Por Esto!
Satiricosas
Manú Dornbierer
La piedra que se come
Hablemos en este fin del mes de la Patria de la increíble falta de patriotismo, de honor y de honestidad de los funcionarios mexicanos del PRIAN, para no dejarle nada más la palabra a la prestigiada publicación británica “The Economist”, que recientemente ha denunciado el inaudito saqueo nipón de la sal ante el complaciente e interesado bolsillo de funcionarios mexicanos, es decir la grotesca situación actual de Guerrero Negro y su administración más japonesa que mexicana.
La piedra que se come
Hablemos en este fin del mes de la Patria de la increíble falta de patriotismo, de honor y de honestidad de los funcionarios mexicanos del PRIAN, para no dejarle nada más la palabra a la prestigiada publicación británica “The Economist”, que recientemente ha denunciado el inaudito saqueo nipón de la sal ante el complaciente e interesado bolsillo de funcionarios mexicanos, es decir la grotesca situación actual de Guerrero Negro y su administración más japonesa que mexicana.
Hace tiempo que en este espacio denuncié el inaudito caso del panismo apoderado actualmente de Guerrero Negro, en Baja California, la mayor mina de sal del mundo que Salinas -buen nombre para el caso- en su malhadado sexenio inicial oficial del primero de diciembre de 1988 al 1º diciembre del desastroso año de 1994 (los posteriores han sido extraoficiales) puso en manos de la mega empresa japonesa Mitsubishi.
Ah, pero sólo tienen los japoneses el 49% de una compañía paraestatal llamada ESSA, que conservó para el gobierno de México el 51%. Sin embargo, lo que escandaliza hoy a la publicación inglesa es la preponderancia japonesa.
Antecedentes
En el Salinato, Herminio Blanco tuvo el puesto de subsecretario a las órdenes del titular de la Secretaría de Economía, Serra Puche. Cuando todo tronó por el “error de diciembre” este hombre fue a su vez secretario de Economía de Ernesto Zedillo. Y al salir de ese puesto ¿quién creen que lo contrató ¡Mitsubishi! a lo mejor violando la ley si es que no había cumplido un año fuera. Por cierto Zedillo terminó y se fue de alto empleado de los ferrocarriles gringos a los que, como presidente, les cedió lo que quedaba de los ferrocarriles de México, sí violó manifiestamente la ley.
Y hoy el actual gobierno priísta puso a Guerrero Negro en manos de un sinvergüenza panista de nombre Mario Cantú Suárez, personaje al servicio del fracasado calderonista Ernesto Cordero. Cantú es presidente del Consejo de Administración de ESSA o sea la exportadora de sal más grande del mundo. ¡Según “The Economist” estaría dispuesto a ceder aún más espacio y sal a los japoneses!
En efecto, septiembre es el mes en que los mexicanos festejamos nuestra independencia de España, porque lo que es de otros países hemos ido perdiéndola cada día más. El doctor Mario Alfonso Cantú en la Coordinación General de Minería sólo recuerda a Hidalgo, pero por aquello de “chin chin el que deje algo…”
Reportes directos informan que minas sin supervisar, contratos inclumplidos, falsificación de actas, en contubernio con empresas extranjeras, están haciendo sufrir a México el peor saqueo de su historia en materia de minerales.
La historia de ESSA
Este individuo lleva en su portafolio las acciones de algunas paraestatales, quizás yendo mucho más allá del cargo que tiene. Para que “The Economist” dé semejante voz de alarma, como la que acaba de dar sobre Guerrero Negro, el asunto debe ser ampliamente conocido en las altas finanzas universales y los mexicanos en babia. Aquí dentro los pocos que hemos hablado del caso no hemos tenido eco. A ver si ahora sí se ponen las pilas y no sólo nos dejamos enfurecer con los tremendos y distractores casos criminales como Ayotzinapa y otros, que hay que investigar, pero no utilizarlos como pantalla de sangre que oculte pillajes inmensos como el que hoy nos ocupa.
