¡¡Exijamos lo Imposible!!
La nota es que lo capturaron... ¡vivo!
Por María Teresa Jardí
El nivel de descomposición gubernamental en el que nuestro país se halla inmerso quedó clarificado ayer, con lo que ponían como de ocho columnas algunos diarios. Cada día sobran signos de la descomposición que impera. Pero la de ayer no tenía desperdicio. La nota era que se hubiera capturado “vivo” a Edgar Valdés Villarreal, alias “La Barbie”, un narco de quinta. Acostumbrados que estamos a que se ejecute a los “capturados”.
En su colaboración mi hijo Julián escribe que al respecto: “… Todo jefe de las drogas es relevado, pero hay de jefes a jefes y es allí donde se puede hacer la diferencia. El reto, en todo caso, será contener el avance de los grupos rivales para evitar que ocurra tan sólo un enroque y no lo que debe ser, una derrota para los criminales”.
En el fondo lo que quiere decir es que ojalá y no se siga protegiendo a “El Chapo”. Lo que va a seguirse haciendo. Más allá de que también “El Chapo” sea un narco prescindible.
La violencia ya ha rebasado a los narcotraficantes y es en los grupos paramilitares (que son escuadrones de la muerte) y en los ejércitos (nacional, EMP, y paramilitar de hombres de negro, que García Luna comanda) donde hay que fijar la vista, si aspiramos, todavía, a que se controle, sin otorgarle el permiso al panismo de llegar, vía Calderón, en los dos larguísimos años que le quedan de desgobierno usurpador, a los cien mil ejecutados y a diez mil desapariciones forzadas de personas, más torturas, fabricaciones de culpables y otras cosillas como las entradas brutales a la casa de cualquiera, sin motivo ni orden de autoridad competente, rompiendo a patadas la puerta, asustando, a los que nada tienen que ver, niños y ancianos incluidos, ni con el narcotráfico ni con la violencia que adora como a su dios personal el usurpador incapaz de tener otra idea de lo que significa ser el gobernante de un país, el que sea, el más bananero incluso.
Y por eso la nota efectivamente es lo de que lo hayan capturado vivo. Acostumbrados que ya estamos a que sean ejecutados los “capturados” antes de presentarlos a los medios como los logros del panista desgobierno usurpador que a México de manera tan brutal ha ensangrentado. Del paso de Felipe Calderón Hinojosa se recordarán dos cosas: la sangre derramada y la impunidad otorgada incluso en el caso —de los casos que un gran escándalo a nivel internacional han significado— como el de la quema de niños en la guardería ABC, concesionada, junto con otras, como negocio de las familias de las mafias dominantes y justo, en el caso de la guardería de Sonora, en manos de la familia de la mujer del que usurpa el Poder Ejecutivo.
Felipe Calderón Hinojosa será recordado por la sangre derramada y por la impunidad otorgada en los casos que al mundo escandalizaron a los largo de los cuatro peores años de México, hasta ahora. Porque ni en la Conquista fueron más brutales las cosas. Basta para entenderlo con leer algo de nuestra historia. Por eso el bajonazo en el nivel educativo. Pueblo sin memoria es pasto del fascismo.
De qué podría hablar ante el Congreso hoy, quien usurpa, cuando su discurso único es el de la violencia. Lo obsesiona la violencia. La violencia es su único logro, su hijo, su creación, su amor, su amigo… y, lo sepa o no, va a ser su merecido castigo. No existe para él otro discurso. Lo que aterroriza al mundo y tendría que aterrorizar a los mexicanos. No existe una idea de país ni menos aún de futuro.
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