¡¡Exijamos lo Imposible!!
Estado de Sitio
María Teresa Jardí
La capital de la república amaneció ayer en un Estado de Sitio que nada tiene de virtual. Voy a buscar los diarios y me dice el del puestecito que todos los posibles pasos para llegar al centro de la capital están cerrados. No hay manera de transitar fuera del perímetro marcado por el MIEDO que tiene el canalla que encabeza, a nivel federal, desde el Ejecutivo usurpado, la administración conservadora y entreguista, que con el PAN como cabeza, ha hecho retroceder doscientos años, en una década, a la nación mexicana.
Un amigo historiador me cuestionaba días atrás el que llamase fascistas a los panistas, diciéndome que los fascistas tienen una ideología de masas, aunque para la inteligencia sea inaceptable porque en el fondo es una ideología perversa y que en cambio los yunquistas y sus compinches protectores no tienen más ideología que su conservadurismo inquisitorial y esa ideología nada tiene de atractivo para las masas, bajas de cultura y con niveles vergonzantes de educación, como son hoy las que componen el pueblo mexicano desculturizado por la telebasura que como poder de facto gobierna. El fecalismo usurpador no tiene otra ideología que la de la corrupción, que incluso los convierte en entreguistas traidores, escudados en el conservadurismo que la Inquisición tiene en la historia de la ignominia de la Iglesia Católica.
No esperaban un millón en el zócalo ayer para escuchar un grito apátrida ni hoy lo esperan en Reforma para ver pasar el desfile de la ignominia. No hay más que ver la ausencia generalizada en coches y casas de banderas para entender el agravio que incluso hoy sienten los ricos más privilegiados.
El martes fui de la colonia Roma Sur a Polanco y de ahí a Cuajimalpa haciendo una parada en la Lomas y también en esa zona de ricos las banderas en coches y casas brillaban por su ausencia. MIEDO al pueblo mexicano. Terror, más bien, es el sentimiento —suponiendo que le quedé alguno— que al usurpador mexicano acompaña.
De soldaditos y marines habrá estado lleno el zócalo, de cara a un grito que hoy espera, para volver a ser pronunciado, no por un usurpador canalla; lleno de soldaditos y marines, acompañados por agentes colonizadores de la CIA y de la DEA, porque tampoco es de esperar que el usurpador a estas alturas le tenga confianza al pleno del único Ejército constitucional y menos aún habiéndolo agraviado de tan brutal manera con la traída incluso de tropas extranjeras. Lleno virtual para que la telebasura pueda fingir lo que no existe. El poder de convocatoria de Calderón es menos cero con muchos ceros a la izquierda.
El llamado a que la gente no asista nada tiene que ver con la asistencia que virtualmente se haya podido esperar en los eventos que sólo generan indignación incluso por el gasto brutal. Un país desgobernado por farsantes es hoy México y nada más. Saben, como sabemos los otros, que a nadie interesa ni el grito ni el desfile del fecalismo usurpador en medio del genocidio que contra el pueblo mexicano se comete por el entreguismo de incultos, corruptos, asesinos, canallas, pues.
Mi hijo mayor y su mujer en el ejercicio pleno de su derecho a educar a sus hijos como mejor les parezca, decidieron, luego de haberla visto ellos, llevar a mis nietos adolescentes a ver la película “El Infierno”. No los dejaron entrar. La censura dictatorial que como crónica se anunciaba desde las leyes prohibiendo fumar, ya está presente cancelándonos de nuevo el derecho inalienable e imprescriptible de todo hombre y mujer a la libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario