¡¡Exijamos lo Imposible!!
Satiricosas
Por Manú Dornbierer
Los parásitos consentidos
“Los mexicanos desconocen cuánta gente trabaja en las Administraciones Públicas del Estado, en gran medida porque sólo 6 de los 32 estados del país ofrecen esas cifras. Me atrevo a avanzar la hipótesis de que en algunas regiones del país el empleo público sigue siendo un ‘premio clientelar’ para bases de apoyo electoral”, explicó recientemente a la agencia EFE, Juan Pardinas, especialista en análisis presupuestario y rendición de cuentas, director de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Pero como bien sabe el lector, todo, absolutamente todo sale del bolsillo de los ciudadanos que mantenemos a una inmensa burocracia. No sabemos cuántos son, pero sí sabemos que a todos mantenemos. En el reciente debate por el presupuesto, el senador del PRD Tomás Torres Mercado se pronunció porque la Cámara de Diputados aplique un verdadero recorte en las plazas de más alto nivel de la llamada “alta burocracia”. Una burocracia -sentenció el senador por Zacatecas- “que es obesa, ineficiente y es sobre todo inconsciente de que el dinero de los mexicanos se queda en los bolsillos de los altos funcionarios”. Conceptos como éstos se aplican naturalmente a los partidos políticos desde sus comités ejecutivos hasta el último de sus achichincles. Y en este tenor es verdaderamente vergonzoso que nos obliguen a mantener a personajes inmorales y bandidos como algunos de los que el PAN acaba de nombrar miembros de su Comité Ejecutivo Nacional. Entre los 40 que lo conforman hay personajes abominables y entre ellos algunas mujeres. Se ufanan precisamente los panistas de que nunca hubo tantas. Pero las escogieron por lo que usted quiera, menos por su moralidad ciudadana.
LA SECRETARIA
El pasado 8 de diciembre el flamante presidente del PAN, Gustavo Madero, con infinita torpeza, presentó así a una perversa exfuncionaria: “Buenas noches. Es un gusto presentarles el día de hoy a la nueva secretaria General del Partido Acción Nacional, Cecilia Romero, que ha sido nombrada por el Comité Ejecutivo Nacional”.
Quizás no leyó el 15 de septiembre de 2010 esta nota en la prensa: “... El gobierno federal confirmó que Cecilia Romero dejó a partir de ayer el cargo como comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM)”. ¿Por qué? ¿Por ingenua, incompetente o ciega? No, no la hubiera nombrado Calderón en semejante puesto ¿o sí? ¿Por cómplice y solapadora de todos aquellos que han logrado que los que transitan por México para ir a Estados Unidos, sean desde que entran, objeto de violaciones de todo tipo a sus derechos humanos por lo que llaman a nuestro país “EL MONSTRUO”?
¿Fue esta piadosa integrante del Yunque sólo una víctima de la amistad de Calderón que quiso darle un buen hueso a su amiga? En ese caso amén de haberla juzgado a ella, habría que juzgarlo a él por disponer con tan tremenda ligereza de un puesto tan especial para la justicia y el honor de nuestro país ¡y para la vida de los cientos de miles de migrantes!
¿Cómo podemos los mexicanos defender de los gringos a nuestros propios migrantes si hay funcionarios como esta mujer que toleró que nuestra frontera Sur sea uno de los grandes infiernos del planeta? Pero hoy, en vez de juzgarla, la resguarda Calderón en el mullido CEN del PAN a costillas de todos los mexicanos, no sólo de los panistas. Se la acusó en la prensa hasta el cansancio, en términos como éstos: En el paso de Cecilia Romero por Migración, se acentuó la colusión de agentes migratorios con las bandas de polleros, de los traficantes de seres humanos. A principios de 2010, la Procuraduría General de la República descubrió que funcionarios del INM (Instituto Nacional de Migración) formaban parte de un grupo delictivo que operaba en una ruta del Sureste al Bajío, entre los aeropuertos de Cancún y Guadalajara. Una veintena de elementos de migración fue acusada de traficar con indocumentados. En la gestión de Romero prosperó el secuestro y extorsión de miles de indocumentados. Testimonios de inmigrantes, recogidos por los responsables de las casas de refugio católicas en el territorio nacional, hablan de la complicidad de agentes de migración y de policías municipales, estatales y federales. Así fue, hasta que le explotó el caso de la atroz matanza de 72 indocumentados en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, y la funcionaria del Yunque mostró insensibilidad y hasta estupidez al decir: “Los indocumentados se sustrajeron de la visibilidad de la autoridad”.
Tal es la Secretaria del PAN.