No sólo es la salinera Exportadora de Sal, fundada hace 60 años en Baja California Sur y de la cual se extraen anualmente más de 8,000,000 de toneladas del preciado mineral y de la que dependen más de 1,200 trabajadores y directa e indirectamente más de 10,000 mexicanos en el centro de la península. En 2013 la Auditoría Superior de la Federación visitó las instalaciones de ESSA en Guerrero Negro y buscando entre cajones y cajas encontró documentación que comprueba lo que ya se decía: es una empresa “sucia” controlada por la Comisión de Fomento Minero (FIFOMI) en un 51% y en otro 49% por la citada Mitsubishi. La Auditoría detectó y fincó responsabilidades. Es un robo a México el que se venda a su socio Mitsubishi la producción en exclusiva para que éste la aproveche y la revenda en el mundo a altos precios sin beneficio para México, o bien la transforme en otros productos de la cadena Mitsubishi, que según “The Economist” ha incluido en la dirección de ESSA directamente a funcionarios japoneses.
Y otro robo actual contra los mexicanos es que paguen el producto en dólares a un tipo de cambio fijo de 12.80 pesos por dólar cuando hoy a fines de mes patrio el dólar está a 16.91 para el pueblo de de México en general.
Estas ganancias son sólo algunos temas que se detectaron en la Auditoría de la Federación, y sólo pueden lograrse desde el poder absoluto del Consejo de Administración de la empresa, presidido por Mario Alfonso Cantú Suárez. Se dice que en el portafolio del Dr. Cantú donde además lleva documentos de bancos de “Islas Marshall”, lleva entre otros juguetes un sin número de tokens, acciones de bancos y hojas de Excel donde se reparten las jugosas comisiones del saqueo de minería en nuestro país que cruza en materia de minería el peor momento de su historia. Si esto pasa con la sal, ¿qué no pasará con el oro, la plata...? y los demás minerales que suman mucho más de 18 dólares la tonelada (ridículo precio que paga Mitsubishi por la sal) cuando en el mercado internacional está valuada entre 50 y 80 dólares la tonelada. Pero a 16.91 (día 25 de septiembre de 2015) y no a 12.80 como lo paga por abusivo contrato la empresa japonesa. Imaginemos nada más de cuánto será el “moche” a los vendepatrias funcionarios mexicanos.
EL PUEBLO DE GUERRERO NEGRO es un poblado que cuenta con una sola avenida principal pavimentada. Sus calles están hechas de tierra y sal de desperdicio. Las casas construidas con triplay. No existe un solo parque. No hay hospital suficiente. Ningún esparcimiento, ni cine, ni boliche, nada. Eso sí, hay ballenas… El desarrollo del siglo XXI tan exhibido en Japón y en el mundo es desconocido en ese pueblito dueño de la más grande mina de sal del mundo. Esto es lo que pretende hacer el Nuevo Orden Mundial con los recursos naturales de los países. Detengamos esto en este mes de la Patria.
Las escuelas locales son por decirles “escuelas”, unas aulas que no cumplen con ninguna normatividad. La biblioteca es un anaquel. Y el cementerio es un resto de lápidas tiradas a un costado de una brecha, donde ahí descansan los MEXICANOS que con dignidad y esfuerzo construyeron y trabajaron esas salinas a cambio de un nulo reparto de utilidades, bajas prestaciones y el orgullo de ser salineros.
Hoy están generando ganancias Mitsubishi y algunos funcionarios sinvergüenzas.
La sal no sólo es piedra que se come
Como bien dice The Economist: “La sal tiene por lo menos 14 mil usos industriales, desde hacer detergente hasta descongelar carreteras”.
Es tan barato hacer sal que el costo de ponerla en el mercado puede ser mayor al costo de producción. Pero Mitsubishi desde hace 40 años tiene los derechos exclusivos de comprar la sal mexicana y venderla alrededor del mundo.
El año pasado el anterior director, Jorge López Portillo, trató de obtener mejor trato de Mitsubishi y, según “the Economist”, fue despedido por el gobierno y suplantado por el panista Mario Cantú Suárez. ¿Qué trastupijes son éstos? Es obvio que sigue el PRIAN, creación salinista, beneficiándose de la mayor salina del mundo.