¡¡Exijamos lo Imposible!!
No paran homicidios y agresiones contra reporterosÁlvaro Cepeda Neri |
Esta página de Contralínea, si bien no es para autodefensa,
tampoco para pasar por alto las amenazas contra el autor de la misma.
Más que réplicas, (que son bienvenidas porque tal derecho debe ejercerse
para impugnar las opiniones del periodista) siguen las amenazas al
teléfono de mi domicilio; no de los trabajadores echados a la calle por el odio a los electricistas por parte del enloquecido Javier Lozano Alarcón y el desprecio de Felipe Calderón a los obreros, sino del grupito de choque y quinta columna
que no toleraron la crítica a los abusos permitidos por Martín Esparza
Flores contra reporteros que han cubierto el legítimo activismo del
Sindicato Mexicano de Electricistas. Pero, ni así bajaré la guardia
cada vez que sea necesario para dejar constancia de quienes arremeten
de palabra a golpes y agresiones contra los también trabajadores de los
medios de comunicación.
Embestidas que desde otros centros de poder público y privado, e
incluso de delincuentes, sobre todo del narcotráfico, no cesan en el
contexto de la creciente inseguridad que tiene a la nación víctima de baños de sangre,
del más variado terror para atemorizar a todo mexicano, como parte de
la violencia a sangre y fuego de los protagonistas de la no-guerra
calderonista y la rebelión de los capos con sus sicarios, quienes
cometen abusos de toda naturaleza, también contra periodistas.
Sobre todo contra reporteros de periódicos, radio y televisión, en
casi todos los municipios, que insisten en desempeñar su deber de
informar, analizar, criticar y cuestionar los actos y omisiones de
gobernantes y actores del sector privado. E informar sobre la conducta
de las delincuencias y de policías y militares que tratan de someter a
narcotraficantes que se han alzado contra la paz pública y las
instituciones, en plena rebeldía de mafias armadas contra la sociedad,
el gobierno y el Estado, al querer impedir la vigencia de la
Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y las 31 constituciones de
los estados de la Federación.
En Sonora, aparte del desacato en el que ha incurrido el desgobernador
Guillermo Padrés Elías, al continuar la construcción del acueducto
mediante el cual quiere robarse la escasa agua del Valle del Yaqui,
tiene a la prensa comprada y sometida para silenciar el problema. En
Chiapas, el desgobernador Juan Sabines Guerrero también hace de las suyas contra los diarios. Y en Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León impera la autocensura, por las amenazas cumplidas de los narcos y el desamparo de sus respectivos desgobernadores.
En Zacatecas no “cantan mal las rancheras” de las agresiones; pues el presidente municipal Rodrigo Saucedo Ramírez se las trae contra la periodista Karla Valdez Robles, directora del semanario Siete Días.
La reportera ha recibido amenazas de muerte por interpósita persona, el
ganadero y terrateniente Benjamín Félix, porque informó que el alcalde
de marras mandó construir un camino al rancho del empresario,
quien al parecer, habría financiado la campaña electoral el munícipe.
Los dos rufianes le advirtieron que no quieren volver a ver sus nombres
en el semanario. El reportero y corresponsal, Alfredo Valadez, ha
informado de la amenaza para conocimiento nacional (La Jornada, 20 de julio de 2011).
En Coahuila (coto de caza de los hermanos Moreira, que impusieron a un interino: Jorge Torres López), el desgobernador
Rubén sigue sin aclarar penalmente el homicidio de Valentín Valdés
Espinosa, acaecido hace año y medio, en Saltillo. Y lo mismo en Veracruz
con el asesinato de Miguel Ángel López Velasco, acribillado junto con
su esposa e hijo. Se presume que los sicarios de las drogas mataron a
ambos periodistas. Desde el foxismo, cuando todo apunta a una fuga
facilitada para Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, quien es ya el jefe de jefes
del narcotráfico (le acaban de descubrir, en el sentido estricto del
término, un plantío de mariguana en Baja California) hasta hoy día, los desgobernadores de entonces, los que han asumido el cargo y los asesinos de periodistas han agarrado vuelo. Los reporteros reciben, pues, embestidas de tirios y troyanos sólo por ejercer el cumplimiento de sus deberes.
Cientos de reporteros han sido privados de la vida. Otros tantos
secuestrados, torturados y a tal grado amenazados, que los periodistas
sufren lo que el resto de quienes son víctimas de la inseguridad que el
calderonismo (si la política es presente, en el corto plazo) no ha
sabido ni siquiera mantener a raya. El calderonismo (como el
foxismo) compra con publicidad las libertades de radio y televisión
–como hizo Adolfo Blanco Tatto en Pronósticos Deportivos– para que no
informen de la corrupción ni de los hechos negativos, al atacar la
petición de Calderón y Alejandro Poiré de no comunicar lo que pasa en la
realidad; y como le tienen ojeriza a la prensa escrita, nada
hacen por investigar las agresiones, homicidios y amenazas contra
reporteros. Por esto es que los abusos contra la prensa que informa
verazmente y sus periodistas no paran.
*Periodista
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