lunes, 5 de noviembre de 2007


¡¡Exijamos lo Imposible!!
BAJO EL AGUA

por Laura Itzel Castillo

Se calcula, según declaraciones oficiales, que alrededor de un millón de personas han sido afectadas por las lluvias torrenciales que azotaron el sureste de la República mexicana. El caso de Villahermosa, Tabasco, es especialmente crítico. Sin lugar a dudas es una de las peores tragedias de la historia de ese estado.

La mayor parte del territorio tabasqueño está sobre una gran planicie; es decir, en tierras bajas. La altura promedio en Villahermosa es de 10 metros sobre el nivel del mar; 40% de la entidad está conformado por agua.

Actualmente esta cifra se ha elevado a 70% a consecuencia del desfogue de presas y el desbordamiento de más de siete ríos, entre los que destacan el Grijalva y el Carrizal. Por sus características hidrológicas, en Tabasco se ha desarrollado una cultura del agua. Por eso, el tapanco es un elemento común en su arquitectura y es popular la utilización de su tradicional embarcación, el cayuco, entre otros ejemplos.

Con la construcción de las presas se pudieron controlar las inundaciones, pero el crecimiento poblacional y la acelerada urbanización transformaron el entorno al rellenar las áreas bajas que fungían como zonas naturales de regulación del agua. El Sistema Grijalva está integrado por 4 presas: Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas, que a pesar de su capacidad fueron desbordadas por las intensas lluvias. En este desastre natural, como en tantos otros casos, hay dos factores fundamentales contrastantes: la corrupción gubernamental y la solidaridad del pueblo.

En buena medida, esta catástrofe es responsabilidad de las autoridades, pues hace más de 20 años que no se construye una sola presa, no se hacen bordos de protección, no se realiza el dragado de los ríos y que, por tanto, al agua no drena adecuadamente hacia el mar, a pesar de ser la entidad que cuenta con el presupuesto per cápita más alto del país.

Ante esta situación, como lo señaló Andrés Manuel López Obrador, se debe investigar por qué no se realizaron las obras, pero también cómo se manejaron las presas para la generación de energía durante el último mes. No hay que olvidar que a partir de las reformas estructurales implementadas en el país, existe la obligación de comprar energía a empresas privadas que la producen de manera independiente, por lo que es probable que las plantas de la Comisión Federal de Electricidad no estuvieran trabajando a toda su capacidad y por tanto se retuviera más agua de la debida.

Por ahora es urgente apoyar a los tabasqueños ante la catástrofe. El gobierno legítimo de México instaló un centro de acopio ubicado en la calle de San Luis Potosí 64, colonia Roma.
(Colaboración semanal de la secretaria de Asentamientos Humanos y Vivienda del gobierno legítimo de México en el diario El Gráfico).

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