Somos el Medio
Vivir la UACM, en busca de herramientas para la defensa del modelo educativo
Alberto Leonel Ayala Rojas *
Desde el inicio del conflicto en la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México hay una demanda que ha sido
central en este proceso tan complicado, y que tendremos que tener
presente y clara en la reconstrucción del tejido social de nuestra casa
de estudios, me refiero a la exigencia de respetar el modelo educativo
de nuestra universidad. Pero ¿Qué tanto conocemos en realidad de tan
mentado proyecto? ¿A qué nos referimos puntualmente cuando hablamos de
un modelo educativo? ¿Qué es lo que lo hace tan especial e innovador?
Mi pretensión en este texto no es la de
agotar las posibles respuestas a las preguntas hechas, eso corresponde a
una tarea más ardua. La finalidad es puntualizar algunas líneas de
discusión sobre quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos como
comunidad. Para esto, me parece que reflexionar sobre el ciclo de
integración desde mi propia experiencia puede ayudar a resaltar algunos
rasgos del modelo pedagógico de la universidad, pues como su nombre lo
dice nos ayuda a integrarnos a las tareas, ritmos y formas de trabajo
que se han de llevar a cabo a lo largo de la carrera de cualquier
estudiante de la UACM. Sobre todo me gustaría resaltar lo vivido en el
taller de Identidad Conocimiento y Aprendizaje (ICA).
Pues bien, entrando en materia, uno de
los procesos iniciales por los cuales tiene que pasar un estudiante de
la UACM en este taller es saberse capaz de construir preguntas y
cuestionarse sobre su propia vida y la situación en la que se encuentra.
La elaboración de una pregunta inicia un proceso de indagación sobre
nuestra realidad y nuestra existencia, y determina esta primera etapa de
aprendizaje.
Sobre qué preguntar: de dónde venimos,
quiénes somos y hacia dónde vamos es una posibilidad. Estas
interrogantes nos permiten entender que somos nosotros los que
construimos nuestra propia vida y decidimos a dónde dirigirla. Poder
identificar un tema de nuestro interés nos lleva a la necesidad de
emprender una búsqueda que nos permita encontrar preguntas correctas
para la respuestas que queremos obtener, primero sobre nosotros mismos,
después sobre alguna problemática en particular, y así emprender el
largo y complicado camino para tratar de entender la realidad en la que
vivimos sabiéndonos sujetos activos de los cambios de esta sociedad, y
que por consiguiente somos responsables de sus problemas y de sus
soluciones.
La construcción de estas preguntas
ligadas a nuestro entorno nos llevan a entender que la interacción
social es parte central del proceso de aprendizaje para poder comprender
la vida y cómo vivirla, construyendo puentes hacia todos los sectores
en los que nos desarrollamos, tanto en la universidad, como en nuestro
trabajo, con nuestra familia y en todos los espacios en los que nos
construimos como humanos. Es variada la bibliografía y los estudios
hechos sobre esta forma de entender el aprendizaje.
Uno de los autores que más ha ayudado a
entender esta faceta social de la construcción del conocimiento fue Lev
Vygostsky, autor que forma parte de la base teórica que ha influido en
la propuesta pedagógica de nuestra universidad. Según la pedagoga Elsie
Rockwell un término que sale de esta tradición y que ayuda a entender a
lo que nos referimos con el modelo educativo, es el de socialización, y
comenta que: “no sólo es útil en el sentido de que el individuo forme
parte de una sociedad, de hecho eso inicia desde que nace, sino también
en el sentido que garantiza a toda la sociedad el acceso al cúmulo de
herramientas y signos culturales necesarios para su desenvolvimiento
pleno en el momento histórico en el que vive”.
Entonces, siguiendo este orden de ideas
las herramientas que cualquier persona necesita para entender y
desarrollarse en la vida diaria, cuestiones tanto culturales, políticas,
sociales y económicas, las adquiere en la interacción con sus pares,
además del acceso que tenga a los diferentes espacios educativos. De
esta manera, parafraseando a Vygostsky el aprendiz logra hacer suyas
estas herramientas y signos con la ayuda de otras personas que ya las
poseían, o utilizaban. Por ello, esos momentos de contacto, y de
interacción, son cruciales para el aprendizaje, en la formulación diaria
de preguntas y la búsqueda de sus respuestas, es decir en el caminar
diario de nuestras vidas, esto es parte central del programa de
estudios del taller de ICA.
En la exposición de motivos de la Ley de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México siguiendo la misma
lógica de socialización manejada en este texto se plantea lo siguiente:
“El propósito de la educación pública es formar ciudadanos, hombres y
mujeres cultos, es formar profesionales comprometidos por el país, es
formar servidores de la sociedad, profesionales con compromiso social”.
