amenazadas, incluso en riesgo de desaparecer. De ese tamaño es el trance por el que atraviesa el país”.

sigue la nota:
http://senderodefecal1.blogspot.com/2010/12/proceso-tercera-justificacion-ningun.html

1 comentario:

Ivan Chávez dijo...

Por fin terminé de leer este libro “Democracia Republicana”; Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, es el título del libro de Carlos Salinas de Gortari, del cual voy a dar una reseña no muy extensa, aunque el libro si lo sea un texto de casi mil páginas que se vuelve muy pesado, comienzo con decir que en principio, es un libro muy complejo de comprender, ya que está basado en análisis cuantitativos, temáticas de economía, en donde presenta de manera complicada sus síntesis (económica), ya que es muy somera su descripción y No narrada a detalle, en fin, podría decir, que una persona especializada en economía, administración o contaduría tendría mayor perspectiva en su lectura, bien yo en contexto y a título personal resaltaría el capítulo cinco y el capítulo siete de los cuales son más interesantes, el primero en mención narra la historia de la democracia en los tiempos de Cicerón, Maquiavelo, Montesquieu… etc. Es decir, entre muchos otros, eso me pareció muy interesante, y el capítulo siete se vuelve interesante ya que en esta parte narra algunos acontecimientos relevantes y como ejemplo; Zedillo y Acteal, Chiapas… entre otros temas de suma relevancia, como por ejemplo determinó: que hoy nuestro actual Presidente Peña Nieto, o una de dos leyó éste libro y está haciendo caso a la política manifestada por su antecesor… la pregunta que quizá exista ¿por qué leer a Carlos Salinas de Gortari? Me parece que en base a la evolución de presidentes que ha tenido nuestra Nación éste podría ser de mayor relevancia, en donde manejó a un país con la experiencia de un pasado y con la idea de su porvenir, Salinas fue y seguirá siendo un emblema de manejo de país… por tanto lo recomiendo aún y con sus críticas como persona o como presidente, léanlo y den su mejor opinión…