jueves, 12 de abril de 2012

Claro que es plagio lo que expresa 'copetes'

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Diario Libertad
Paupérrima telenovela
Manuel Bartlett

Las campañas están en marcha ya distinguibles. Peña Nieto en discurso inicial menciona retóricamente la palabra cambio 17 veces; afirma iniciar el camino del cambio, lo concreta en cinco compromisos para cambiar a México: recuperar la paz y la libertad; un México incluyente y sin pobreza; más educación de calidad; crecer para generar más empleos; recuperar el liderazgo exterior. A lo largo de la campañaafirmase irán definiendo las acciones para lograrlos. Por lo pronto firmó tres: crear una comisión autónoma anticorrupción; hacer públicas las declaraciones patrimoniales de todos los mandos superiores y eliminar 100 diputados. Presentó después: Diez medidas concretas para una mejor distribución de la riqueza, combatir la pobreza y elevar la calidad de vida”, consistentes en: nuevo sistema de seguridad social universal; segunda generación de programas de desarrollo social; erradicación de la pobreza alimentaria; incorporación del sur del país al desarrollo; eliminación de la dispersión rural; elevar la calidad de la educación básica; aumento de la cobertura de la educación media y superior; equidad de género; incorporación de los indígenas; apoyo a discapacitados. Este decálogo fue denunciado por López Obrador como plagio, en efecto, desde presentarse en 10 puntos, la erradicación de la pobreza alimentaria y sacar de la pobreza a 15 millones, la misma cifra previa de López Obrador.

Josefina Vázquez Mota desarrolla las políticas del calderonismo: se ha elevado el gasto social; alcanzamos la cobertura universal en salud; ha habido manejo responsable de la economía; las clases medias han crecido sin hipotecar el futuro; ir al mercado interno para aumentar el número de consumidores, sin gasto público, ni subsidios, ni proteccionismo. No existe discurso inicial en la propia página de la candidata y nula sistematización de sus propuestas.

López Obrador iniciando la campaña enfatiza ir por un cambio verdadero, poniéndole apellido, porque la palabra se ha usado para engañar. El cambio verdadero es: activar la economía con la participación de los productores, de pequeños y medianos empresarios para sacar al país del estancamiento y generar un millón 200 mil empleos cada año, sacar de la pobreza extrema a 15 millones de mexicanos; garantizar al pueblo la alimentación conjurando el hambre y la desnutrición; no pretender detener la violencia con más violencia, sino generando trabajo, atención a los jóvenes, atacar las causas de la inseguridad y la violencia; colocar en policías y procuradurías gente incorruptible, hay violenciareiteraporque existe mucha corrupción; luchar con honestidad por la justicia. El discurso se sustenta en su decálogo previo, ampliamente difundido: respetar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo, principalmente la minería, la industria eléctrica y el petróleo; democratizar los medios masivos de comunicación; crear un nuevo modelo económico; combatir las prácticas monopólicas; abolir los privilegios fiscales; ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana; fortalecer al sector energético; alcanzar la soberanía alimentaria; establecer el Estado de bienestar para proteger a lo pensamiento para impedir el predominio de la corrupción, el engaño y el afán de lucro.

Peña Nieto y Vázquez Mota mantienen hasta ahora un discurso de continuidad con simples acentos en políticas, lo mismo. Únicamente López Obrador define un proyecto de cambio. No es predecible que alguno de los dos conservadores se muevan al cambio, aunque reconozcan su urgencia, porque dependen de los intereses de la continuidad. Más aún, el peso de la campaña de Peña Nieto está lejos de las ideas en la más vacua mercadotecnia manipuladora, centrada en la imagen maquillada del candidato y escenas idílicas, paupérrima telenovela.

mbartlett_diaz@hotmail.com
Ex secretario de Estado


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