EDITORIAL
Entre el abstencionismo activo y el crecimiento negativo.
Sin que los políticos quieran cambiar un ápice, ni siquiera en su ya conocida y obsoleta retórica. Haciendo recordar que para no decirnos a los mexicanos que nuestra economía va en caída libre, nos salieron con que estábamos creciendo, pero ¡negativamente! (lo que sinceramente ya es en extremo rebuscado)
Tratando ahora de alguna manera de “salvar” las elecciones, mismas que de presentar un abstencionismo mayor a la mitad del padrón electoral, como ya ha sucedido, no en una, sino en varias ocasiones, inclusive llegando al 70 %, meterá en serios problemas a la Democracia que ante el mundo nuestros políticos presumen que tenemos.
Quienes nos gobiernan, ahora salen con frases impactantes y facciosos cambios de nombres. De igual manera como antaño lo hicieron con las sexo servidoras, a las que antes se les llamaba de otra manera; tal vez pensando que con ese simple hecho, el de cambiarles de nombre, las cosas serían diferentes.
Pero ante la realidad de la abulia electoral que entre los ciudadanos han provocado sus campañas de proselitismo, que más bien han sido para descalificarse y atacarse los unos a los otros.
Dejando atrás la estupidez del voto en blanco, cuya autoría la vox pópuli se la atribuye al panismo, han acuñado el término de “abstencionismo activo”. Intentando que la gente vaya a votar a como dé lugar, aunque anulen su sufragio mediante un tache a toda la boleta.
Pero es de temerse que la estrategia electorera no les va a resultar positiva y habrá que enfrentar un nuevo México, pues al parecer nuestra Patria no será la misma después del 5 de Julio.
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