domingo, 13 de enero de 2013

Y Ahora?.. aterrizar las tantas promesas

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
La crítica que viene
Jorge Carrillo Olea




A Peña Nieto se le agota la luna de miel

Después de los placeres, los deberes. La luna de miel se agota. Las promesas empiezan a parecer exigibles, muchas racionalmente no lo son. La que es quizá la menos paciente y la más inmediata, ya en la puerta, es la de la seguridad pública. Diciembre fue fatal, el crimen siguió igual. Esta realidad, aunada a que ciertos medios noticiosos empiezan a alentar el reclamo social, recomenzando su práctica de enfatizar los muertos, los robos, los secuestros. La atención pública naturalmente vuelve la cara otra vez hacia esa sombra.

El gran problema para Enrique Peña Nieto es que prometió expresamente reducir los delitos más lastimosos socialmente en un corto plazo y la solución y, por ende, el cumplimiento de la deuda está muy lejos de sus manos. Siendo delitos del orden común están a cargo de las autoridades locales. Dicho sea esto no como puntillismo legal sino como hechos prácticos. Las policías federales no pueden cohibir eficazmente el delito callejero, es tarea de la autoridad local.

Los más de los estados están a años luz de haber limpiado sus cuerpos policiacos y menos de haber cubierto vacantes con policías de crédito. No caigamos de nueva cuenta en simulaciones con la absurda “policía acreditable”, denominación de origen Calderón-García Luna.

Aun los estados, como Puebla, que han construido edificios para escuelas, academias o lo que les llamen para albergar la formación profesional, están muy lejos de cumplir con un perfil académico como los deseables, porque no es uno, son varios, según grados a ocupar en la jerarquía y especialidades. Los más de los intentos, por ausencia tecnológica, privilegian teorías y prácticas militares e información policial simplemente genérica.

La población poco sabe o le importa lo antes dicho. Lo que pide y mañana exigirá, es lo que se le prometió: abatir el delito común pronto y bien. No aceptará historias y Peña Nieto poco podrá hacer, no para el mes que corre sino aun para dentro de muchos, muchos meses. Reformar de manera nacional, amplia e integral los servicios de policía, es la única fórmula eficaz si no se quiere entrar en simulaciones. Lo pronto y barato no existe, por lo menos en este ramo.

De lo empinado de la cuesta y sólo en relación con la depuración, olvidándonos de la regeneración policial, datos fehacientes sobran: los gobernadores, sencillamente, “se rajan” de cumplir con lo convenido. A fines del pasado sexenio se celebró la XXXI Reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública. En ella el gobernador de Chihuahua pidió que se suavicen los métodos para la aplicación de exámenes de control de confianza. El mandatario de Baja California se pronunció a su vez por modificar los plazos establecidos porque “a lo mejor no vamos a poder cumplir”, afirmó.

El mexiquense pidió “reconsiderar la fecha” y analizar el caso de cada entidad, pues dijo que según está hoy tomaría 12 años la certificación. El gobernador de Guerrero pidió simplificar los trámites pues “de otra manera yo no sé cuánto tiempo nos va a llevar”.

Con esas muestras resumidas, de manera concisa queda acreditado que entre “no quiero” yno se puede”, la cosa no marcha y son los gobernadores la base de la promesa del presidente. Resulta peor, ya de risa, si ignoráramos que el surrealismo se inventó en este país, el que en la primera reunión nacional celebrada pomposamente en Palacio Nacional ante el novísimo presidente Peña Nieto, ninguno de los antes desconsolados gobernadores se quejó. ¿Disciplina institucional, como se diría antes? ¿Oportunismo silencioso?

La cosa es que la madrugada del régimen peñista, dada en colores cinematográficos, pronto podría nublarse y aquí entramos en una paradoja: la inconformidad popular que pronto será ruidosa, por más de los honestos y enérgicos deseos presidenciales, es inatendible en los términos prometidos. Quizá como el tren de Mérida a Cancún, sólo fue una ocurrencia de campaña. ¿O el general Naranjo no había llegado? ¿Quienes hicieron los cálculos no tomaron en cuenta ciertas cosas? ¿O cuál habrá sido la causa de lo que se ve venir?, pero de que va a venir, va a venir.

***
…Suspensivos. A pesar de los desencantos de los gobernadores, se han creado miles de vacantes. ¿Con qué se van a cubrir? Quizá más de lo mismo, pues el tema de una formación profesional suficiente está olvidado.

hienca@prodigy.net.mx

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