¡¡Exijamos lo Imposible!!
Panistas arrepentidos y panistas enfermitos
Víctor Hernández
04 de April, 2010
Me enviaron por email la imagen de una camioneta azul que lleva en la ventana trasera un letrero que dice “Soy un panista arrepentido. Chingo a mi madre si vuelvo a votar por el PAN.”
Realmente son muchos los panistas que ya no quieren votar por ese partido. Y es entendible. ¿Para qué quieren votar por un partido que es aliado del PRI y que hundió a México en el desempleo, la crisis, y la inseguridad—y de pilón subió los impuestos?
Hay, no obstante, algunos que sí quieren votar por el PAN. Se dividen en tres categorías:
1. Los “tradicionalistas.” Se trata de gente que vota por un partido porque así han votado en su familia toda la vida. Ni siquiera saben por qué votan por el PAN. No lo piensan. Lo hacen porque si no se enojan en su casa. Claro: de estos también hay para el PRI.
2. Los convenencieros. Estos votan por el PAN porque les garantiza dinero ya sea por medio de una chambita en el gobierno o algún trinquete de negocios en alguna dependencia federal.
3. Los enfermitos. Esta es gente realmente enferma. No vota por el PAN por convicción, ni porque beneficie al país. Lo hacen simplemente por una cuestión de ego. Creen que eso los hace “ganadores” y no soportan la idea de admitir el enorme daño que le hicieron al país apoyando al fraude electoral y al caos que han causado el PAN y el PRI. Vaya, están dispuestos a apoyar a Peña Nieto y a Salinas con tal de que la izquierda, a quienes ven como enemigos de su ego, no les demuestre que estaban equivocados.
Los panistas “tradicionalistas” y hasta los convenencieros deberían tomar nota de los enfermitos, porque son capaces de traicionarlos simplemente por pago a su ego. Ni les importa el PAN ni les importan los principios panistas. Lo único que les importa es evitar a toda costa tener que admitir que están mal—aunque obviamete lo estén.
Los enfermitos vienen a ser algo así como los chuchos pero panistas y además en pendejo: mientras los chuchos buscan huesitos, los panistas enfermitos sólo buscan alimentar a su ego. Aunque pierdan su empleo; aunque les suban los impuestos y aunque no puedan salir a la calle por el miedo a una balacera.
Creo que los panistas arrepentidos son los más cuerdos. Tienen el valor de admitir que cometieron un error, y la disposición para no volverlo a hacer. Esa es la actitud que requiere el país para cambiar para bien.
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