¡¡Exijamos lo Imposible!!
Atraco en despoblado
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Se “esfuman” 80 mil millones de AFORES
Ganancias bancarias; trabajadores en riesgo
Confirman: sigue vigente el baño de sangre
Cambiar régimen fiscal de Pemex: Cárdenas
Precios de alimentos seguirán por las nubes
Rescata Ejército a 165 migrantes secuestrados
“Eso de que el dinero no da la felicidad, son voces que hacen correr los
ricos para que no los envidien demasiado los pobres”.- Jacinto
Benavente
La persistente ola de violencia en el país, que arrojó en el primer
semestre del gobierno de Enrique Peña Nieto 6 mil 247 homicidios, con 30
asesinatos diarios en mayo, así como la grave desaceleración de la
economía que nos llevará a no alcanzar ni siquiera un crecimiento de 3 %
del PIB en 2013, con la consecuente perdida de empleos, la ampliación
de la informalidad, la inflación, la carestía de la vida, entre otros
adversos resultados, conforman un fúnebre escenario que no alcanza a
ocultar otro gran atraco a la clase trabajadora reportado ayer por la
Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar), que informó que “la
fuerte volatilidad de los mercados financieros en México y el
extranjero” provocaron pérdidas, en un solo mes, por 80 mil millones de
pesos, en los fondos para el retiro de los trabajadores mexicanos,
multimillonarios recursos que fueron a parar a manos de inversionistas y
banqueros.
En efecto, como lo hemos advertido en diversas ocasiones a través de
estas líneas, el hacer las mismas cosas se obtendrán los mismos
resultados, por lo que al mantener la estrategia contra los cárteles de
las drogas de Felipe Calderón, la administración de Enrique Peña Nieto
está cosechando los mismos resultados: informes oficiales reportados de
manera conjunta por las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional y
Marina, así como la Comisión Nacional de Seguridad y la Procuraduría
General de la República, durante mayo, el más reciente corte mensual, el
saldo son 954 homicidios dolosos, casi todos (927) “personas
presuntamente responsables de hechos ilícitos”, 24 servidores públicos
caídos en el cumplimiento de su deber y 3 personas presumiblemente
ajenas a los casos.
El informe de la administración de Peña Nieto “presume” que en el rango
de homicidios es 16.5 por ciento menor, comparado con el mismo periodo
anterior, es decir, lo correspondiente al lapso diciembre 2011-mayo
2012, y 8.6 por ciento menos respecto del mes inmediato anterior (abril)
2013. El gabinete de seguridad destaca que “este es el segundo mes en
lo que va de la presente administración, que la cifra de homicidios
vinculados a delitos federales, está por debajo de los mil. Esta
circunstancia no ocurría desde hacía más de tres años”.
Este rojo panorama, maquillado, no es suficiente para ocultar el atraco
multimillonario de las Afores a los trabajadores mexicanos, que en un
solo mes perdieron 80 mil 492 millones de pesos en los fondos para el
retiro. En el reporte de la Consar, correspondiente a mayo, sobre el
valor de los portafolios de inversión a precios de mercado bajo custodia
de las administradoras de fondos para el retiro (Afores), el organismo
informó que se ubicó en 1 billón 994 mil 918 millones de pesos, cuando
un mes antes la suma ascendió a 2 billones 75 mil 410 millones de pesos.
La Consar no se tomó la molestia de explicar las razones de esta
disminución de los ahorros de los trabajadores, quienes de por sí ya
tienen que recibir sueldos miserables y además, deben soportar los
“ajustes del mercado” que merman sus ahorros.
Estos resultados son totalmente contrastantes para trabajadores e
instituciones bancarias que administran sus ahorros, sin darles ninguna
explicación sobre el manejo de esos multimillonarios recursos. A más de
tres lustros de que fue impuesto en México el actual sistema de
jubilaciones, basado en cuentas de retiro individualizadas bajo la
administración de empresas financieras privadas –las administradoras de
fondos para el retiro (Afores)-, el modelo ha arrojado resultados
contrastantes, toda vez que los trabajadores asalariados padecen
afectaciones a sus ahorros, a consecuencia de la inversión de los mismos
en mercados bursátiles, así como cobros injustificablemente altos por
concepto de comisiones de las administradoras, mientras que para éstas,
principalmente instituciones financieras trasnacionales, el sistema
individualizado ha representado una enorme oportunidad de negocio y las
ha convertido en concentradoras de gran cantidad de recursos económicos
que son empleados en préstamos al sector público y al privado, con el
respectivo cobro de intereses. En una palabra, se han llevado la tajada
del león en las ganancias.
