¡¡Exijamos lo Imposible!!
La hipocresía del discurso…
viernes, 07 de marzo de 2008
Ricardo Andrade Jardí
La denuncia internacional, contra el gobierno de Hugo Chavez, promovida por el gobierno colombiano, bajo la administración del cobarde asesino Álvaro Uribe, el que “imputa” al gobierno venezolano el “promover y apoyar el genocidio terrorista” es una bajeza y es la desvergüenza de la sin razón política del entreguismo.
La incongruencia es quizás lo único destacable de los mediocres discursos con los que el gobierno de Uribe intenta justificar su sumisión a los intereses comerciales imperialistas; la acusación contra Hugo Chávez es una vergüenza viniendo de un gobernante que recibe financiamiento, entrenamiento y armamento justamente del grupo terrorista más identificado en la actualidad, es decir, de la peligrosa secta fanática y fundamentalista de la Casa Blanca y sus sicarios de la “Democracia Corporation S.A.”.
Y más allá de la incongruencia es también un ejemplo de la bajeza humana el escuchar al mandatario colombiano repitiendo el discurso de la Casa Blanca y su presunta lucha contra el terrorismo.
Lo cierto es que Uribe mandó a asesinar a Raúl Reyes comandante de las FARC “por tratarse de un terrorista”, sin darse cuenta que la forma del asesinato es ante los ojos de la opinión publica internacional una de las tantas caras del terrorismo. Álvaro Uribe, mal asesorado por la “inteligencia” gringa, ha publicitado su verdadero rostro, su rostro asesino, su razón terrorista para justificar, con terrorismo, la acción desesperada de un pueblo que se muere en la mierda de la mentira y en los siglos de injusticias para los más y de “bienestar” para los menos.
Hipócrita resulta la perorada del discurso “democrático” disfrazando de tolerancia la mayor de las intolerancias.
El asesinato del líder guerrillero, refugiado en territorio ecuatoriano, confirma la incapacidad y sobre todo la nula voluntad del actual gobierno de Colombia por poner paz al conflicto armado que golpea al país desde hace años.
El asesinato de Raúl Reyes, negociador de las FARC, en el preciso momento que la guerrilla inicia el canje humanitario de rehenes y prisioneros es un golpe planeado desde la Casa Blanca, con la intención, además, de violentar la soberanía de Ecuador y como un anuncio publicitario de las nuevas reglas que el imperialismo intentará imponer con la promoción y absoluto sometimiento de los pocos gobiernos que le siguen siendo afines.
No conviene que los tecnócratas neoliberales del libre mercado se equivoquen: la agresión contra cualquier país latinoamericano encenderá un polvorín de ira continental que tendrá terribles consecuencias…
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