¡¡Exijamos lo Imposible!!
PGR quiere ocultar lo inocultable
* Son los principales involucrados en el envío de 482 Kg. de efedrina * Las investigaciones revelan que el personal de la terminal aérea esta coludido con grupos locales vinculados al "mercado negro" de estupefacientes
* Una vez más queda en evidencia que filtros de seguridad trabajan de la mano con la delincuencia organizada
Personal del aeropuerto del área de Aduana, manejo de equipajes y agentes federales se encuentran bajo observación del personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada (SIEDO), que ha ubicado que el origen del envío de casi media tonelada de pastillas de efedrina fue realizado por grupos locales vinculados al "mercado negro" de estupefacientes, coludidos con personal del aeropuerto.
Personal del aeropuerto del área de Aduana, manejo de equipajes y agentes federales se encuentran bajo observación del personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada (SIEDO), que ha ubicado que el origen del envío de casi media tonelada de pastillas de efedrina fue realizado por grupos locales vinculados al "mercado negro" de estupefacientes, coludidos con personal del aeropuerto.
Entre las investigaciones resalta que las aerolíneas procedentes de Sudamérica son usadas para el traslado internacional de paquetes que se manejan en las instalaciones aeroportuarias, bajo el concepto de las exportaciones e importaciones, que no tienen un control eficiente y constante de los producto que ingresan al país y que son distribuidos a nivel nacional.
Aerolíneas del extranjero que mantienen rutas aéreas desde puntos lejanos y que tienen como destino final Cancún se encuentran entre las preferidas para maniobrar para la recepción y envío de paquetería.
Esa es la gran magnitud de la investigación que ha puesto bajo la mirada oficial a personal y elementos de seguridad federal que de poco han servido para frenar el trasiego de sustancias químicas.
El aseguramiento del clorhidrato de efedrina, elemento necesario para la fabricación de metanfetaminas, que derivan en pastillas psicotrópicas o "tachas" (conocidas popularmente, para el consumo de personas adictas a este tipo de estupefacientes químicos) que fue realizado en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, refleja la fragilidad en materia de seguridad del aeropuerto de Cancún.
La recepción, traslado y entrega de los 489 kilos de la sustancia mencionada vulneró de nueva cuenta los sistemas de seguridad implantados en el aeropuerto, cuyo personal, junto con elementos de seguridad ahí ubicados, no se percataron o no quisieron darse cuenta del paquete de "bisutería" enviado desde el Aeropuerto Internacional de Cancún a la ciudad de México donde sí fue detectado y asegurado.
Lo curioso es que de nueva cuenta las rutas aéreas son usadas para el traslado de precursores de drogas sintéticas, sin ningún problema de por medio, porque no hay hasta el momento responsables y menos se espera el deslinde de responsabilidades, dada la cerrazón y hermetismo con la que actúan los elementos de la Procuraduría General de la República, (PGR) que se olvidó mencionar qué aerolínea fue la que trasladó este valioso cargamento, de cuyo origen se conoce poco.
Pero además de la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR, poco o en nada se ha interesado por abundar o al menos informar sobre la delicada situación que rodea el envío de este cargamento que salió de aquí, incluso no ha informado cuál fue la aerolínea usada para esta maniobra de la delincuencia organizada y que una vez evidencia que pasa por encima de filtros y "esquemas de seguridad" aplicados en las instalaciones aeroportuarias, en donde otra vez fueron usadas para el tráfico de sustancias prohibidas.
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