jueves, 14 de noviembre de 2013

Avocados a desaparecer los nacionalismos

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Olvidan Revolución
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Pretende gobierno enterrar nacionalismo
A pesar de violaciones, honrarían Ejército
Primero el fútbol, luego Presupuesto 2014
Costosa la inseguridad: 15% del PIB: SSA
Reforma política tiene un 90% de avance


“Quien tiene muchos vicios tiene muchos amos”. Plutarco

Sigue abundándose en la desnacionalización de los ciudadanos; el empeño es incomprensible tratándose de momentos en el mundo en el que los países desarrollados, si bien amplían sus terrenos comerciales y financieros hacen hasta lo imposible por mantener vigentes sus principios, costumbres, sus emblemas que los caracterizan como nación y procuran hacia el exterior dar la muestra de gran unidad en torno a propósitos comunes, a los que unen a gobiernos con pueblos. Aquí sucede lo contrario y en ello se avanza un día sí y el otro también. Ahora se trata de la cancelación del desfile del 20 de noviembre, del que señala una fecha revolucionaria.

Para estos grupos a los que se han referido Jesús Silva Herzog Márquez y Edgardo Buscaglia con toda dureza pero con no menos grandes verdades, ya no sólo se trata de hacer política con la chequera abierta sino de ir borrando de la mente de las nuevas generaciones todo vestigio, todo recuerdo, toda relación histórica con el país en el que nacieron. Con el anuncio hecho por el titular de Gobernación, el hidalguense Miguel Angel Osorio Chong, no queda más que recordar las palabras de Fidel Castro refiriéndose a que en México los niños estaban más enterados de las aventuras de Mickey Mouse que de su propia historia. Y, ¿cómo no va a suceder esta desagradable inconciencia si el propio gobierno la prohíja y los maestros se dan el lujo de aceptar el cambio de calendarios y después de una larga jornada de ausencias suman sus asuetos?

El desfile del 16 de septiembre fue sólo para quienes tuvieron acceso al balcón del Palacio Nacional o para los viajeros que reservaron habitaciones en el hotel que se encuentra justo frente al Zócalo capitalino, y eso en unas cuantas habitaciones una vez revisado el currículo de quienes las rentaron, todo ello, dijeron, por seguridad. La ceremonia del Grito ya ha estado empañada no sólo en la Plaza Mayor capitalina sino en diversas entidades. Se recuerdan los hechos sangrientos en Michoacán, pero también los descuidos, la incapacidad, las grandes irresponsabilidades en este año tanto en Guerrero como en el propio centro, en la sede de ese gobierno federal que se percató de los daños causados por “Ingrid” y “Manuel” hasta que alguien comentó en pleno Palacio que todo estaba ya muy feo.

Afuera los gritos de unos cuantos enardecidos que lograron colarse entre la multitud acarreada del Estado de México fueron acallados en todos los sonidos oficiales, incluyendo obviamente a los de las televisoras y solamente algunos medios escritos dieron cuenta de la realidad que se vivió en esa fecha. La ceremonia del 5 de febrero ya también intentaron minimizarla y no puede ser de otra manera si a nuestra Carta Magna no sólo la han violado las veces que han querido y esto merced a las acciones tanto de funcionarios como de los mismos Magistrados encargados de velar por que sea íntegramente respetada, sino que le han puesto parches, la cambian, le quitan, le ponen, y finalmente se dan el lujo de hacerla de lado o saltarla cuando sus fines así lo requieren.

No debiera pues extrañarnos la cancelación del desfile del 20 de noviembre, pero sucede que es para que este sentimiento se presente acompañado de grandes interrogantes entre las que sobresale esa orden de ponderar, de honrar al Ejército Mexicano en uno de sus aniversarios. Y nos preguntamos si hay necesidad de un reconocimiento de este orden cuando los señalamientos de faltas, de violaciones a los derechos humanos los rodean, si se puede honrar a un Ejército que es incapaz, como lo ha sido la policía, la Marina, los múltiples cuerpos, de darle a los ciudadanos paz y seguridad; si es menester rendirle pleitesía a un cuerpo cuyo desempeño en el extranjero ya no es sobresaliente; si además tenemos que seguirles brindando como antaño y sin necesidad de órdenes provenientes del ocupante del palacio de Covián, respeto a quienes apenas la semana anterior reportaron que más de una centena de sus integrantes estaban abiertamente vinculados con las mafias y que en el transcurso de la presente hicieron un anuncio similar.

