Policías federales atacarían a mineros
Cananea, Sonora
CANANEA, Son., 17 de abril (EL UNIVERSAL).- Las fuerzas federales de apoyo (adscritas a la Policía Federal) han definido el operativo para desalojar a los mineros que tienen tomadas, desde hace 21 meses, las instalaciones de Grupo México en esta localidad sonorense y sólo esperan la orden.
“Cuando avancemos, ellos (los mineros) nos van a atacar desde las alturas’’, advirtió —en una plática con EL UNIVERSAL— el mando operativo a cargo de los mil oficiales de la Policía Federal desplegados aquí. Además, confirmó que personal de inteligencia del Ejército, la Policía Federal y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) realiza recorridos, en grupos de seis, a fin de contabilizar a los trabajadores, conocer la zona y definir la forma de recuperar la mina de cobre. Los inconformes se mantienen firmes. Confían en la suspensión provisional que les otorgó el juez segundo de Distrito en materia laboral.
“Si la Policía Federal viola la suspensión estará fuera de la ley’’, ataja el líder sindical Sergio Tolano Lizárraga. Por ello, exhortó al secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, a que respete el derecho de huelga y evite ordenar la intervención de la fuerza pública.
En un programa de radio, Tolano Lizárraga señaló que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social ha demostrado que está a favor de la empresa, por México, en lugar de apoyar y defender los derechos de los obreros, pues negaba la existencia del amparo.
Federales con equipo antimotín
El día transcurre lentamente. Han llegado oficiales de la Policía Federal armados con equipo antimotín, que estaban desplegados en Ciudad Juárez. En pequeños grupos acuden a tiendas de abarrotes o hacer recorridos con videocámaras en las inmediaciones de la sede sindical. Fue viernes y hubo largas filas de mineros para el “pase de lista’’. Sonríen, juegan, se gritan. Los 500 pesos que reciben a la semana, por parte del sindicato, les alcanzan para comprar lo básico: huevo, sopa, leche y agua. En la fila que se ha formado a la entrada del teatro de la sección 65 está Javier. Tiene 33 años y espera su cuarto hijo. Usa pantalón de mezclilla, sudadera deportiva con gorra y gafas de sol. Lamenta: “La última vez que recibí reparto de utilidades, fueron 270 mil pesos, éramos felices, a veces la gente no entiende el riesgo que corremos dentro de la mina y lo que vale en dinero líquido lo que producimos, nos jugamos la vida y hoy no hay ni para comer, los ahorros se fueron’’.
Aquí, los mineros se han conocido y están unidos. Mientras las fuerzas federales de apoyo se mantienen acuarteladas en cuatro hoteles de la localidad. El mando de los agentes federales precisa: “Estamos a la espera de cualquier orden. Si hay que desalojar, primero dialogaremos con ellos y pediremos que se retiren pacíficamente, si alguien se resiste a un mandato de un juez, entonces habrá todos los consignados necesarios’’, advierte. La Policía Federal describe así la zona: son tres puertas de acceso a la planta. Para llegar a cualquiera, se debe pasar por una calle donde se ubica la sede de la sección 65 del sindicato y tomar una pendiente hacia abajo. Frente a la puerta número uno hay una calle ancha que alcanza 50 metros entre construcciones de una manzana y otra.
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