viernes, 19 de febrero de 2010

PANyPRI son los corresponsables del desmadre

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Objeciones de la Memoria
Martí Batres Guadarrama
19 de febrero de 2010

En mayor o menor medida, todos en este país, algunos incluso en silencio, apenados consigo mismos por ser corresponsables de hecho, estamos conscientes de la incapacidad mostrada por quienes hoy están al frente del gobierno federal, así como por el desastre en el que han sumido a nuestra nación. Desde luego que nadie puede sentirse reconfortado por tal desventura, pero aquéllos no son los únicos causantes de nuestra situación como país. El PRI es responsable de ello en gran parte.


Pudimos haber tenido un buen gobernante, pero en 2006 se alteró la voluntad del voto ciudadano y se desconoció la mayor preferencia electoral hacia uno de los contendientes. La resolución de un tribunal, que no el recuento o la constatación y verificación de los sufragios emitidos, ubicó en la ilegitimidad y dejó sumamente débil políticamente al beneficiario de esa decisión. Tal condición, en gran parte, explica en mucho el proceder errático en el ejercicio de gobierno.

De aquel proceso donde no fue respetado el voto ciudadano mayoritario, hay que subrayarlo, no es ajeno el PRI. Al contrario, fue ampliamente documentado cómo varios de sus gobernadores encabezaron la defraudación electoral en sus respectivas entidades, incluso en contra de su abanderado político aquel año.

En palabras del propio secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno foxista, Pedro Cerisola, tales mandatarios locales se “sobregiraron” en su actuación. De hecho, sin la intervención de los gobernadores priístasespecialmente Ulises Ruiz, de Oaxaca, y Mario Marín, el llamado góber precioso, de Pueblael ocupante de Los Pinos hoy sería otro.

Es de sobra conocido que el PRI le ayudó para que ingresara por la puerta trasera al recinto de San Lázaro y rindiera la protesta de ley. En las fotografías de ese día quedó plasmada la imagen del ex diputado federal Manuel Añorve y de otros priístas como Manlio Fabio Beltrones, custodiando, protegiendo y resguardando a Calderón.

A tal hazaña siguió una especie de cogobierno, una relación de amor-odio durante tres años dondemediante el aval de los votos en las Cámaras legislativasambos partidos, juntos, tomaron decisiones que lejos de beneficiar a la mayoría de los mexicanos, exacerbaron su precaria condición de vida. El acuerdo entre Calderón y el PRI para perjudicar con más impuestos a la poblaciónque hoy abiertamente se aceptaes otro buen ejemplo de ello.

Por lo anterior, el ciudadano debe estar muy alerta para no dejarse sorprender. Que el PRI no se quiera presentar como una alternativa de gobierno, como algo distinto, como un proyecto diferente, como algo ajeno a las desgracias que están sucediendo en México. Es plena y totalmente corresponsable del desbarajuste nacional.

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