Huracán “Andrés”
Sergio Sarmiento
Sergio Sarmiento
Jaque Mate
“Nadie ha podido escapar ni podrá hacerlo a las consecuencias de sus decisiones.” Alfred A. Montapert
En esta ocasión el huracán Andrés parece tener razón. Y no me refiero a la tormenta que ha recorrido la costa del Pacífico y dejado inundaciones en Guerrero, Jalisco y Colima, sino al de Iztapalapa, el Andrés que está haciendo campaña por un Juanito en oposición a la candidata oficial de su propio partido. El fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en la votación interna para definir a la candidata del PRD en Iztapalapa se antoja extraño en el mejor de los casos y aberrante en el peor. Lo más inquietante es que rompe con un principio fundamental de la jurisprudencia electoral de nuestro país: que las decisiones judiciales deben respetar la voluntad de los electores expresada a través del voto.
El Tribunal Electoral anuló los votos de 81 de 471 casillas en la elección interna del PRD en Iztapalapa, esto es, el 17 por ciento. Como consecuencia de estas anulaciones, el cómputo de la elección cambió: de favorecer a Clara Brugada pasó a darle el triunfo a Silvia Oliva. El Tribunal federal modificó para ello el cómputo que había realizado el Tribunal Electoral capitalino del Distrito Federal y corrigió lo que aparentemente es un simple error aritmético. El meollo del asunto, sin embargo, está en la anulación de las casillas.
Uno puede entender que en caso de faltas graves, como el relleno de urnas o amenazas a los electores, no quede más remedio que anular casillas y modificar el aparente resultado de una elección. Pero la información disponible señala que las anulaciones en Iztapalapa tuvieron lugar por minucias. La mayoría de los casos fueron sustituciones de funcionarios de casilla que, al no llegar, fueron reemplazados por personas en la fila, como es usual y legal.
En su calificación de la elección presidencial del 2006 el Tribunal federal subrayó que no anulaba casillas por cuestiones técnicas menores, como pedían los partidos que apoyaban a Andrés Manuel López Obrador, porque ello violaría la voluntad popular expresada en las urnas. En 2009, sin embargo, los magistrados han tomado la determinación contraria y han cambiado el resultado de una elección al anular una serie de casillas por problemas menores.
No creo que haya un complot de una misteriosa y poderosa mafia detrás de la decisión unánime de los magistrados, como argumenta el huracán Andrés. Todos los demás procesos internos del PRD en el Distrito Federal ganados por los candidatos de López Obrador o René Bejarano han sido ratificados. La gran excepción fue Iztapalapa. Pero la decisión le ha dado a López Obrador una vez más la oportunidad de atacar la honestidad del Tribunal Electoral. El silencio de los magistrados, quienes no han querido salir a los medios para explicar su fallo, parece expresar una aceptación de la acusación.
La decisión del Tribunal Electoral sobre una elección interna relativamente poco importante terminará posiblemente por escindir a la izquierda mexicana. El huracán Andrés está ya en pie de guerra contra el PRD nacional encabezado por Jesús Ortega. Esto dividirá el voto de la izquierda en los comicios de 2009 y quizá también en los de 2012.
López Obrador está obligando al PRD a estar con él o contra él. Ortega ha buscado hasta ahora evitar la confrontación con quien gradualmente se ha convertido en el mayor prospecto de caudillo de la izquierda mexicana en la historia. Pero la confrontación actual parece ya ser definitiva y podría resolverse una vez que quede atrás la elección del próximo 5 de julio. La posible expulsión del huracán Andrés haría que casi la mitad del PRD se fuera con él al Partido del Trabajo. Muñoz Leos está de plácemes.
FALTA DE ÉTICA
Los dos dicen que no hay que politizar la muerte de 47 niños de Hermosillo. Pero tanto el gobierno priísta de Sonora como el panista federal están empeñados en hacerlo. Hemos llegado al fondo en la falta de ética política en nuestro país.
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