¡¡Exijamos lo Imposible!! Mini informe y mea culpa del
Consejero-Presidente del IFE
Conjeturas
álvaro cepeda neri
El Instituto Federal Electoral (IFE) no ha podido salir de su trance poselectoral, desde la competencia entre Calderón y López Obrador por la Presidencia de la República. Tan es así que su propio Consejero-Presidente, Leonardo Valdés Zurita, en su mini informe (Excélsior: 16/VI/08) afirma:
“A partir de los resultados de la pasada elección presidencial, se generó un ambiente de incertidumbre hacia los servidores públicos que tienen la responsabilidad de organizar las elecciones federales en nuestro país. Después de gozar de un amplio reconocimiento como interlocutores sociales en ciudades, municipios, comunidades, rancherías, colonias y barrios, el personal del instituto en las entidades federativas y distritos del país, ha tenido que afrontar una injusta animadversión por parte de la ciudadanía”.
Y la más reciente investigación de José Antonio Crespo: 2006: hablan las actas. Las debilidades de la autoridad electoral mexicana, ahonda con precisión el mea culpa del presidente del IFE, cuando estamos a un año de que la institución vuelva a dar la cara para que los ciudadanos regresen a las urnas.
Aparte de la elección para diputados locales y gobernadores (que compete llevar a cabo a los órganos electorales de las entidades), ha de renovarse la representación nacional en la Cámara de Diputados del Congreso General. Y el IFE, que el columnista Julio Hernández López dice que sus siglas también significan Instituto del Fraude Electoral (La Jornada: 19/VI/08), ha de organizarlas a pesar de su descrédito y contra el amenazante abstencionismo.
El mini informe de Valdés Zurita, al que el periodista Humberto Musacchio confrontó críticamente con el libro de José Antonio Crespo (Excélsior: 19/VI/08), se centra en reconocer que el IFE sobrevive a una crisis no resuelta a pesar de las purgas, despido de consejeros y nombramiento de sus relevos, ya que Valdés Zurita, a cuatro meses de su arribo a la nave, no ha podido conducirla a puerto seguro.
Su informe es un corte de caja para justificar su presidencia que zozobra. Y es que no se ve, por ninguna parte, la mano firme en el timón de ese órgano colegiado y sí, una institución presa de los vientos encontrados de sus integrantes que dan la impresión de motín a bordo.
Si ese IFE se encamina a las elecciones intermedias, es posible que repita la incertidumbre poselectoral en el 2009 pues Valdés Zurita no puede ni sabe cómo “fortalecer la confianza ciudadana”, coordinando a los consejeros (tres que sustituyen a los que fueron dados de baja) y ante los cuales no tiene presencia ni ascendiente, como lo prueban sus fallidos intentos por tener un secretario ejecutivo con afinidad a su responsabilidad.
El IFE, con Valdés Zurita, navega en un mar de incertidumbre, en vísperas de una necesaria certidumbre para que los ciudadanos regresen a las urnas en lo que deben ser unas elecciones, por competitivas (el ocaso del PAN, el renacimiento del PRI y el divisionismo del PRD) lo más concurridas, pero sólo si previamente existe la credibilidad en el IFE.
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