¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Entre lodo y balas
Julio Pimentel Ramírez
Este mes de julio, al cumplirse un año de que el grupo en el poder
compró la presidencia de la República e impuso en ella al priísta
Enrique Peña Nieto, se llevan a cabo 14 elecciones en las que se
renuevan ayuntamientos y congresos locales, incluyendo la gubernatura en
una de ellas –Baja California-, cuyas campañas se han realizado en
medio de una intensa “guerra” de lodo, que salpica a todos los partidos
políticos, pero también de balas que han cobrado la vida de varios
candidatos.
El
gobierno federal a través de la PGR hace esfuerzos por mantener acotado
el caso Granier -para que eso no influya negativamente al PRI durante
la jornada electoral del 7 de julio-, ex mandatario tabasqueño al que se
acusa de defraudación fiscal por un poco más de dos millones de pesos y
de lavado de dinero por 35 millones, cuando el monto desviado supera
con creces a los dos mil millones de pesos. Sin embargo, la
investigación realizada por el diario POR ESTO! demuestra que eso es
solamente la punta del iceberg y dimensiona la magnitud escandalosa de
las operaciones fraudulentas de este connotado priísta.
La respuesta del PRI llega de inmediato pretendiendo empatar el marcador
del “corruptómetro”, con denuncias en contra del ex gobernador de
Aguascalientes Luis Armanddo Reynoso Femat y su hijo. También se acusa
al ex mandatario de Guanajuato Juan Manuel Oliva de corrupción en la
compra de terrenos; y se remata con el gobernador panista de Baja
California al que se atribuye millonario desvío de recursos para apoyar a
los candidatos de la coalición PAN-PRD en ese fronterizo estado.
No es que en estas catorce elecciones estatales las cosas sean
diferentes a lo que sucedió en el pasado, en cuanto a la reedición del
catálogo de marrullerías a las que el PRI recurre. Los demás partidos
también lo hacen pero, cabe subrayar, que la magnitud de ilegalidades va
en proporción directa al poder detentado y ahora, de nuevo en el
gobierno federal, el tricolor cuenta con los recursos y los mecanismos
para intentar el avasallador “carro completo” o, en todo caso, ceder
algunas posiciones para darle oxígeno a la oposición “responsable”,
negociadora.
Cabe anotar que la actuación de los gobernadores priístas, que utilizan
recursos públicos para la defraudación política y protegen a los equipos
de mapaches, serán exitosos este siete de julio en la medida del
descrédito de los principales partidos de la oposición, el PAN y el PRD,
que reciben el rechazo de los ciudadanos desilusionados (de ahí el
éxito del candigato y demás fauna) por la forma en que se comportan ante
la derrota y de cara al poder, postrados ante él.
El primero de ellos, el Partido Acción Nacional, hundido en la
descomposición política y moral, disputándose burdamente los recursos y
peleando a dentelladas por determinar qué grupo se apropia de los restos
del naufragio que, a pesar de todo, representa un jugoso botín.
El Partido de la Revolución Democrática se encuentra en el peor momento
de su historia, debilitado no solamente por la salida de corrientes y
figuras como Andrés Manuel López Obrador, sino, principalmente, por la
indecorosa entrega de su dirección nacional a los intereses de Enrique
Peña Nieto a través del llamado Pacto por México, que no es más que el
manto tras el cual se fraguan las llamadas reformas estructurales,
necesarias para que el neoliberalismo intensifique la explotación
laboral y avance en la privatización de los recursos y bienes de la
nación.
En la mayoría de los estados donde habrá elecciones el próximo domingo
existe una apabullante presencia de especialistas en la defraudación
electoral a favor del PRI. Los Pinos y Gobernación solamente han montado
un espectáculo de aparente condena y corrección de esas tendencias
detectadas.
El coordinador de los senadores del Partido de la Revolución
Democrática, Miguel Barbosa, aseguró que en el Pacto por México ‘‘los
partidos de oposición (PAN y PRD) ahí representados no lograron hacer
cumplir al gobierno los ocho compromisos del addendum (agregado). Los
delegados federales ahí siguieron, los de Sagarpa y los de Sedesol,
entre otros, no movieron a nadie. Eso me inquieta y me lleva a pensar
qué se debe hacer después de que no se cumplen los acuerdos por
escrito’’.
Al anterior balbuceo se añade el papel desempeñado por Jesús Zambrano y
Gustavo Madero, que se han prestado al show del Pacto por México, que ha
sido la clave para la instalación y el desarrollo del plan priísta de
larga estancia en el poder a partir de la compra aplastante de las
elecciones del año pasado.
En tanto, en varias entidades de la República en los últimos días se han
presentado atentados y amenazas contra candidatos y dirigentes
partidistas, que inclusive han cobrado ya algunas vidas. Esto es una
muestra de la presencia y poder de los cárteles del narcotráfico, que en
algunas regiones actúan con gran impunidad con la complicidad de las
autoridades o, en todo caso, gracias a su ineficiencia.
En esos huecos que deja el Estado fallido, la delincuencia organizada
impone su ley, compra autoridades, decide quién será el representante
“popular” en el Poder Legislativo. Solamente la ciudadanía consciente y
organizada será capaz de poner fin a la guerra de lodo y balas que cada
día erosiona más a la debilitada democracia mexicana.
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