“El Chapo, sólo un gerente”
MÉXICO, D.F. (Proceso Jalisco).- Para el investigador argentino
radicado en Estados Unidos Edgardo Buscaglia, el problema fundamental
para combatir al narcotráfico en México es que no se han atacado sus
raíces y, por el contrario, tiende a caricaturizarse el flagelo social.
Por
vía telefónica, el especialista critica las acciones para capturar a El
Chapo Guzmán y a otros líderes de la delincuencia organizada con miras a
los dividendos políticos que pudieran dejarle al gobierno rumbo a las
elecciones de julio próximo.
Sostiene que la captura de dirigentes
de cualquier cártel sólo ocasiona el reacomodo interno y el
recrudecimiento de las disputas con otras organizaciones criminales por
el manejo de las plazas.
Consultado sobre la trascendencia del
encuentro entre la secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos,
Janet Napolitano, y el secretario de Gobernación de México, Alejandro
Poiré, en la Ciudad de México a finales de febrero, Buscaglia aclara:
“El
Chapo es un gerente operativo (del narco), pero quienes realmente
manejan la organización del Cártel de Sinaloa son cientos de políticos y
empresarios que están legalmente constituidos y cuyos brazos operativos
son los que vemos caricaturizados en los periódicos mexicanos.”
–La
señora Napolitano, aseguró que su país será persistente para lograr la
detención del líder del Cártel de Sinaloa –se le comenta.
–No nos
confundamos. Atacar a estas empresas criminales no es con la detención
del Chapo; él es un gerente operativo que inmediatamente sería
remplazado; aún más, El Mayo Zambada tiene un rol muchísimo más
importante que El Chapo en muchos sentidos. Hay que hablar seriamente de
esto, más allá de las conferencias de prensas y de los shows
mediáticos.
Para Buscaglia no está mal que el gobierno de Estados
Unidos use una técnica de ataque psicosocial hacia las cabezas visibles
de los grupos criminales, como lo hizo contra Osama bin Laden y ahora
pretende repetirlo con Guzmán Loera. Sin embargo, dice:
“Lamentablemente
se desvía la atención. Atacar a las empresas criminales significa, en
todos los Estados serios, atacar a los políticos del más alto nivel que
están formando parte de estos grupos criminales por acción u omisión;
significa atacar a las empresas privadas constituidas legalmente que le
dan logística operativa a los grupos criminales.
“Los países
serios, como Alemania e Italia, no tratan de caricaturizar a la
delincuencia organizada en una sola cara, como ocurre (en México) con
Joaquín Guzmán.”
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