¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
A seis meses...
María Teresa Jardí
Hay varias categorías, por supuesto, entre las que destacan los ancianos
pobres a los que hoy me refiero. Los viejos, para hablar con propiedad,
son los nadie: en los que nadie piensa. No me incluyo, no porque no me
sepa vieja. No lo hago porque tengo dos hijos que se ocupan de mí. Pero
los hay en solitario que no tienen a nadie y a esos el Estado los
mantiene olvidados con la esperanza de que ojalá y pronto se mueran,
incluso en los lugares donde como limosna se les da una raquítica
pensión que para otras cosas serviría, piensan las mafias de derecha que
adueñadas del poder hoy desgobiernan.
Se dio marcha atrás en lo del “apagón analógico” pero no por las razones
correctas. Razones que, de manera previa a dicho apagón, también
tendrían, por elemental justicia, que ser resueltas.
No se analiza ni por Peña ni por los que imponen ese apagón ni menos aún
por la telecracia mexicana que se manifiesta contra ese apagón, ni
tampoco encuentro comentarios, aunque pueden haberlos, por supuesto,
entre los cada vez más que pensamos que la telebasura es una caja idiota
que efectivamente tendría que ser convertida en pecera o en cama para
mascotas o usarse sólo para ver películas...
No se piensa en que hay cada vez más cientos de miles de ancianos pobres
que como única distracción en su vida miserable cuentan con la
telebasura abierta. Sobre ese grupo, comprendido entre los que se había
dejado sin televisión en Tijuana, yo no se ha escuchado ni una
referencia.
El maltrato en México para los ancianos es esperpéntico como muchas de
las otras cosas a las que nos hemos acostumbrado. Como el maltrato a
los animales y a las mujeres y a los niños donde el bulliyng ha llegado a
puntos sin comparación en el resto del mundo y no es que no hayan
existido desde siempre, o desde hace mucho, en algunas escuelas algún
que otro bravucón que se aprovecha de los más sensibles.
Pero aquí, como la “permisiva” venta de comida y bebida chatarra, a
pesar de que se conocen los males que provoca y a pesar de que el número
de diabéticos cada día aumenta, la agresión a los niños por otros niños
convertida en cotidiana, lo que además refleja que tampco andan bien
las cosas en las casas de los agresores, lo que pasa por la
“permisividad” también de maestros y directores, nos ha tornado también
en ese rubro en incomparables con otros lugares.
Si en Chile pasó, no veo porqué aquí con la permisividad a la CIA para
su intervención canceladora de la soberanía mexicana garantizada de
manera clara desde Calderón, a Jorge Carpizo no se le haya podido
asesinar de similar manera a como ya se sabe que se asesinó a Pablo
Neruda.
A la derecha le asusta el que seres pensantes sean testigos de sus
crímenes atroces y a final de cuentas tampoco el regreso del PRI
garantizaba —como a seis meses ya es claro que continúa sucediendo— que
se iba a parar con el genocidio encabezado por Calderón. Pero además, en
particular, a Jorge le preocupaba el desarme ético de las instituciones
que por evidente ya no podía dejarle de ver ni mi gatita que nació
ciega. A seis meses de reinado de Peña el país avanza aceleradamente a
la continuación de la crisis para millones con la vida incluso ya
virtualmente cancelada mientras vivan.
El creíble Semanario Zeta señala que con Peña en este lapso se han dado
8,000 asesinatos al estilo de los que se daban con Calderón y de
inmediato el CISEN, cuestionado por una filtración de dentro de sus
filas, clara demostración de lo mal que siguen los organismos de
inteligencia en nuestro país, más interesados en la vida privada de los
políticos que en la injusticia, que era lo primero que tendría que haber
atacado Peña, incluso para que no se le recordase que la justicia
implacable es nada sin la justicia impecable y que en todo caso siempre
será mejor la impecable que la implacable. Mucho cuidado en no
equivocarse: la justicia implacable suena a dictadura.
Del Cisen salen a dar explicaciones impresentables como Monte Alejandro
Rubido. Corrigen a “Zeta” aunque básicamente no les quedé más remedio
que aceptar las cifras que da el Semanario. Y para hacerlo dividen a los
asesinados en las categorías que en el CISEN se analizan olvidando
contemplar como categoría los crímenes cometidos por militares y
policías... A seis meses de Peña todo sigue igual con tendencia a
empeorar un poco más cada día para cada vez más millones de mexicanos.
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