¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
La crítica que viene
Jorge Carrillo Olea
A Peña Nieto se le agota la luna de miel
Después de los placeres, los deberes. La luna de miel se agota. Las
promesas empiezan a parecer exigibles, muchas racionalmente no lo son.
La que es quizá la menos paciente y la más inmediata, ya en la puerta,
es la de la seguridad pública. Diciembre fue fatal, el crimen siguió
igual. Esta realidad, aunada a que ciertos medios noticiosos empiezan a
alentar el reclamo social, recomenzando su práctica de enfatizar los
muertos, los robos, los secuestros. La atención pública naturalmente
vuelve la cara otra vez hacia esa sombra.
El gran problema para Enrique Peña Nieto es que prometió expresamente
reducir los delitos más lastimosos socialmente en un corto plazo y la
solución y, por ende, el cumplimiento de la deuda está muy lejos de sus
manos. Siendo delitos del orden común están a cargo de las autoridades
locales. Dicho sea esto no como puntillismo legal sino como hechos
prácticos. Las policías federales no pueden cohibir eficazmente el
delito callejero, es tarea de la autoridad local.
Los más de los estados están a años luz de haber limpiado sus cuerpos
policiacos y menos de haber cubierto vacantes con policías de crédito.
No caigamos de nueva cuenta en simulaciones con la absurda “policía
acreditable”, denominación de origen Calderón-García Luna.
Aun los estados, como Puebla, que han construido edificios para
escuelas, academias o lo que les llamen para albergar la formación
profesional, están muy lejos de cumplir con un perfil académico como los
deseables, porque no es uno, son varios, según grados a ocupar en la
jerarquía y especialidades. Los más de los intentos, por ausencia
tecnológica, privilegian teorías y prácticas militares e información
policial simplemente genérica.
La población poco sabe o le importa lo antes dicho. Lo que pide y mañana
exigirá, es lo que se le prometió: abatir el delito común pronto y
bien. No aceptará historias y Peña Nieto poco podrá hacer, no para el
mes que corre sino aun para dentro de muchos, muchos meses. Reformar de
manera nacional, amplia e integral los servicios de policía, es la única
fórmula eficaz si no se quiere entrar en simulaciones. Lo pronto y
barato no existe, por lo menos en este ramo.
De lo empinado de la cuesta y sólo en relación con la depuración,
olvidándonos de la regeneración policial, datos fehacientes sobran: los
gobernadores, sencillamente, “se rajan” de cumplir con lo convenido. A
fines del pasado sexenio se celebró la XXXI Reunión del Consejo Nacional
de Seguridad Pública. En ella el gobernador de Chihuahua pidió que se
suavicen los métodos para la aplicación de exámenes de control de
confianza. El mandatario de Baja California se pronunció a su vez por
modificar los plazos establecidos porque “a lo mejor no vamos a poder
cumplir”, afirmó.
El mexiquense pidió “reconsiderar la fecha” y analizar el caso de cada
entidad, pues dijo que según está hoy tomaría 12 años la certificación.
El gobernador de Guerrero pidió simplificar los trámites pues “de otra
manera yo no sé cuánto tiempo nos va a llevar”.
Con esas muestras resumidas, de manera concisa queda acreditado que
entre “no quiero” y “no se puede”, la cosa no marcha y son los
gobernadores la base de la promesa del presidente. Resulta peor, ya de
risa, si ignoráramos que el surrealismo se inventó en este país, el que
en la primera reunión nacional celebrada pomposamente en Palacio
Nacional ante el novísimo presidente Peña Nieto, ninguno de los antes
desconsolados gobernadores se quejó. ¿Disciplina institucional, como se
diría antes? ¿Oportunismo silencioso?
La cosa es que la madrugada del régimen peñista, dada en colores
cinematográficos, pronto podría nublarse y aquí entramos en una
paradoja: la inconformidad popular que pronto será ruidosa, por más de
los honestos y enérgicos deseos presidenciales, es inatendible en los
términos prometidos. Quizá como el tren de Mérida a Cancún, sólo fue una
ocurrencia de campaña. ¿O el general Naranjo no había llegado? ¿Quienes
hicieron los cálculos no tomaron en cuenta ciertas cosas? ¿O cuál habrá
sido la causa de lo que se ve venir?, pero de que va a venir, va a
venir.
***
…Suspensivos. A pesar de los desencantos de los gobernadores, se han
creado miles de vacantes. ¿Con qué se van a cubrir? Quizá más de lo
mismo, pues el tema de una formación profesional suficiente está
olvidado.
hienca@prodigy.net.mx
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