jueves, 6 de junio de 2013

EsPurioII continua el genocidio fecalero

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Bonito presente el que ya apunta en la esquina para los mexicanos
María Teresa Jardí

A seis meses, y como la crónica adelanta cada día, se parece más el final que le espera a Peña Nieto con el patético final que tuvo José López Portillo. Y Miguel Mancera apunta ya el parecido con lo ocurrido con Miguel de La Madrid, a quien se recuerda por dos cosas: su ausencia y pasmo en el momento en que se requería su presencia y poder de mando y por las declaraciones en contra de Salinas obligado a desmentir sus memorias.

Peña Nieto equivocado por lo que la seguridad propicia y garantiza. Continuador del genocidio iniciado por Calderón subiendo un paso en el exterminio de pobres al de luchadores sociales. Bonito presente y peor futuro el que a los mexicanos espera.

Mancera “ausente” en el momento en que el sentido común, del que está haciendo gala de carecer el jefe de gobierno de la capital de la república, demanda estar presente.

Haciendo mutis al igual que lo hizo Miguel de la Madrid cuando el sismo llevó al pueblo mexicano por un rato a adueñarse del poder.

En bipolares se convierten hoy los que alcanzan el poder porque son parte de la mafia política. Una buena nueva, sin duda, sería el nombramiento de Renato Sales Heredia como subprocurador encargado, de entrada, del grave tema de los niños quemados hace cuatro años en una de las guarderías convertidas en negocio de los impunes familiares de la clase política, aun cuando en ellas se achicharre a los infantes.

Regresando con Peña a la terrorífica “Hermandad” de la mano de Mondragón y Kalb, surgida con elementos del Barapem a pesar de la carga de sus crímenes siniestros. A los que en particular aún deben recordar los habitantes del Estado de México. Ojalá y al menos a Peña no se le ocurra pedir a la Corte que conviertan en togado a ese impresentable involucrado en el cobro de la venganza contra los estudiantes el primero de diciembre pasado, como hizo López Portillo con Arturo “El Negro” Durazo.

Como ayer les decía, algunos hijos suelen seguir la carrera o quizá sería mejor decir el ejemplo decisorio de abuelos y padres. Proviniendo de una familia culta, José López Portillo fue un hombre culto, al que enloqueció el poder. Abogado y escritor interesado sobre todo en la historia, a partir de que ha quedado claro el papel entreguista jugado por los neoliberales en contra del país, pienso que lo debió, quizá, volver loco: el saber que todo estaba decidido en otro lado y que nada podía, como presidente, cambiar sin poner en riesgo su vida. Nadie puede obligar a otro a elegir entre dos cosas igual de siniestras.

Pero igual acompañaba, como es claro, a José López Portillo un lado frívolo incluso para la elección de las mujeres que lo acompañaron a lo largo de su vida. Lo que no tendría mayor importancia si no hubiera llegado a Presidente. Pero siendo presidente ese lado oscuro lo hizo también responsable de manera imperdonable de poner punto final a una policía, si bien no científica, muy eficiente al menos en el caso del Distrito Federal para resolver los delitos sin implicar a los que no estaban en ellos implicados.

López Portillo corrompió la policía, quizá como la forma que le tocó jugar. Pagó al final de su vida con el circo patético en el que se convirtió al final antes ya de su muerte. Un circo que ni a los enemigos se puede desear.

Y a los que no recuerdan al Barapem, de donde se formó “La hermandad”, con los que quedaron vivos, a algunos los asesinaron. La Hermandad que, a decir de la revista Proceso, hoy trae de nuevo a la vida de los mexicanos Mondragón y Kalb, mañana les cuento

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