Esto es parte fundamental de nuestra identidad y formación como
universitari@s y de una estrategia pedagógica que permite formar
estudiantes con estas características. El punto siete de esta exposición
de motivos continúa con lo siguiente:
Los estudiantes son sujetos activos de
su proceso educativo y ellos deben asumir la responsabilidad de formarse
una cultura propia. Este es un postulado básico de la educación
moderna, que concibe el conocimiento como un proceso que compromete a la
persona toda y que no puede aislarse de la motivación y la voluntad de
conocer.
Se apuesta a la construcción de hombres y
mujeres críticos de su entorno, con una conciencia dispuesta a ser
libre y a seguir el camino del conocimiento, con la constante de saberse
capaces de desarrollar formas para explicarse y transformar su propia
realidad, en este sentido tod@s tenemos algo que decir desde nuestra
propia experiencia de vida y a la vez tod@s tenemos la necesidad de
aprender.
Otro punto importante y que va tomado de
la mano con lo dicho hasta este momento, siguiendo con el análisis del
semestre de Integración, es que éste es un espacio de aprendizaje
multinivel pues los compañeros tienen formas de vida distintas,
dependiendo la situación en que se encuentren, algun@s son madres o
padres, otros son hijos o hijas, otros son abuelos, otros esposos, todo
esto confluye en un solo espacio y tiene un impacto significativo a lo
largo de la carrera. Para esto es indispensable entender una formación
universitaria que incluya diversas estrategias para atender de manera
integral a los sujetos concretos que ocupan el espacio de estudiante.
En esta etapa de la universidad como ya
lo mencione es donde aprendemos la importancia de la construcción de
preguntas sobre lo que va a ser de nuestra vida en los próximos 5, 6 o 7
años dependiendo el caso y el ritmo que cada quien tenga basado en su
forma de vida. Además de ser una introducción y bienvenida a lo que
ofrece la universidad como oferta académica, con el mensaje de que somos
sujetos activos de esos espacios, y de nuestra participación depende
qué tipo de universidad y forma de vida construimos.
Otro factor que es relevante es que el
“rezago” educativo con el que entramos a la universidad, se trata de
cubrir entendiendo que tiene que ver con el cómo aprendemos, y el
interés y la necesidad de poder generarnos una cultura propia del
aprendizaje, desarrollando el aprender a aprender en un proceso tanto
colectivo como individual y así tratar de llenar los vacíos con los que
se llega, restando importancia a la acumulación de contenidos e
información que podamos manejar cada uno de nosotros. En el sentido
pedagógico, la propuesta de la universidad más que llenar los huecos que
la educación tradicional ha generado en la población estudiantil que
ingresa a la universidad, propone que sea el mismo estudiante el que se
construya la necesidad de aprender y llene los vacíos que crea
necesarios llenar. Con el hecho inicial de aprender a generar preguntas
sobre nuestra propia realidad y sus problemáticas.
La universidad con tan sólo el hecho de
tener acceso irrestricto trata de cumplir parte de su papel rompiendo
con los obstáculos sociales que impiden que gran parte de la población
tenga acceso a la cultura, por estar excluida de los procesos de
interacción educativa, como lo menciona Vygotsky.
Durante el transcurso de la vida
universitaria, la forma en cómo se encuentra estructurada la universidad
iniciando por integración, nos permite generar una visión más integral
de nuestra realidad, tratando de romper con los obstáculos sociales que
nos impiden entender y vivir de manera más plena la vida misma,
sabiéndonos sujetos activos y con la posibilidad de cambiar
constantemente en busca de una vida mejor para tod@s. Esta propuesta
formativa en el contexto en el que se encuentra representa la defensa de
la educación pública, científica, crítica y humanista en nuestro país.
La reconstrucción del tejido social en
la universidad después de un conflicto que hizo divisiones que
parecieran irreconciliables nos presenta retos muy complejos. No podemos
dejar esa tarea a un solo hombre por más sabio y noble que sea. Esto es
tarea de tod@s, las herramientas las tenemos y son parte de nosotros
como uacemitas. Hay que echar un vistazo a lo logrado hasta antes de la
llegada de Orozco a la universidad, el ciclo de integración es un
espacio en donde podemos encontrar algunas luces para un camino que
parece lleno de sombras y rencores, la socialización de nuestra
experiencia como uacemitas puede ser un primer paso para recordar todo
lo que somos y lo que hemos logrado.
*Licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México, actualmente estudiante del posgrado en Antropología
Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
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