¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Satiricosas
Por Manú Dornbierer
Libros, libros, libros…
La Unesco designó Año Internacional de la Lectura a 2012. En el mundo
entero se ha estado celebrando con eventos en bibliotecas, librerías,
universidades, escuelas, etc. Por desgracia para México resultó dañino
el tropezón de Enrique Peña Nieto hace un año en la FIL de Guadalajara,
cuando no pudo contestar cuáles fueron tres libros importantes en su
vida. Fue como un balde de agua helada para la promoción del hábito de
la lectura en nuestro país. Y después de un periodo de las más punzantes
burlas, los promotores del candidato se las arreglaron para que el tema
“LECTURA” se minimizara.
Así las cosas, el año empezó celebrándose sin gran apoyo a esa ingente
necesidad de los mexicanos de “ejercitar su cerebro” leyendo.
Aprovechando el Año Mundial de la Lectura de la UNESCO, debió hacerse
como en otros países una campaña profunda, insistente, constante para
convencer a la ciudadanía de la importancia de instruirse, algo que sólo
se logra a través de los libros. Es indipensable leer en un país en que
millones de mexicanos viven y mueren en una ignorancia casi absoluta,
sólo torcidamente mal informados por una televisión idiotizante. Y,
claro, las televisoras ampliaron, profundizaron, su misión de mantener
al pueblo preso en su ignorancia y sólo distraído por vulgaridades y
fútbol.
En la prensa escrita la vuelta de 187 grados hacia Peña -el rey ha
muerto, viva el rey-, el ardor lambiscón de aquellos que se
enriquecieron con los megaembutes de Calderón, los escándalos de la
compra-venta de la elección, el estruendo del triunfalismo final,
parecieron enterrar al Año de la Lectura. Y ahora que Peña Nieto ha sido
declarado presidente electo hay cretinos que se atreven a decir que “no
se necesita leer para ser presidente de México”. Sería el momento para
que Enrique Peña Nieto mismo tomara el toro por los cuernos. Debería
echar mano del sentido del humor y de algo de humildad para ir
desfaciendo el entuerto. ¿Qué tal si adonde fuere se presentara siempre
con un libro en la mano, ninguno de los que mencionó en aquel
desafortunado momento en Guadalajara? Sería hasta buena publicidad para
la campaña en pro de la lectura. Un libro, un libro, hay miles que
podría leer con agrado y decir convencido: “Sí, es cierto, tenemos que
leer”.
Hay en este momento libros importantísimos que hay que leer. El primero
que le recomendaría al presidente electo por el Tribilín, sería uno que
lo llevara a conocer el mundo en que vivimos realmente. Se llama
“Ilusionistas” y lo escribió Noam Chomsky. Esta es la ficha de la
publicidad:
“Ilusionistas, de Noam Chomsky, el intelectual más influyente del último
siglo, es una primicia mundial de Ediciones Irreverentes gracias al
interés del propio Chomsky y del editor y traductor de la obra, el
escritor uruguayo Jorge Majfud. En Ilusionistas encontramos las actuales
preocupaciones de Chomsky: la crisis económica como arma de
enriquecimiento rápido y vergonzante de los más poderosos, el sentido de
la democracia y los obstáculos de la lobbycracia, las imposiciones y
las representaciones de la realidad, las verdades oficiales y la
manipulación de la historia, las diferentes expresiones de la libertad,
la tiranía del dinero acumulado y el secuestro de las democracias, las
formas de dictadura, y su sentido de un anarquismo progresivo —a lo cual
se ha agregado una creciente preocupación por el problema ecológico y
la probabilidad de un final anticipado de la humanidad. Ilusionistas es
más que un libro Indignado, reúne las bases de pensamiento necesarias
para quien siga creyendo en un futuro de libertad, igualdad y
fraternidad, y ofrece las herramientas necesarias para desmontar las
grandes mentiras del sistema capitalista. Después de leer Ilusionistas,
si la clase política y empresarial nos sigue robando y esclavizando,
será porque así lo hemos aceptado. El capitalismo salvaje gobierna el
mundo y nos empobrece con su ‘doctrina del shock’, Chomsky nos enseña la
luz al final del túnel y cómo no ser engañado por las mentiras
oficiales. Ante el mundo que nos imponen, Chomsky ofrece una
alternativa”.
El libro cuesta 12 euros en la web, pero lo hay por supuesto impreso.
Por otra parte, algunas recomendaciones: Un libro interesante que acaba
de salir y se llama “AMLO: “Vida Privada de un Hombre Público”. Lo
escribió Jaime Avilés en un estilo ágil. Hay que leer autores
inteligentes y, no voy a decir el nombre, pero el autor más leído en
México no lo es. No es forzoso leer novedades. Autores de todos los
tiempos seguirán enseñando o divirtiendo a generación tras generación.
Tampoco el tema debe ser didáctico ni repetitivo. Pero, los libros de
historia son primordiales. El caso es que hay que hacer algo para que
los mexicanos lean libros. Y si no sólo Peña Nieto se paseara con un
libro en la mano, si lo hicieran muchos funcionarios, si lo hicieran
artistas de cine, etc. Le quedan menos de tres meses al Año de la
Lectura, pero vienen las fiestas de Navidad. Hagámoslas menos
descaradamente comerciales regalando libros. Ayer presenté “Memorias de
un Delfín” (2009) en un delfinario de Zihuatanejo. Esta segunda edición
(2012) la hizo el gobierno de Guerrero y el Instituto Guerrerense de
Cultura. Otra manera de impulsar la lectura.
LAS VERDADERAS ENCUESTAS. Hay una encuesta de Conaculta que explica que
entre 70 y 73% de los mexicanos NO LEEN UN SOLO LIBRO AL AÑO se puede
consultar en http://www.conaculta.gob.mx/encuesta_nacional.php) . Muchos
porque simplemente son analfabetas, no saben leer. De acuerdo con el
INEGI hay 5.3 millones de mexicanos mayores de 15 años incapaces de
leer. Pero otros que no son analfabetas, simplemente no quieren leer.
Grosso modo hay más de 80 millones de seres presuntamente pensantes en
este país, que no abren jamás un libro. Según los cálculos, si somos
alrededor de 120 millones de mexicanos habría cuando menos alrededor de
30 millones de conciudadanos que no son totalmente reticentes a los
libros. Aleluya. Y los gustos de éstos se dividen de la siguiente
manera: 11% prefieren leer novelas. 9% Historia. 7% libros de superación
personal. Otro 7%, cuento. Los libros de cocina cuentan con un 6% y los
fenómenos paranormales otro 6%. Desde luego hay quien lee otras cosas…
pero no hay estadísticas.
Para una persona, no leer significa permanecer aislada en un ámbito
minúsculo. No abrirse a otros horizontes, no permitirse comprender,
conocer y aprender del pensamiento de otros humanos de otras épocas o de
las actuales, de sus experiencias, sus sueños, sus pasiones, sus
conocimientos. No tener conciencia de otros paisajes, de otras
realidades, de otras posibilidades enriquecedoras de la vida. Para un
país entero es una condena a la mediocridad y al sometimiento.
http://satiricosas.es-tl
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