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Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Reforma energética para seguridad de EU
Nacionalistas contra malinchistas en 2013
¡Cuidado con trasnacionales!, alerta Brasil
Apertura es cuestión de seguridad nacional
Emergencia hidrológica en el país: Segob
“¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada?- Proverbio alemán
En México, un país abrumado por dos fenómenos meteorológicos denominados “Ingrid” y “Manuel”, que han afectado a más de un millón 200 mil personas y el número de fallecimientos suma al menos tres decenas, y atosigado por el “patriotismo” del presidente Enrique Peña Nieto en la 203 Conmemoración de la Independencia de México, quien dio el primer “Grito” de su administración y ante el desfile militar de contingentes del Ejército, Marina y Fuerza Aérea, destaca la interrogación, ¿por qué la prisa para aprobar la reforma energética presentada el pasado 12 de agosto por el inquilino de Los Pinos?. La respuesta nos llega desde Washington, EE.UU., y tiene dos aspectos sobresalientes: para dar cumplimiento al Acuerdo que nuestro país –Felipe Calderón precisamente- y EU firmaron en febrero de 2012 para la explotación de yacimientos transfronterizos en aguas profundas en el Golfo de México y porque “el futuro de la producción de petróleo y gas en México es de gran importancia para el desarrollo económico de ese país y para la seguridad energética de Estados Unidos”.
La cita anterior es del reporte “La Administración de Peña Nieto: prioridades y claves en los temas de la relación Estados Unidos y México”, fechado el 15 de agosto pasado y dado a conocer la semana pasada en nuestro país por el diario “El Universal”, el cual fue elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos. Dicho documento, también resalta la recopilación de información de cómo las nuevas acciones de Peña Nieto se alinean a los objetivos de la “Iniciativa Mérida”, otro importante documento de subordinación de México a los intereses norteamericanos firmado por el panista Felipe Calderón. Las prisas de la administración de Enrique Peña Nieto por aprobar la iniciativa de reforma energética, que implica una importante modificación constitucional, se inscriben en ese marco analizado por los congresistas norteamericanos, que, a diferencia de los mexicanos, sí velan por los intereses nacionales y soberanos de su país.
Por la importancia nacional, bien vale la pena un rápido repaso a los antecedentes históricos: la reforma energética de Peña Nieto pretende cambiar lo que establecieron los constituyentes de 1917, en el artículo 27, en el que establecieron el dominio de la Nación sobre todos los minerales, así como el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólido, líquidos o gaseosos, aunque la redacción original de ese artículo daba la posibilidad de que los particulares extrajeran para su aprovechamiento el petróleo y demás hidrocarburos, bajo la figura de la concesión. Fue hasta diciembre de 1938 cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río impulsó la primera reforma energética, que fue aprobada dos años después, la cual mantenía la propiedad exclusiva del Estado sobre los recursos en el subsuelo, suprimía las concesiones sobre el petróleo y los carburos de hidrógeno, ya que la concesión confería a particulares los derechos para explotar y aprovechar bienes del dominio nacional y consideraba como derecho exclusivo del Estado el explotar los hidrocarburos mediante las formas estipuladas en una ley secundaria. Una ley reglamentaria publicada en ese mismo periodo creó instrumentos para celebrar contratos con los particulares, a fin de que éstos lleven a cabo, por cuenta del Gobierno Federal, los trabajos de exploración y explotación de hidrocarburos sin poner en riesgo los derechos del Estado sobre éstos, también estableció el régimen de concesiones para la construcción de refinerías y oleoductos y para la distribución de gas.
Es precisamente hasta 1958, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines expidió una nueva Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional que eliminó la posibilidad de celebrar contratos con particulares en la explotación y reservó todas las actividades de la industria petrolera a Petróleos Mexicanos. Dos años más tarde, en el gobierno de Adolfo López Mateos, se aprobó una reforma constitucional que incorpora dicha prohibición de contratos al artículo 27 de la Carta Magna.
Y fue hasta el arranque del neoliberalismo, en el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando se reformaron los artículos 25, 26, 27 y 28 de la Constitución para establecer que no constituyen monopolios las funciones exclusivas que el Estado ejerza en áreas estratégicas en petróleo y demás hidrocarburos, así como petroquímica base.
Tres décadas después, Enrique Peña Nieto viene a terminar esta labor con su reforma energética para “compartir” la extraordinaria renta petrolera con empresas trasnacionales básicamente. Para ello utilizó el Pacto por México, un inconstitucional instrumento de acuerdos políticos entre cúpulas partidistas subordinadas al poder presidencial, así como una feroz campaña propagandística para disminuir la oposición de la población a la privatización de los recursos energéticos del país.
CUIDADO CON LA REFORMA ENERGÉTICA: SAUER
Los riesgos para el país de esta apertura de la industria petrolera al sector privado fueron destacados la semana pasada por Ildo Luis Sauer, ex director de Petrobras (2000-2007), quien ilustró que en Brasil la apertura no fue benéfica y ahora empieza nuevamente a reestatizar su industria petrolera, y agregó que la apertura del sector eléctrico no cumplió las promesas de bajar las tarifas eléctricas, además de que se deterioró la calidad del servicio, se elevaron considerablemente las tarifas y se extendieron los apagones.
La verdadera causa para acelerar el acceso a las reservas de hidrocarburos en el Golfo de México es la disputa geopolítica, que, según Sauer, se da de dos maneras: una, con reglas, que es la competencia, y la otra sin reglas, que es la guerra. Y señala que “en el caso del petróleo ha prevalecido la guerra. La invasión de Irak, de Libia, la amenaza a Siria claramente están enfocadas en esta estrategia geopolítica de quebrar el dominio de Irak e Irán, y después de Arabia Saudita, que no sabe lo que le espera”. En una amplia entrevista con el periódico “La Jornada”, el ex funcionario brasileño advirtió que en la medida en que las empresas privadas intervengan en la extracción de crudo, la renta petrolera para el Estado será más baja. Entonces, dijo, habrá dos crisis, primera, el precio del crudo se puede desplomar, y segunda, las ganancias serán menores y tendrán un impacto en las finanzas, por lo que la apertura es una cuestión de seguridad nacional.
Sobre la experiencia de privatización en Brasil, destacó que “una vez que sacas a los leones de las jaulas, ellos entran en el sistema y tienen fuerza para participar con mucha más potencia en el sistema político y económico para dominar los medios de comunicación e infiltrarse en los partidos políticos a través de cabilderos, que son los que están en los congresos y en los palacios”. Agregó que ante eso, “la población está desarmada”. Explicó que en Brasil, se profundizó el proceso de penetración de los intereses del capital financiero internacional en el sistema energético. “Están muy fuertes ahí adentro. Después de que penetraron es muy difícil echarlos. En México están empezando”, advirtió.
Ildo Luis Sauer sostiene que Pemex tiene hoy la capacidad de expandirse para todos los campos con asociaciones con otras empresas, pero debe tener poder de embargo, para no quedar como víctima de las trasnacionales.
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