¡¡Exijamos lo Imposible!!
Corrupción: El Edomex, ejemplo a seguir
Enrique Peña Nieto se formó en una escuela de corrupción que promueve
 el nepotismo y favorece los intereses oligárquicos, sostiene el 
presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas del Estado de México,
 Arturo Chavarría Sánchez. Según el especialista, quien afirma haber 
estado preso por denunciar los presuntos malos manejos del próximo 
presidente de México, el llamado Golden Boy se dedicó a favorecer a 
grandes empresas, como Grupo Carso y OHL, entre otras, y a otorgarles 
jugosos contratos de obra pública.
TOLUCA, MÉX. (Proceso).- El 
presidente electo Enrique Peña Nieto “es hoy el personaje más 
representativo de la corrupción y el nepotismo que durante décadas ha 
ejercido la oligarquía que controla al Estado de México”, asegura Arturo
 Chavarría Sánchez, presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas 
del Estado de México.
Y agrega: “Peña Nieto fue educado en la 
escuela de la corrupción. De ahí salió. Y se le preparó para que la
oligarquía priista a la que pertenece haga negocios desde los puestos de
 gobierno. ¡Gobernar para lucrar! Ese fue realmente su ideario siendo 
gobernador del Estado de México. Imagíneselo ahora como presidente de la
 República”.
–¿Cree usted que asumirá la misma actitud?
–Es 
lo más probable, pues el chamaco no sabe hacer otra cosa. Es casi seguro
 que repetirá, a nivel federal, su mismo esquema oligárquico, corrupto y
 represor. A través de él, el pequeño grupo que lo rodea asumirá el 
poder. Peña Nieto es un verdadero riesgo para México. Nos espera un 
futuro muy negro.
–¿Hay algo que se pueda hacer a estas alturas?
–Por
 lo pronto, urge crear una comisión investigadora para que revise todas 
las corruptelas y atropellos que cometió durante su gobierno en el 
Estado de México, así como los contratos multimillonarios que en obra 
pública les otorgó a sus amigos. Debe ser una comisión independiente, 
sobre todo que no tenga vínculos con el PRI. Los mexicanos tenemos 
derecho a saber qué clase de político nos va a gobernar.
A través 
de su Colegio de Urbanistas, desde hace varios años Chavarría ha venido 
denunciando los actos de corrupción presuntamente cometidos por el 
llamado Grupo Atlacomulco y por Peña Nieto. También ha defendido 
legalmente a campesinos, ejidatarios y colonos afectados por ese grupo. 
Esta oposición a la clase política mexiquense provocó que sufriera 
hostigamientos e incluso que fuera encarcelado.
“Conozco muy bien 
las artimañas a las que recurre el Grupo Atlacomulco para hacer negocios
 y perpetuarse en el poder. He analizado los contratos multimillonarios 
que le da el gobierno del estado. Aquí tengo documentado cada caso”, 
dice Chavarría, mientras señala los archivos colocados en las 
estanterías de su amplio despacho y las carpetas dispuestas sobre la 
mesa circular ante la que está sentado.
–¿A cuáles empresarios favoreció Peña Nieto durante su gobierno?
–A
 un pequeño grupo de magnates en el que están Juan Armando Hinojosa 
Cantú, Carlos Hank Rhon, Carlos Slim, Olegario Vázquez Raña, la familia 
Azcárraga y la empresa española OHL, que en la entidad hace grandes 
obras viales en sociedad con el Grupo Atlacomulco. Todos ellos forman 
parte de esa oligarquía corrupta que le mencionaba y que seguirá siendo 
beneficiada con Peña Nieto en la Presidencia de la República; de eso no 
tengo la menor duda.
“Por ejemplo, el empresario norteño Hinojosa 
Cantú comenzó a encumbrarse durante el gobierno de Arturo Montiel, 
cuando se le empezaron a dar en construcción edificios públicos y 
urbanizaciones importantes, dejando excluidos a constructores 
mexiquenses medianos y pequeños.