OTRAS “MIEMBRAS” DEL PANCEN
sigue la nota:
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=15&idTitulo=60873
Satiricosas
Por Manú Dornbierer
Los parásitos consentidos
“Los mexicanos desconocen cuánta gente trabaja en las Administraciones Públicas del Estado, en gran medida porque sólo 6 de los 32 estados del país ofrecen esas cifras. Me atrevo a avanzar la hipótesis de que en algunas regiones del país el empleo público sigue siendo un ‘premio clientelar’ para bases de apoyo electoral”, explicó recientemente a la agencia EFE, Juan Pardinas, especialista en análisis presupuestario y rendición de cuentas, director de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Pero como bien sabe el lector, todo, absolutamente todo sale del bolsillo de los ciudadanos que mantenemos a una inmensa burocracia. No sabemos cuántos son, pero sí sabemos que a todos mantenemos. En el reciente debate por el presupuesto, el senador del PRD Tomás Torres Mercado se pronunció porque la Cámara de Diputados aplique un verdadero recorte en las plazas de más alto nivel de la llamada “alta burocracia”. Una burocracia -sentenció el senador por Zacatecas- “que es obesa, ineficiente y es sobre todo inconsciente de que el dinero de los mexicanos se queda en los bolsillos de los altos funcionarios”. Conceptos como éstos se aplican naturalmente a los partidos políticos desde sus comités ejecutivos hasta el último de sus achichincles. Y en este tenor es verdaderamente vergonzoso que nos obliguen a mantener a personajes inmorales y bandidos como algunos de los que el PAN acaba de nombrar miembros de su Comité Ejecutivo Nacional. Entre los 40 que lo conforman hay personajes abominables y entre ellos algunas mujeres. Se ufanan precisamente los panistas de que nunca hubo tantas. Pero las escogieron por lo que usted quiera, menos por su moralidad ciudadana.
LA SECRETARIA
El pasado 8 de diciembre el flamante presidente del PAN, Gustavo Madero, con infinita torpeza, presentó así a una perversa exfuncionaria: “Buenas noches. Es un gusto presentarles el día de hoy a la nueva secretaria General del Partido Acción Nacional, Cecilia Romero, que ha sido nombrada por el Comité Ejecutivo Nacional”.
Quizás no leyó el 15 de septiembre de 2010 esta nota en la prensa: “... El gobierno federal confirmó que Cecilia Romero dejó a partir de ayer el cargo como comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM)”. ¿Por qué? ¿Por ingenua, incompetente o ciega? No, no la hubiera nombrado Calderón en semejante puesto ¿o sí? ¿Por cómplice y solapadora de todos aquellos que han logrado que los que transitan por México para ir a Estados Unidos, sean desde que entran, objeto de violaciones de todo tipo a sus derechos humanos por lo que llaman a nuestro país “EL MONSTRUO”?
¿Fue esta piadosa integrante del Yunque sólo una víctima de la amistad de Calderón que quiso darle un buen hueso a su amiga? En ese caso amén de haberla juzgado a ella, habría que juzgarlo a él por disponer con tan tremenda ligereza de un puesto tan especial para la justicia y el honor de nuestro país ¡y para la vida de los cientos de miles de migrantes!
¿Cómo podemos los mexicanos defender de los gringos a nuestros propios migrantes si hay funcionarios como esta mujer que toleró que nuestra frontera Sur sea uno de los grandes infiernos del planeta? Pero hoy, en vez de juzgarla, la resguarda Calderón en el mullido CEN del PAN a costillas de todos los mexicanos, no sólo de los panistas. Se la acusó en la prensa hasta el cansancio, en términos como éstos: En el paso de Cecilia Romero por Migración, se acentuó la colusión de agentes migratorios con las bandas de polleros, de los traficantes de seres humanos. A principios de 2010, la Procuraduría General de la República descubrió que funcionarios del INM (Instituto Nacional de Migración) formaban parte de un grupo delictivo que operaba en una ruta del Sureste al Bajío, entre los aeropuertos de Cancún y Guadalajara. Una veintena de elementos de migración fue acusada de traficar con indocumentados. En la gestión de Romero prosperó el secuestro y extorsión de miles de indocumentados. Testimonios de inmigrantes, recogidos por los responsables de las casas de refugio católicas en el territorio nacional, hablan de la complicidad de agentes de migración y de policías municipales, estatales y federales. Así fue, hasta que le explotó el caso de la atroz matanza de 72 indocumentados en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, y la funcionaria del Yunque mostró insensibilidad y hasta estupidez al decir: “Los indocumentados se sustrajeron de la visibilidad de la autoridad”.
Tal es la Secretaria del PAN.
OTRAS “MIEMBRAS” DEL PANCEN
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