Lo peor es que, en México, existe otra vez el riesgo de que ocurra algo
parecido a lo sucedido en Estados Unidos y países de Europa, donde los
ahorros de los trabajadores se evaporaron por efecto de la
irresponsabilidad y la ambición de especuladores. El estado mexicano
renunció a su compromiso de garantizar el futuro de los trabajadores y
nada hace para evitar que las Afores no ocasionen, por irresponsabilidad
o por ambición, nuevos quebrantos al patrimonio de los asalariados y de
sus familias. Habrá que recordar que, en el pasado reciente,
desaparecieron, como por arte de magia, las pensiones del IMSS y del
ISSSTE.
El hecho, comprobado e irrefutable, es que las Administradoras de Fondos
para el Retiro (Afores) demuestran que el manejo de las pensiones y
jubilaciones por la banca privada –trasnacional- deja más pérdidas que
ganancias a los trabajadores. Los bancos cobran por administrar los
recursos de los trabajadores aproximadamente el 20 por ciento y están
pagando a los beneficiarios, como interés del rendimiento, entre el 6 u 8
por ciento. Así, cada año, los trabajadores pierden, en términos
reales, entre 12 y 14 pesos, por cada cien pesos que invierten en las
Afores, para sus pensiones y jubilaciones. El peor de los casos se da
para aquellos trabajadores asalariados que quedan sin empleo y dejan de
ingresar dinero a su cuenta de fondos para el retiro, porque cuando
pueden reclamar lo que tenían, lo más seguro es que sea mucho menos o se
encuentren con la sorpresa de que el interés que cobra el banco por
administrar su dinero, se coma el capital de inversión. Como cereza para
el pastel habrán de recibir lo ahorrado, en “abonos chiquitos”, que en
nada aliviarán su situación.
Comprobamos así, que es un verdadero atraco a los trabajadores el haber
pasado las cuentas de ahorro para el retiro a la banca privada, porque
los únicos que hacen el negocio del siglo son los bancos, quienes merman
el capital de inversión de los fondos para el retiro. Los banqueros han
triplicado sus activos en tan sólo una década, mientras que los
trabajadores, en ese mismo periodo, tuvieron un rendimiento de sólo 2.7
por ciento. Las Afores sólo entramparon a los trabajadores, ya que los
sistemas de pensiones están regulados por un gobierno que le cedió la
responsabilidad de guardar los fondos, pero no la de responder al 100
por cien de ellos, lo que lleva a que los errores de los banqueros
queden totalmente impunes y, por supuesto, lo que se embolsen cuando las
quiebren también.
Un hecho gravísimo es el que el 79 por ciento de los 39 millones de
cuentas individuales inscritas al SAR, serán retiradas en más de 20
años, pero con el sistema de pensiones se ha hecho un fraude descomunal a
los trabajadores, y no va a ser necesario esperar eso 20 años para que
se compruebe este robo multimillonario. Así, 15 millones de trabajadores
depositan su dinero regularmente en un sistema diseñado para llenar las
arcas de los banqueros y de nadie más porque, inclusive, el gobierno no
recibe impuestos de estos grupos.
Teóricamente y por ley, el dinero de las pensiones debería usarse para
invertir en desarrollo regional, vivienda, infraestructura y “papeles de
gobierno”. En la práctica, el 90 por ciento del dinero de las pensiones
sólo se ha invertido en dichos papeles, con lo que el gobierno cuenta
con financiamiento a costa de los trabajadores, cuyo dinero es usado no
sólo para meterlo en el casino bursátil, sino que financia el déficit o
se usa para comprar deuda pública, mientras que los trabajadores pagan
comisiones brutales, las más altas del mundo. Este renglón no aparece en
la reforma financiera, no se le toca y mucho menos se exige el soporte
económico bancario para esas operaciones.
PEMEX A DEBATE
Para el ex candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas, la incursión de
mayor inversión privada en Petróleos Mexicanos (Pemex) no es la panacea
para la modernización de la paraestatal. En cambio, se pronunció por una
modificación en su régimen fiscal y otorgarle autonomía de gestión a
Pemex. Durante el encuentro “Empresas petroleras en México: Historia y
Diplomacia”, organizado por el Colegio de México, el ex jefe de Gobierno
del Distrito Federal se manifestó por conservar las áreas que la
Constitución reserva de manera exclusiva al Estado, pero modificando el
régimen fiscal de Pemex, con lo que consideró que habría más recursos
suficientes para que la paraestatal pudiera llevar a cabo su
modernización y expansión.
A su vez, Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional de Pemex, también
consideró como fundamental una reforma en el régimen fiscal de la
petrolera mexicana y criticó la postura del Grupo Financiero
BBVA-Bancomer, quien afirmó que Pemex sería más eficiente y rentable si
hubiera participación privada en la paraestatal. Recordó que la reforma
del 2008 tuvo los objetivos de dotar a Pemex de mejores prácticas de
gobierno corporativo, darle un régimen particular de contratación, y
mayor flexibilidad financiera. Sin embargo, la expoliación a la que ha
estado sujeta desde esa fecha colocan a la paraestatal en una situación
de fragilidad.
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