“Rápidamente creó un grupo de 
empresas dedicadas a la construcción y a la urbanización, entre ellas 
Teya y el Grupo Higa. Son compañías que se formaron de la noche a la 
mañana para obtener concesiones multimillonarias del gobierno. Han 
construido hospitales, carreteras, puentes y varias obras más.”
–¿Y qué hay de irregular en eso?
–Son
 obras que generalmente se otorgan a discreción, incrementan sus costos 
originales, no respetan los usos de suelo, atropellan los derechos de 
terceros… en fin, son obras infladas que violan sistemáticamente la Ley 
de Obra Pública del Estado de México. Están proyectadas para enriquecer 
al grupo político empresarial al que pertenece Peña Nieto.
“Ejemplifico:
 Cuando el joven Peña Nieto era todavía secretario de Administración en 
el gobierno de su tío Arturo Montiel, éste mandó construir un enorme 
centro médico de alta especialidad; fue una construcción faraónica que 
Montiel utilizó como modelo en sus aspiraciones presidenciales. De 
manera ilegal la construcción se la otorgó a un consorcio encabezado por
 Hinojosa Cantú. Ese hospital terminó costando tres veces más de lo 
proyectado. Y se levantó en una zona de Metepec cuyo uso de suelo es 
incompatible con la obra.
“En su desbordada megalomanía el 
gobernador todavía tuvo el descaro de bautizarlo con su nombre: Centro 
Médico Arturo Montiel, lo cual también es ilegal. Y colocó a Peña Nieto 
como presidente del consejo de administración del hospital. Yo protesté 
porque desde el inicio esa obra violó toda la normatividad. Pedía que se
 explicara por qué se encareció tanto la construcción y por qué se 
otorgó de manera selectiva.”
–¿Y qué respuesta obtuvo de Montiel y de Peña Nieto?
–La
 única respuesta fue la represión. Primero me demandaron acusándome de 
difamador. Yo pedía un careo con Peña Nieto. Pero no lo dejaron 
confrontarse conmigo. Protegieron a su golden boy porque sabían que él 
no tenía argumentos. Para acallar mis críticas, en 2002 me metieron 
preso en la cárcel de Almoloya de Juárez. Padecí de esa manera tan 
brutal el abuso del poder. Pero un juez federal me exoneró, determinando
 que fui arrestado por un acto doloso del gobierno del estado.
“Obviamente
 Peña Nieto estuvo detrás de mi encarcelamiento. Su tío Montiel, aparte 
de ponerlo como administrador de su gobierno, ya lo estaba adiestrando 
en los negocios ilícitos, la corrupción y el uso del garrote, que luego 
ejecutaría muy bien ya siendo gobernador con la represión en San 
Salvador Atenco. De modo que la construcción del Centro Médico Arturo 
Montiel ilustra muy bien el favoritismo hacia ese grupo de empresarios.”
–¿Y de qué manera Peña Nieto favoreció a Carlos Hank Rhon?
–Bueno,
 por ser hijo del profesor Carlos Hank González, una de las figuras 
emblemáticas del Grupo Atlacomulco, Hank Rhon ha gozado siempre de 
muchos privilegios. Su banco Interacciones es la afianzadora del 
gobierno del estado. Además Hank realiza importante obra gubernamental a
 través de dos de sus empresas, La Nacional y La Peninsular.
“Una 
de las obras actuales más importantes se le entregó precisamente a Hank 
Rhon; la moderna autopista que corre de Lerma a Tres Marías, por lo que 
en ese punto se conecta con la autopista México-Cuernavaca. Es una 
carretera de peaje de aproximadamente 67 kilómetros y cuyo costo se 
calcula en unos 2 mil 600 millones de pesos. La obra se inició en la 
época de Montiel y continúo durante todo el gobierno de Peña Nieto.”
