¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Vivir y tratar de servir
Gerardo Fernández Casanova
Anticipo
una disculpa por referir este artículo a reflexiones de índole
personal. Lo hago porque, además de desahogarme, me permite expresar
sentimientos surgidos del análisis crítico de la realidad imperante.
Recién sufrí en carne propia la violencia del crimen organizado, vi de
cerca la posibilidad de una muerte sin sentido y padecí la destrucción
de mi modesta economía pero, más que eso, una seria afectación moral. Al
estilo de Estocolmo, agradezco a mis raptores que me hayan respetado la
vida pero, sobre todo, que me hayan obligado a reflexionar sobre el
significado de seguir viviendo. Creo que el impacto moral ya lo rebasé y
que el económico me vale muy poco; estoy vivo y decidido a vivir con el
único objetivo de tratar de servir. Confieso mi alegría por ello y por
la solidaridad de mi esposa y mis amigos que se han ido enterando del
asunto (obviamente estoy amenazado para no denunciar).
El siniestro me vino en momentos de una mayor depresión, la que se
genera por ver la ineficacia del sacrificio de tantas personas que
luchan por liberar a México de su tremendo destino esclavo. No alcanzo a
ver por dónde podamos retomar la senda de la procuración de la justicia
y el bienestar para las y los mexicanos; veo sólo caminos cerrados,
ilusiones frustradas, dispersión de las fuerzas progresistas, aumento de
la esclavitud y la miseria, cultura de la impunidad y la corrupción. En
este estado de ánimo he estado cerca de retirarme de esta mi trinchera
periodística, tras de catorce años de bregar en apoyo de la causa
mexicana y latinoamericana, siempre en respaldo de los movimientos que
le dan sustancia. El desánimo es mal consejero para el analista de
opinión.
Cómo pudiera esperarse la recuperación de la seguridad en una sociedad
que es brutalmente injusta; con qué autoridad moral pueden imponer la
paz quienes delinquen para llegar al poder y lo emplean para sostener
sus corruptas acciones. Pueden detener al Chapo y a todos los capos de
los capos, pero la violencia y la inseguridad seguirán y se recrudecerán
en tanto prevalezcan la corrupción y la impunidad en las alturas. Las
comunidades rurales se organizan para dotarse de seguridad y acabar con
los criminales, reemplazando al Estado incapaz de garantizarlo, y tener
resultados favorables antes de terminar infiltrados por los mismos
malandrines. Pero cómo hacerlo en las ciudades grandes caracterizadas
por el anonimato y el individualismo. Me parece imposible. Cómo asegurar
policías honestos cuando sus jefes son corruptos. Cómo evitar la
corrupción cuando la cultura impuesta desde la televisión privilegia el
tener sobre el ser y se hace gala del lujo y el hedonismo como valores
de vida. No se ve salida fácil.
Cómo eliminar la miseria y el hambre cuando toda la economía está al
servicio de la acumulación desmedida de la riqueza en muy pocas manos;
cuando no somos capaces de conducir la política económica conforme al
interés mexicano, sino supeditada al del extranjero; cuando lo poco que
quedaba del patrimonio nacional ha sido puesto en venta por la
oligarquía en el poder. La reunión cumbre del TLC sólo hizo propaganda
mendaz del “éxito” alcanzado: ni siquiera un esbozo de corrección a los
daños sufridos por la economía mexicana; van por más, lo quieren todo.
El Banco de México acaba de dar las cifras de la salida de capitales
mexicanos al exterior, casi 40 mil millones de dólares en el año pasado,
de los que dos terceras partes se fueron a refugiar en bancos más
seguros; en tanto que el gobierno se deshace en poner la alfombra roja a
las inversiones extranjeras a costa de soberanía, ingresos fiscales y,
principalmente, bienestar de la población. Por su parte la SHCP informó
que la deuda durante el calderonato se más que duplicó (aquel que
amenazó que si AMLO llegaba a la presidencia se fugarían los capitales y
el país se endeudaría) ahora la deuda total raya al 50% del PIB pero
dicen que es manejable (¡claro, como el chofer de limousina que lleva al
magnate a donde mande!).
La cosa está del carajo. Ni modo, habrá que seguir bregando y buscando
el rumbo. Ojalá me sigan leyendo. Ofrezco esforzarme por darle algún
valor al esfuerzo y servir.
Correo electrónico: gerdez777@gmail.com
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