¡¡Exijamos lo Imposible!!
El Superbowl
Luis Javier Garrido
¿Qué nuevas amenazas para el país subyacen tras los fracasados festejos del gobierno de la derecha al tratar de montarse sobre la conmemoración de una revolución de Independencia en la que no cree y con la que una vez más ha buscado engañar a los mexicanos?
1. Los llamados “festejos” del bicentenario del inicio de la revolución de Independencia constituyeron un nuevo agravio al pueblo de México, tanto por la corrupción y la ineptitud con las que el gobierno panista dilapidó cerca de 3 mil millones de pesos en su intento de tornarlos un espectáculo mediático indigno, como por su intento de utilizar la conmemoración para llevar a cabo una campaña propagandística a fin de tergiversar los hechos históricos y el sentido del aniversario, pero tras esos fracasados festejos ahora aparecen nuevas amenazas que no pueden ocultar los fuegos artificiales con los que en vano se buscó engañar al pueblo, y que evidencian que se busca profundizar aún más las mismas políticas antinacionales y antipopulares que han sido el agravio principal en este sexenio.
2. Los “festejos” estaban ya desacreditados desde meses atrás por el hecho de que los estaba organizando un gobierno que no fue elegido por el pueblo de México y que en poco menos de cuatro años no ha ocultado su empeño en comprometer la independencia de la nación entregando el petróleo y los recursos estratégicos a multinacionales extranjeras, y cediendo atribuciones soberanas a Washington, lo mismo en lo relativo a la definición de las políticas económicas y sociales que en materia de seguridad interna al aceptar, con el pretexto de la supuesta “guerra contra el narco”, que le fue impuesta a Calderón desde Washington, la intervención de agencias estadunidenses lo mismo en fronteras, aduanas y costas que en el control de las policías y fuerzas armadas, pero tras haberse llevado a cabo los festejos emergen las motivaciones de la derecha para haberse puesto el manto de un fervor patrio que detesta.
3. La derecha calderonista, como resulta evidente, aceptó aparecer, aunque sin mucha convicción, durante los festejos conmemorativos, como un grupo nacional (y no como una mafia que intenta responder a intereses del extranjero) en su afán de poder conservar ese pequeño margen de maniobra que cree tener para proseguir gobernando el país tras el 2012, pero la naturaleza de los festejos ha acabado por desnudar aún más su verdadero propósito que es el de acelerar la imposición en México de los proyectos neoliberales a fin de terminar con todo vestigio de independencia en nuestro país y poder subordinar el destino de México a los intereses de Washington y del gran capital al que se han ido asociando.
4. Los “festejos” del bicentenario se llevaron a cabo, en consecuencia, en medio de una gran tensión y con el centro de la capital prácticamente en un estado de sitio, culminando la que ha sido la tendencia de los últimos gobiernos neoliberales: efectuar las ceremonias con una Plaza de la Constitución semivacía, cercada por las fuerzas armadas y en la que militares vestidos de civiles se sitúan frente a Palacio Nacional, de manera que el pueblo no pueda ingresar sino muy difícilmente. Las autoridades panistas conminaron a la gente a lo largo del día a desistir de su empeño de ingresar a la plaza y ver mejor el acto “por televisión”, ya que sólo tendrían acceso a ésta 60 mil personas, según advirtió Alonso Lujambio (titular de la SEP) y uno de los principales responsables del desastre, aunque todo mundo sabe que ésta tiene cupo para varios cientos de miles. No es de extrañar, por consiguiente, que tornada en show, la ceremonia resultara un fiasco, al pasar carros alegóricos indignos de un festival de secundaria o, como señalaba El Universal en línea el día 16, cuando a las 21:50 los asistentes dieran la espalda al templete ante un espectáculo que “no prendía” y clamaran “fraude, fraude”.
sigue la nota:
http://www.jornada.unam.mx/2010/09/17/index.php?section=opinion&article=022a2pol
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