Negocios con Televisa
Respecto a Carlos Slim, Chavarría señala que también tiene ligas con 
el Grupo Atlacomulco, ya que a sus empresas Grupo Carso y La Ideal 
también se les ha dado obra importante, como el libramiento nororiente 
de Toluca.
Otro empresario consentido es Olegario Vázquez Raña, 
quien a través de su constructora Prodemex –dice Chavarría– hizo la 
avenida Las Torres, de más de 20 kilómetros, en Toluca. “Por esta sola 
avenida, los mexiquenses le estamos pagando a Olegario 250 millones de 
pesos anuales durante 20 años”, comenta.
Y señala que además a 
Vázquez Raña se le otorgó la concesión para darle mantenimiento a 70 
vialidades en el Estado de México, entre las que se encuentran 
importantes avenidas como el Paseo Tollocan, la avenida Gustavo Baz y la
 López Portillo.
Comenta que la relación de Peña Nieto con la 
familia Azcárraga no consiste sólo en los contratos publicitarios del 
priista con Televisa para impulsar su imagen. “No. Hay otros negocios de
 por medio. Por ejemplo, el suegro de Emilio Azcárraga Jean, Marcos 
Fastlicht, es un poderosísimo empresario a quien se le dio manga ancha 
para realizar jugosos negocios inmobiliarios en Huixquilucan”, dice.
Pero
 sin duda –agrega– es a la empresa española OHL a la que “se le han 
otorgado las grandes superobras de Peña Nieto”: construyó el Circuito 
Exterior Mexiquense (CEM), el Aeropuerto Internacional de Toluca y 
levanta ahora el Viaducto Bicentenario, el tramo del Periférico conocido
 como el “segundo piso” que corre de Cuatro Caminos a Cuautitlán.
Acota
 Chavarría: “No es fortuito que el presidente de OHL-México sea José 
Andrés de Oteyza, quien fuera secretario de Patrimonio y Fomento 
Industrial durante el sexenio de José López Portillo. En ese tiempo 
Oteyza era el enlace de la Presidencia con el Grupo Atlacomulco. Desde 
entonces ha mantenido por su cuenta esas buenas relaciones, al grado de 
que cristalizaron en negocios con Peña Nieto.
“Sin embargo, las 
obras de OHL le han provocado muchos estragos a los ejidos, comunidades y
 poblados por donde pasan. No se han dado todas las indemnizaciones. Y 
las pocas que se han otorgado son de burla.  
Muchos campesinos y 
ejidatarios fueron despojados de sus tierras. Algunos levantaron 
denuncias contra la empresa y contra Peña Nieto. Los litigios 
continúan.”
Como gobernador del Estado de México, Peña Nieto no se
 cansó de pregonar que el CEM era la obra carretera más importante del 
país y la utilizó para afianzar su carrera a la Presidencia. Pero la 
construyó de manera arbitraria. Esa ancha cinta asfáltica, que circunda a
 una parte de la Ciudad de México, se tendió sin haberse llevado los 
procesos expropiatorios con los ejidos que cercenó, como los de 
Tultepec, Huehuetoca, Coyotepec, Zumpango, Melchor Ocampo, Jaltengo y 
Nextlalpan, entre otros.
Además la autopista de Peña Nieto, 
bordeada con vallas metálicas y altos taludes, también incomunicó a 
grandes centros de población, como Ciudad Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, 
Texcoco y Tultepec. Hubo movimientos de resistencia civil de pobladores y
 alcaldes que vieron mutilado su territorio.
Los inconformes 
señalan que el CEM –de 113 kilómetros y cuyo costo fue de 24 mil 
millones de pesos– no era ni siquiera de utilidad pública, sino más bien
 un “negocio privado” que Peña Nieto entregó en concesión a OHL para que
 lo explotara durante 40 años, cobrando actualmente a cada automovilista
 dos pesos por kilómetro recorrido (Proceso 1802).
Despojo a ejidatarios
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