Enmascarados
con la marca empresarial de Iusacell, los empresarios Ricardo Salinas
Pliego (dueño, presidente y director general del Grupo Salinas) y Emilio
Azcárraga Jean (presidente del Consejo de Administración del Grupo
Televisa) abusan de sus concesiones de radio y televisión: han
orquestado un ataque al periódico Reforma, porque éste ha
informado sobre la violenta disputa del botín de telecomunicaciones de
ambos contra el multimillonario y empresario Carlos Slim y su imperio.
Los tres han estado riñendo con el agravante de que, a disgusto por la
información aparecida en el matutino de la capital del país, en los
diarios Mural y El Norte, sólo TV Azteca y Televisa tienen
voz en sus estaciones. Éstos “tiran la piedra y esconden la mano”,
haciéndose las víctimas de cómo Reforma presenta la información,
al acusar que ésta tiene “carencia absoluta de pluralidad y equilibrio
informativo”. Iusacell, Nextel, TV Azteca y Televisa, el grupo
monopólico en pleito a muerte contra Carso-Télefonos de
México-Telcel, para ver quién se apodera del botín, mira “la paja en el
ojo ajeno, pero no ve la viga en el propio”.
Televisa y TV Azteca han enderezado una campaña contra la vida privada del dueño de Reforma,
Alejandro Junco de la Vega, y como si ellos no tuvieran una vida
privada demasiado pública, practican en sus medios de comunicación una
carencia absoluta de pluralidad y equilibrio informativo. Y rabiosamente
atacan al diario, con la pretensión de imponerle lo que suponen debe
ser la línea editorial. Ellos sí ejercen la máxima libertad de expresión
y hasta su abuso, a sus anchas; pero nada les impide predicar
como si fueran ejemplo, cuando constantemente se les ve actuar con la
mayor impunidad y con el visto bueno y cómplice del presidencialismo
calderonista, cuando de información se trata: dosificada y tergiversada,
para los televidentes y radioescuchas. A falta de los controles que
propuso el filósofo, sociólogo y teórico de la ciencia, Karl R Popper,
en su ensayo “La televisión es mala maestra”, y que le permite al
duopolio televisivo hacer lo que se le venga en gana, no titubea para agredir a la prensa que no le hace el juego.
Como Reforma es un periódico con lectores a diestra, centro y
siniestra, conquistados por su información, análisis y crítica, al
ejercer un periodismo de contrapoder, sus enemigos, como
Azcárraga-Salinas, se enfurecen con lo que aparece en sus páginas sobre
actividades empresariales y el capitalismo salvaje y de libertinaje que
practican. Éstas deberían ser pintadas de rosa para que se
parezca a las que exhiben TV Azteca y Televisa, donde sus intereses las
muestran como devoradoras del botín de telecomunicaciones que le
disputan al grupo, igual de voraz, de Slim.
No ha entablado una discusión el monopolio televisivo. Se ha dedicado al clásico Poncio Pilatos: lavarse las manos
en público mientras sus arremetidas en inserciones como propaganda
pretenden, con sus verdades a medias y falsas imputaciones completas, limar el filo
de la información del periódico que no se somete a sus intereses. Le
exigen que aplique la “ética periodística”, como si la información de
este asunto careciera de veracidad: quieren todo el botín que les pelea
su antiguo cliente Slim. No es una competencia, sino que muestra el
apetito monopólico de los ahora enemigos.
Reforma ha publicado lo que acontece en la rebatiña de las
telecomunicaciones y lo que le parece fundamental de la información, y
no tiene porqué pedirle a Televisa y TV Azteca que la revisen
previamente, lo que sería una censura. El periódico hace uso de la
libertad y obligaciones de prensa constitucionales, al informar a sus
lectores, en su primera plana, lo que a sus directivos editoriales les
parece relevante y en sus páginas interiores lo demás, mientras le tupen
de ataques los enmascarados con la marca Iusacell y lo acusan ante su
consejo editorial, al querer que se someta a lo que ellos entienden,
mañosamente, por periodismo.
Desaprueban cómo Reforma ha ventilado este conflicto y
quieren que la información sea publicada a su conveniencia. Y para
sustentar sus imputaciones insultan al matutino en desplegados, que el
mismo diario publica. Pero en sus páginas interiores, en un rincón, no deja de publicar lo que se refiere a Iusacell, a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y todos los protagonistas del escándalo provocado por los dos monopolios que quieren todo para uno de ellos.
Lo grave es que agredan ferozmente a Reforma al usar sus
radios y televisoras, al buscar coartar las libertades de prensa del
matutino que, como los demás medios de comunicación, ha exhibido la
información con diferentes criterios editoriales.
*Periodista
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