Pero a ello tenemos que sumarle que también es una Institución que nunca ha rendido y tal parece que no rendirá ninguna cuenta, no se sabe de sus aplicaciones presupuestales nada aunque abunda la información sobre la riqueza de los vástagos de quienes han ocupado la titularidad de la SEDENA, algunos ligados, incluso, a los grandes capos del narcotráfico; otros señalados hasta por ser los agentes de ventas y representantes de las banderas monumentales que se colocaron en la mayoría de plazas públicas y otros lugares, además de ser los comisionistas de las aseguradoras que extienden sus pólizas a través de su propio banco, del cual tampoco la Comisión Nacional Bancaria recoge los reportes sobre los movimientos que ahí se realizan de manera cotidiana. Es este el peor momento para una petición de esa índole, para una solicitud como la hecha por el hidalguense porque la sociedad está reclamando cuentas claras y comportamientos dignos y esto es sin apuntar a una sola dirección, sino a todas, incluyendo ésta y por ende la de los otros dos poderes que se han visto tan pero tan beneficiados en plena época de crisis económica.

Por fortuna algunos gobernadores decidieron no cancelar sus desfiles. Bien por ellos y por la conservación de nuestras costumbres, de las tradiciones, de todo aquello que nos significa y nos dignifica sin olvidar nuestra historia, sus héroes y lo que nos constituyó en una nación libre que, por desgracia, va perdiendo su soberanía. O ¿acaso ya pensaron en eliminar el renglón “soberano”?

Para reír o llorar


Tal y como lo anunciaron, los señores diputados muy preocupados por el alza en tributos, por los cambios hechos en la presentación del Presupuesto de Ingresos que habrán de afectar a ciudadanos, empresas, fábricas, comercios, etcétera, y buscando que cada peso que los mexicanos aportemos a las arcas públicas sea bien administrado y mejor aplicado, decidieron que hasta que terminara el partido de fútbol entre México y Nueva Zelanda se iniciara la sesión para la aprobación del Presupuesto de Egresos. Claro que antes de esto hay que brindar, que celebrar, que comer opípara y alegremente ante un 5-1 que casi pone al equipo azteca en el Mundial de Brasil. Si de por ya había un entreguismo total al documento enviado por Luis Videgaray en un claro mensaje de “no pudimos con el enemigo y por lo tanto nos unimos a él” proveniente del líder de la fracción priísta y de los verdes y de parte de los amarillos y azules, con los chíngueres consumidos hasta la conciencia perdieron.

Si hay retroceso económico; si es decepcionante el crecimiento económico; si la tasa de ganancias de los bancos superó en 15 veces a la del desempeño a la economía; si se van a gastar la misma suma que emplean más de 110 millones de mexicanos en su subsistencia, es decir 4 y medio billones de pesos; si ya están ciertos de que Pemex no pierde y sí cuenta con ingresos suficientes para nuevas instalaciones e inversiones; si ya saben que se los brincaron olímpicamente y construyeron refinería en Texas, en otro territorio; si están conscientes que desde la más alta jerarquía del Pacto les pintan violines y les lanzan señas obscenas, que tanto puede dañarlos que no les aprueben la compensación de 3 mil millones de pesos que dicen que quieren para reducir los efectos causados por la homologación del IVA en la frontera.

Al cierre de estas línea se aseguraba que hasta la madrugada tendrían listo el documento y eso será si es que los que se encuentran paseando de la curul a su oficina dejan de ingerir su bebida de preferencia o si se juntan reclamar que tienen un día más y que por lo tanto hay que terminar la celebración del mundial y ya en la cruda se verán. En fin, queda para pensarse que justo el equipo contra el que jugó la selección mexicana procede de un país con un índice de ingresos envidiable, en donde no hay corrupción, su posición en seguridad y educación así como en salud es deseable, igual a la de muchos otros países en donde el fútbol no levanta espíritus, aquí , patrioteros, sino que se ve como lo que es, un deporte que se disfruta sin que la corrupción lo cubra de portería a portería y llegue a los vestidores, a los campos de entrenamiento, a las cámaras de televisión y suba hasta las más altas autoridades.
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